FAO/SMIA - Cosechas y escaseces alimentarias No.1, febrero 2005

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SITUACI�N DE LOS CULTIVOS Y DEL SUMINISTRO DE ALIMENTOS

PANORAMA

Hasta febrero de 2005, el n�mero de pa�ses que enfrentaban situaciones graves de escaseces de alimentos en todo el mundo era de 36: 23 en �frica, 7 en Asia/Cercano Oriente, 5 en Am�rica Latina y 1 en Europa. Las causas son variadas, pero predominan los disturbios civiles y el mal tiempo. Un brote reciente de langostas del desierto y el desastre del tsunami en Asia meridional han tenido consecuencias graves, aunque localizadas, en materia de seguridad alimentaria. En muchos de estos pa�ses, la pandemia del VIH/SIDA es uno de los factores principales que contribuyen a dicha situaci�n. Los informes de las evaluaciones publicadas �ltimamente con informaciones m�s pormenorizadas sobre los factores mencionados pueden consultarse en: http://www.fao.org/giews/spanish/alertes/sptoc.htm.

En �frica oriental, la recolecci�n de las cosechas secundarias de cereales de 2004/05 est� casi terminada en la mayor�a de los pa�ses, salvo en Etiop�a donde la siembra est� a punto de comenzar. Las perspectivas son malas en Kenya debido principalmente a la insuficiencia de las precipitaciones. En Somalia, las lluvias buenas recibidas �ltimamente para la temporada secundaria "deyr" deber�an mejorar la situaci�n alimentaria, aunque sigue siendo cr�tica para los ganaderos del norte de Somalia.

La situaci�n de la seguridad alimentaria en Eritrea es particularmente alarmante tras una cosecha de cereales muy inferior a la media obtenida en 2004. El �ndice de precios al consumidor, que se ha mantenido constantemente alto en los �ltimos a�os, est� aumentando r�pidamente. Los precios de los alimentos est�n en estos momentos fuera del alcance de las personas muy vulnerables. En el Sud�n, la continua crisis en el Gran Darfur, donde las hostilidades han obligado a m�s de 2 millones de personas a abandonar sus viviendas y explotaciones, es otro problema humanitario de enormes proporciones. Los informes pintan un cuadro horrible en el que casi todas las partes del Gran Darfur quedaron sumidas en el conflicto, dificultando sobremanera las actividades agr�colas y la asistencia humanitaria.

En general, la situaci�n de la seguridad alimentaria de un gran n�mero de personas de la subregi�n es muy inestable. Estimaciones recientes indican que en 2005 necesitar�n ayuda alimentaria de urgencia alrededor de 2,3 millones de personas en Eritrea, 2,2 millones en Etiop�a, 3,6 millones en el Sud�n, 2 millones en Uganda, 1,4 millones en Kenya, y 0,5 millones en Somalia.

En el �frica austral, la campa�a agr�cola de 2005 para las cosechas principales de cereales se est� acercando a la mitad del per�odo. Hasta ahora, la temporada ha tenido caracter�sticas desiguales, con precipitaciones inferiores a lo normal en Botswana, Lesotho, Swazilandia y en algunas partes de Zambia y Zimbabwe, y entre normales y superiores a lo normal en otras partes. Las perspectivas para la segunda mitad (febrero-abril) prev�n precipitaciones inferiores a lo normal en Namibia, el oeste de Botswana, el sudoeste de Zambia, el oeste de Zimbabwe, y el sur de Mozambique, y superiores a lo normal en Angola, el nordeste de Zambia, y el norte y centro de Mozambique. Las menguadas cosechas de cereales obtenidas en 2004 en Lesotho, Swazilandia, Zimbabwe y Malawi han causado una escasez de alimentos en esos pa�ses con diversos grados de gravedad. La merma general de la producci�n de cereales registrada en la subregi�n en 2004 deber�a de traducirse en un incremento de la necesidad de importaciones netas de cereales secundarios de alrededor de 2 millones de toneladas para la campa�a comercial 2004/05. El PMA ha emprendido una operaci�n prolongada de socorro y recuperaci�n (OPSR) regional de tres a�os que necesita 405 millones de toneladas, incluidas 656 573 toneladas de productos alimenticios para prestar asistencia a las poblaciones de la subregi�n aquejadas de inseguridad alimentaria y v�ctimas del SIDA.

