CCP:GR-RI/04/2


Tema II.B del programa provisional

COMITÉ DE PROBLEMAS DE PRODUCTOS BÁSICOS

REUNIÓN CONJUNTA DEL GRUPO
INTERGUBERNAMENTAL SOBRE CEREALES
(30ª REUNIÓN) Y DEL GRUPO
INTERGUBERNAMENTAL SOBRE EL ARROZ
(41ª REUNIÓN)

Roma, 10-11 de febrero de 2004

EXAMEN CRÍTICO DE LA OFERTA Y LA DEMANDA DE CEREALES DE CHINA Y CONSECUENCIAS PARA LOS MERCADOS MUNDIALES

Índice



I. INTRODUCCIÓN

1. La finalidad del presente documento es arrojar algo de luz sobre la situación actual del mercado de los cereales en China1. En este estudio se examinan estimaciones alternativas del consumo y las reservas de cereales en dicho país, distintas de las publicadas por el Sistema mundial de información y alerta sobre la alimentación y la agricultura (SMIA) de la FAO2. Aunque también se estudian algunas de las implicaciones, para los mercados mundiales, del continuado descenso de las reservas en China, este documento se centra especialmente en la propia China3.

2. Durante más de 20 años, las políticas cerealistas de China, el país más poblado del mundo, tenían como principal objetivo aumentar la producción, pues priorizaban la autosuficiencia. Ello condujo, con el tiempo, a la acumulación de grandes reservas, tanto en las explotaciones agrícolas como en los almacenes estatales. Desde 1999, sin embargo, una considerable contracción de la producción, asociada a las nuevas orientaciones de las políticas relativas a los cereales, ha sido el principal factor causante de un importante descenso de las reservas.

3. En los últimos años, se ha hecho cada vez más evidente que la falta de información exacta, especialmente con respecto al volumen de reservas, ha socavado no sólo la precisión de las valoraciones de la FAO sobre la situación y las perspectivas de China, sino también el análisis del comercio internacional y, lo que es más importante, de la seguridad alimentaria mundial. Por ello, calcular el nivel “real” de las reservas en China se ha convertido en una cuestión fundamental.

4. Ya en el año 2000, la FAO abordó este problema al reconocer que la magnitud de los descensos de las reservas en China sólo podía explicarse si el volumen total de las reservas era considerablemente mayor del que indicaban los balances de cereales relativos a dicho país. En otras palabras, ello implicaba que la FAO había infravalorado significativamente las reservas de China en sus estimaciones anteriores. Esta preocupación condujo finalmente a una revisión exhaustiva de los balances de cereales relativos a China, como resultado de la cual se multiplicaron por 10 las estimaciones de las reservas de cereales de China y se duplicaron las estimaciones de las reservas de cereales a escala mundial del SMIA. La FAO publicó por primera vez las estimaciones revisadas en el número de Perspectivas alimentarias de febrero de 2001.

5. En los últimos años, China ha sido el principal causante de la reducción constante de las reservas mundiales de cereales de acuerdo con las estimaciones del SMIA. De la disminución total de las reservas mundiales entre 1999 y 2003, cifrada en 220 millones de toneladas, a China por sí sola se debe cerca del 80 por ciento. Estas importantes reducciones han suscitado diversas preocupaciones, no sólo con respecto a los suministros disponibles en China, sino también sobre la situación real de la economía cerealista mundial. Fundamentalmente:

6. Con el objeto de empezar a tratar al menos algunas de estas cuestiones, la FAO ha vuelto a someter a escrutinio su balance de cereales en relación con China y, como primera medida, ha preparado el presente documento. Debe señalarse que los datos sobre el comercio y la producción de cereales empleados en los balances relativos a China del SMIA reflejan, en general, las cifras oficiales. Por consiguiente, este estudio pretende principalmente evaluar la exactitud de las estimaciones actuales del SMIA con respecto al consumo humano de cereales, a su utilización como pienso y a las reservas. El presente estudio se ha elaborado a partir de una amplia investigación de datos oficiales y no oficiales que se comparan y contrastan con los citados elementos de la hoja de balance.

II. SITUACIÓN DE LOS CEREALES PARA CONSUMO HUMANO EN CHINA

7. Las principales variedades de cereales en China son el trigo, el arroz con cáscara, el maíz, la cebada, el centeno, la avena, el mijo y el sorgo. En China los cereales se designan con la palabra grano, pero la totalidad del “grano” también comprende la soja y las raíces y tubérculos (sobre todo la batata). El trigo, el arroz y el maíz constituyen los tres principales cultivos de cereales en China ya que, de acuerdo con las estadísticas oficiales, la producción de los mismos representa aproximadamente el 97 por ciento del total de la producción de cereales (o el 85 por ciento del total de la producción de grano, utilizando la definición nacional de grano) 4. El trigo y el arroz se destinan principalmente al consumo humano. En términos generales, el trigo y los productos derivados del trigo son los alimentos básicos en el Norte, mientras que la población del Sur consume principalmente arroz. En cambio, el maíz se utiliza sobre todo como pienso, excepto en algunas de las regiones más pobres, en las que puede ser un alimento fundamental.

