Los índices de mortalidad son un elemento importante en cualquier sistema de manejo de pesquerías basadas en repoblaciones. Este elemento adquiere una particular importancia en el caso de las Carpas, pues estamos seguros que solamente vamos a capturar aquellos peces que seamos capaces de sembrar y cultivar adecuadamente. En la Tilapia la mortalidad de las repoblaciones queda encubierta por la reproducción de los peces en los nuevos ambientes por lo que carece de sentido práctico el cálculo de los índices de mortalidad o de supervivencia.
La mortalidad la calculamos en base al porciento de recaptura de los peces sembrados luego de transcurrido el período de crecimiento. Para ello empleamos la fórmula de Fonticiella (1990) de la supervivencia:
S = 100 × (G · W)-1
donde S: Porciento de supervivencia
G: Gasto de alevines por kilogramo de producción obtenida
W: Peso medio de la captura en kilogramos
el gasto de alevines por kilogramos puede ser sustituído en la fórmula por la relación mas usada en este caso de la producción por millón de alevines sembrados (P) con la que se relaciona de la siguiente manera:
G = 1000/P
la que da resultados equivalentes. Entonces la mortalidad se calcula fácilmente por la relación:
M = 100 - S
En nuestro caso la mortalidad de las repoblaciones de Carpas ha ido disminuyendo con el tiempo. En la medida en que los sistemas de manejo de las pesquerías se han ido haciendo mas eficientes ha disminuído la mortalidad. Tanto la mejora en las fertilizaciones como el aumento de la eficiencia de las pesquerías que dejan en el agua una menor cantidad de peces han contribuído de manera notable en el aumento de la supervivencia y las recapturas. En el segundo caso una mejora notable es la introducción de artes de pesca activos en aquellos embalses que tienen o que se le han creado las condiciones para el uso del chinchorro.
Por sistemas de cultivo se han encontrado en Cuba diferentes índices de mortalidad. En el cultivo extensivo en grandes embalses los porcientos de recaptura son muy bajos y los pesos promedio muy altos, por lo que consecuentemente las mortalidades calculadas son altas, del orden del 95 al 98%. Esto está influído notablemente por la dificultad real de capturar los peces en los grandes embalses, en los que los obstáculos para el uso de las artes activas son practicamente imposibles de eliminar debido al gran número y extensión a trabajar. Estos índices no son por tanto muy confiables porque adicionalmente en las capturas de un año se mezclan muchas veces peces de varias clases anuales diferentes, con lo que se pierde precisión en el cálculo del peso medio de la población pesquera.
El cálculo de la supervivencia por sistemas de cultivo en relación a la superficie media anual de los embalses dió como resultado que para los embalses pequeños de cultivo semi-intensivo la supervivencia es la mayor, con cerca del 25% en sus mejores años (Figura 26). Esta supervivencia disminuye en la misma medida en que aumenta la superficie media de los embalses y en que disminuye por tanto el grado de eficiencia en el tratamiento del cultivo de los peces.
Los embalses pequeños analizados en el presente trabajo tienen como promedio unas 20 há de superficie media anual. En ellos se realizan mejor las labores de atención cultural a los peces, la pesca es mas eficiente y la recaptura es mayor, por tanto también lo es la supervivencia, la que está alrededor del 25%. Los embalses medianos de cultivo semi-intensivo tienen como promedio unas 350 há de superficie media anual. Aunque se siga un tratamiento similar al de los pequeños embalses es imposible de llegar a controlar en igual medida las condiciones de cultivo que en los pequeños. Tampoco se puede realizar una pesca con el mismo grado de eficiencia que en ellos en los que el vaciado y el grado de limpieza influyen de manera notable en los resultados. Por ello es que el resultado de la pesca medido en forma de supervivencia sea menor que los pequeños y oscila entre el 18 y el 22%.
Figura 26. Supervivencia por superficie media anual real y estimada.
En los embalses medianos de cultivo extensivo, que tienen una superficie media anual en conjunto de alrededor de 860 há la supervivencia esconsiderablemente menor que en los anteriores. Aquí la influencia del tipo de cultivo empleado y las dificultades para la realización de una pesca eficiente por la extensión, el grado de obstaculización y el tipo de artes empleados hace que la supervivencia sea considerablemente menor que en los anteriores. Además el uso que en ellos se hace de las Carpas es considerablemente menor debido a las densidades de siembra aplicadas, por lo que a pesar de alcanzar pesos promedios superiores generalmente al de los otros grupos la supervivencia real sea sólo entre un 12 y un 15%. Por último en los embalses grandes (con una superficie media anual de casi 5800 há) las dificultades enumeradas en el grupo anterior se multiplican, por lo que la supervivencia observada tiende a ser muy inferior, no alcanzando mas del 5 al 7%.
Debemos destacar que para la estimación de la supervivencia deben tenerse en cuenta un gran número de factores que no hemos mencionado hasta ahora, pero que no queremos dejar pasar por alto. En primer lugar se debe analizar la calidad de los peces empleados en las repoblaciones, y como calidad se entiende tanto su origen, el de los reproductores empleados así como la tecnología aplicada y el estado de salud en el momento de la siembra así como el peso promedio de los alevines. El peso medio de los peces merece mención aparte debido a que este aspecto influye de manera particularmente notable en el resultado del cultivo.
Se ha encontrado que en la medida en que los peces sembrados tienen un peso medio mayor el tiempo de cultivo hasta la talla comercial disminuye y por tanto disminuyen también los costos de ceba. Esto tiene una notable repercusión en los costos incurridos pues en la medida en que necesitamos menos peces para obtener la misma producción menor será nuestro gasto (G) y mayor la supervivencia en esta fase del cultivo. Dicho de otra forma con peces de mayor talla podemos alcanzar un peso promedio de la captura superior para el mismo tiempo de cultivo y por tanto una superior eficiencia.
Se ha encontrado uan relación entre la supervivencia y el gasto de los alevines en relación con el peso medio de la captura (Fonticiella, MS) en la que el gasto está relacionado inversamente con el peso medio de los alevines (Figura 27). En ella se observa que en la medida en que aumenta el peso medio de los alevines disminuye el gasto, con un ahorro considerable de peces para la obtención del mismo peso medio de las capturas con igual supervivencia.
Figura 27. Curvas de lsosupervivencia en función del gasto de alevines por kilogramo de producción y el peso promedio de la captura.