En la regi�n de los Grandes Lagos ha comenzado la recolecci�n de las cosechas de ma�z, sorgo y frijoles de la temporada principal (2005A), que se sembraron en septiembre y octubre. Tras un comienzo espor�dico de la campa�a, en diciembre y enero se registraron lluvias intensas. Actualmente se est�n preparando los informes sobre las evaluaciones conjuntas FAO/PMA/UNICEF/Ministerio de Agricultura realizadas en Burundi y Rwanda. En Burundi, la FAO distribuy� en la presente campa�a cepas de batata a 7 500 agricultores vulnerables y semillas de sorgo a 75 400 familias para contribuir al proceso de reasentamiento agr�cola. Sin embargo, el reasentamiento de los refugiados repatriados y la situaci�n de la seguridad alimentaria en la regi�n de los Grandes Lagos contin�an vi�ndose impedidos por disturbios espor�dicos.

En el �frica septentrional, ha terminado la siembra de los cereales de invierno de 2004/05 que se recoger�n a partir de abril. En enero se recibieron lluvias entre normales y copiosas en la mayor parte de la regi�n, y se se�ala que la situaci�n de los cultivos es en general favorable en Argelia, Egipto, Marruecos y T�nez. La producci�n de cereales del a�o pasado en la subregi�n se estima en 36,4 millones de toneladas, semejante a la de la cosecha sin precedentes del a�o anterior.

En el �frica occidental, las invasiones de langostas del desierto unidas a la sequ�a socavaron gravemente la seguridad alimentaria de millones de personas en el Sahel, principalmente en Mauritania, Senegal, Mal�, el N�ger, Cabo Verde, Burkina Faso y el Chad. En Mauritania, el pa�s m�s afectado, se estima que la producci�n total de cereales de 2004 disminuy� en un 44 por ciento con respecto al a�o anterior. En la mayor�a de los pa�ses han sido los ganaderos y agropecuarios los grupos especialmente afectados. Aunque se estima que en conjunto la producci�n agr�cola de los nueve pa�ses del CILSS se acerca a la media quinquenal, se informa que en la mayor parte de las zonas afectadas los precios del mijo son altos, lo que agravar� el impacto en las comunidades afectadas, ya que el mijo es su alimento b�sico m�s importante. En C�te d�Ivoire, la seguridad alimentaria de muchas familias contin�a vi�ndose impedida por el trastorno de los medios de vida, debido a los conflictos en curso, mientras Liberia, Sierra Leona y Guinea siguen dependiendo sobremanera de la ayuda internacional debido a la presencia de numerosos refugiados y PDI.

En Asia, el terremoto y el tsunami del 26 de diciembre de 2004 en el Oc�ano �ndico causaron la muerte de 300 000 personas y destruyeron los medios de subsistencia de millones de otras a lo largo de las costas y en las islas de Asia meridional y sudoriental. El desastre caus� la muerte de m�s de 285 000 personas, dej� sin vivienda a unos 5 millones, provoc� el desplazamiento en gran escala de las poblaciones y caus� cuantiosos da�os a las viviendas y a la infraestructura. Entre los pa�ses m�s afectados figuran Indonesia, Sri Lanka, Maldivas, la India y Tailandia. Myanmar, Malaysia y Bangladesh tambi�n resultaron afectados, pero con da�os relativamente limitados. Las estimaciones provisionales indican que los da�os y las p�rdidas ascienden a 4 450 millones de d�lares EE.UU. en Indonesia, mil millones de d�lares EE.UU. en Sri Lanka, 359-500 millones de d�lares EE.UU. en Maldivas, y 1 500 millones de d�lares EE.UU. en la India. Es probable que pa�ses m�s peque�os, como Sri Lanka y Maldivas, sufran consecuencias econ�micas relativamente m�s gravosas.

La mayor�a de las personas afectadas por el terremoto y el tsunami viv�an de la agricultura y de la pesca o estaba empleada en empresas conexas. El sector pesquero es el m�s afectado, pero tambi�n se sufrieron graves p�rdidas localizadas de cultivos y ganado. En el sector pesquero, la FAO ha evaluado los da�os en 25 millones de d�lares EE.UU. en Maldivas; en la provincia Indonesia de Aceh qued� destruido alrededor del 65-70 por ciento de la flota pesquera en peque�a escala y equipo conexo, y muri� aproximadamente el 50 por ciento de los pescadores; en Sri Lanka se destruy� el 66 por ciento de la flota pesquera y de la infraestructura industrial de las regiones costeras, y 10 de los 12 puertos pesqueros principales quedaron devastados; y en Tailandia quedaron damnificados unos 5 400 buques pesqueros. En el sector agr�cola, las evaluaciones provisionales indican la devastaci�n de alrededor de 40 000 hect�reas de tierras de regad�o enIndonesia, un total de 5 500 hect�reas damnificadas en Sri Lanka, la inundaci�n de unas 1 300 hect�reas en Tailandia anegadas por las aguas del mar, y la completa destrucci�n de alrededor de un 30 por ciento de parcelas en Maldivas.

Se estima que 2 millones de personas en diferentes pa�ses de la regi�n afectada por el desastre necesitan ayuda alimentaria de urgencia, principalmente en Indonesia, Sri Lanka, Maldivas, y Myanmar. El PMA proyecta distribuir 169 000 toneladas de ayuda alimentaria a la poblaci�n m�s necesitada durante un per�odo de seis meses. Desde que se produjo el desastre hasta ahora se han distribuido m�s de 21 000 toneladas de alimentos a 1 345 000 beneficiarios. La FAO ha hecho un llamamiento por 26,5 millones de d�lares EE.UU. para financiar proyectos de rehabilitaci�n de urgencia con el fin de prestar asistencia a los agricultores y pescadores afectados por el tsunami, y otros 2,1 millones de toneladas de d�lares EE.UU. para proyectos que se ejecutar�n en asociaci�n con el PNUD y el PNUMA. La financiaci�n total de que dispone la FAO para la recuperaci�n y reconstrucci�n en los sectores agr�cola y pesquero puede alcanzar los 67 millones de d�lares EE.UU..

Incluso en casos en los que el suministro nacional de alimentos y las repercusiones en la seguridad alimentaria son limitados, las comunidades locales experimentar�n graves problemas de seguridad alimentaria a corto y largo plazo por la p�rdida de padres y parientes, la destrucci�n de los medios de vida y la desaparici�n de las anteriores fuentes de ingresos. Tambi�n es probable que sean importantes las p�rdidas de las existencias de arroz en las explotaciones agr�colas. Es posible que el agua salina impida a los agricultores cultivar durante una o m�s campa�as o les obligue a adoptar cultivos m�s tolerantes a la sal y variedades de escasa productividad. Ser�n necesarias grandes inversiones durante mucho tiempo para restablecer en las zonas afectadas las infraestructuras, destruidas o damnificadas, de almacenamiento, elaboraci�n, riego, control de las inundaciones y protecci�n costera.

Pese a una recuperaci�n de la producci�n de alimentos en 2004, la RPD de Corea seguir� dependiendo de la asistencia internacional para satisfacer sus necesidades alimentarias m�nimas en 2005. Mongolia ha experimentado otro crudo invierno tras la sequ�a del verano pasado.

En Afganist�n, es posible que las intensas lluvias y nevadas hayan reconstituido en parte las capas fre�ticas y proporcionado suficiente agua para riego al pa�s afectado por la sequ�a. Las perspectivas apuntan a una cosecha buena para este a�o tras la cosecha parcialmente mala del a�o pasado.

En la CEI asi�tica, se informa que la situaci�n de los cereales de invierno es satisfactoria. Las perspectivas apuntan a una buena cosecha siempre y cuando predominaran condiciones atmosf�ricas favorables en la primavera y al principio del verano. El a�o pasado la regi�n obtuvo en total 26,4 millones de toneladas de cereales, que se espera sean superados por la cosecha de este a�o.

En el Cercano Oriente, la cubierta de nieve y las precipitaciones ca�das recientemente en la mayor�a de los pa�ses han mejorado las perspectivas para los cereales de invierno que se recoger�n a partir de mayo de 2005. En Iraq, de acuerdo a un estudio realizado por el Ministerio de Salud, la malnutrici�n grave entre los ni�os menores de cinco a�os, que hace dos a�os se situaba en un 4 por ciento, pas� este a�o a 7,7 por ciento.

En Am�rica Central y el Caribe, est� a punto de terminar la recolecci�n de las cosechas de cereales secundarios y frijoles de la segunda temporada y de apante de 2004/05. Pese a algunas p�rdidas debidas a unos per�odos prolongados de sequ�a en Honduras, Nicaragua, Guatemala y Cuba, la producci�n total de cereales en 2004 se estima en un volumen sin precedentes de 39,2 millones de toneladas. Ello se debe principalmente a una excelente producci�n de ma�z en M�xico, gracias a las buenas condiciones atmosf�ricas y al nivel sin precedentes de la superficie sembrada en el estado de Sinaloa, como consecuencia del programa gubernamental de apoyo a la producci�n del ma�z blanco. En Hait�, la situaci�n de la seguridad contin�a siendo incierta e inestable debido a los disturbios civiles que a menudo impiden la entrega de la ayuda alimentaria a las familias afectadas por las inundaciones y sequ�as en 2004.

En Am�rica del Sur, la recolecci�n del trigo de invierno ha terminado en las zonas australes de la subregi�n. Seg�n las estimaciones, la producci�n total de trigo en 2004 alcanz� un nivel sin precedentes de m�s de 25 millones de toneladas como consecuencia de la excelente cosecha obtenida en la Argentina y los buenos resultados de Brasil, Chile y Uruguay. En Brasil, Chile y Uruguay, la sequ�a est� afectando a la cosecha de ma�z de la primera temporada de 2005, que se recoger� a partir de marzo. En los pa�ses andinos, el tiempo seco imperante en las zonas costeras del Ecuador y el Per� est� retrasando las actividades de siembra de los cereales de la primera temporada y es posible que la experiencia negativa de la sequ�a del a�o pasado pese mucho en las intenciones de siembra de los agricultores. En Colombia y Venezuela, la recolecci�n de la cosecha de ma�z est� pr�cticamente terminada y se prev�n producciones superiores a la media. En Guyana, se ha declarado un estado de emergencia debido a las lluvias torrenciales que causaron inundaciones y desbordamientos de los r�os en la costa oriental y en la zona metropolitana de Georgetown.

En Europa, las condiciones atmosf�ricas para los cultivos de cereales de hibernaci�n han sido hasta ahora favorables en toda la regi�n, salvo principalmente en el sur de Espa�a y Portugal, donde predominan condiciones secas negativas. En 2005 se prev� una merma de la producci�n en la UE tras la excelente cosecha del a�o pasado. La superficie total de los cereales deber�a de disminuir ligeramente tras la reintroducci�n del requisito del 10 por ciento de retirada de tierras en 2005, frente a s�lo un 5 por ciento en 2004, y se prev� que los rendimientos volver�n a los niveles medios tras los niveles excelentes alcanzados en 2004. En los pa�ses balc�nicos, a pesar de los indicios de un posible aumento de la superficie de cereales es muy probable que las producciones desciendan algo en 2005 si en esos pa�ses los rendimientos volvieran tambi�n a los niveles normales tras los niveles excelentes del a�o pasado.

En la CEI europea, se estima que gracias a una abundante cubierta de nieve protectora, as� como a unas temperaturas de nivel medio, se reducir� apreciablemente la destrucci�n invernal, que suele afectar entre 3 y 5 millones de hect�reas de cereales de invierno en la regi�n. Se han sembrado con cereales de invierno m�s de 22,8 millones de hect�reas, frente a poco m�s de 19 millones de hect�reas en 2004. Seg�n se se�ala, la situaci�n de los cereales de invierno, principalmente trigo, cebada y centeno, es satisfactoria en toda la regi�n y existe una posibilidad real de que se repita la buena cosecha del a�o pasado. El a�o pasado, la producci�n total de cereales de la regi�n se estim� en m�s de 124 millones de toneladas, incluidos 64,7 millones de toneladas de trigo y 59 millones de toneladas de cereales secundarios.

En Am�rica del Norte, las condiciones para las cosechas de trigo de los Estados Unidos han sido hasta ahora generalmente favorables, pero se prev� una producci�n menguada debido a una reducci�n del 4 por ciento de la superficie. Como no se prev�n cambios en la siembra del trigo de primavera de este a�o, la producci�n total de trigo descender� en 2005. En Canad�, los cereales se siembran principalmente en mayo y junio. Los pron�sticos iniciales provisionales apuntan a una disminuci�n de la producci�n total de cereales en 2005, que podr�a deberse a la disminuci�n prevista de la superficie y a una reducci�n de los rendimientos tras los niveles excepcionalmente buenos del a�o pasado.

En Ocean�a, la sequ�a y las temperaturas extremadamente calurosas imperantes en algunas partes de Australia provocaron p�rdidas en la producci�n Australiana de cereales en 2004, a pesar del comienzo prometedor de la campa�a durante la siembra. La producci�n de trigo descendi� alrededor de un 20 por ciento respecto del volumen sin precedentes del a�o anterior a 20,4 millones de toneladas, pero se mantuvo cerca de la media quinquenal. Pese a la falta de precipitaciones en las fases de crecimiento de la campa�a agr�cola del invierno de 2004, las principales zonas de cereales secundarios de verano se beneficiaron de unas lluvias oportunas ca�das durante la siembra. Se estima que la superficie total sembrada con sorgo y ma�z que se recoger�n en 2005 ha aumentado cerca de un 24 por ciento.


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