8. Sólo con estimaciones más exactas sobre la utilización de cereales en China puede resolverse la controversia sobre si realmente se han producido bruscos descensos de las existencias de cereales en los últimos años o no. El alto grado de incertidumbre en relación con los datos sobre el nivel de las reservas de cereales en China constituye una razón de peso para realizar un escrutinio más riguroso de las estadísticas disponibles sobre el consumo humano de cereales y su utilización como pienso.

A. EL CONSUMO HUMANO DE CEREALES PODRÍA SER MENOR QUE EL ESTIMADO POR LA FAO

9. Para realizar un examen completo del consumo humano de alimentos a lo largo del tiempo, se precisan encuestas periódicas con un amplio muestreo y una metodología coherente. La Administración Nacional de Estadísticas (ANE) de China, antiguamente denominada Administración Estatal de Estadísticas, lleva a cabo este tipo de encuestas entre las familias tanto de las zonas rurales como de las zonas urbanas. El Equipo general de encuestas en las zonas rurales de la ANE es el responsable de las encuestas en los hogares rurales. Los resultados pormenorizados aparecen publicados de forma periódica en el Anuario de encuestas en los hogares rurales de China, mientras que los resultados totales se incluyen en el Anuario estadístico de China. Con respecto al consumo de alimentos en las zonas rurales, la ANE mantiene un registro de los datos relativos al trigo (sin elaborar) y al arroz (arroz con cáscara, sin elaborar) desde el año 1981 hasta el 2001 y, en períodos ocasionales, también sobre el maíz (por ejemplo, de 1993 a 1996 y en 2001). La ANE también lleva a cabo encuestas sobre el consumo en las zonas urbanas, aunque éstas se basan en el gasto, en lugar de en el consumo, y publica estimaciones sobre los productos derivados del trigo y del arroz (Anuario de precios y Encuesta sobre el gasto de los hogares urbanos de China). A diferencia de las encuestas en las áreas rurales, el consumo de trigo en las zonas urbanas se expresa en su equivalente de harina e incluye la harina común, el pan y otros productos manufacturados. Existen datos pormenorizados sobre el consumo de arroz relativos al período 1992-2001, expresados en su equivalente de arroz elaborado.

10. En resumen, muchos factores parecen haber contribuido a la reducción del consumo de alimentos a base de cereales en China. Con el aumento del poder adquisitivo, los hábitos alimentarios se han diversificado notablemente desde mediados de los años ochenta. [El rápido aumento del consumo fuera del hogar, por ejemplo, ha causado una disminución del consumo medio de cereales. Los cambios demográficos y la rápida urbanización han contribuido también a la reducción del consumo de cereales alimenticios en los últimos años.] Según las estadísticas oficiales, entre 1980 y 1990 la proporción de la población que vivía en las zonas rurales se redujo del 81 al 74 por ciento, mientras que entre 1991 y 2001 (período en el que se aceleró la urbanización) esta proporción disminuyó aun con mayor rapidez, del 73 al 62 por ciento. Ciertamente, el fenómeno de la migración rural-urbana a gran escala parece haber incidido en las modalidades generales de consumo de alimentos desde el principio de la década de 1990, tal como se pone de manifiesto asimismo en las encuestas anuales de la ANE.

11. Sin embargo, aunque la ANE proporciona datos pormenorizados sobre el consumo, éstos pueden no ser plenamente compatibles con los utilizados para elaborar los balances de cereales del SMIA5. Una diferencia importante es que las estimaciones del SMIA relativas a la utilización corresponden al consumo “aparente”, mientras que las cifras de la ANE suelen a reflejar el nivel de consumo de cereales “real”. Por lo tanto, con objeto de conciliar estos datos es necesario introducir algún tipo de ajuste. Se ha intentado corregir las cifras de la ANE relativas al consumo de modo que reflejen de forma más exacta los niveles de consumo, mediante el uso de varios coeficientes6. Éstos figuran en el Cuadro 1.

Cuadro 1: Coeficientes estimados, utilizados para corregir los niveles de consumo de cereales en los hogares (sobre la base de las encuestas de la ANE)

Consumo fuera de casa como porcentaje del consumo en casa Índice de desperdicios como porcentaje del consumo en casa Coeficiente total de ajuste al alza (porcentaje)
Zonas urbanas
(a)
Zonas rurales
(b)
Zonas rurales y urbanas
(c)
Zonas urbanas
(a+c)
Zonas rurales
(b+c)

1987

5,6

1,9

4,0

9,6

5,9

1988

6,0

2,0

4,0

10,0

6,0

1989

6,4

2,2

4,0

10,4

6,2

1990

6,8

2,3

4,0

10,8

6,3

1991

7,3

2,5

4,0

11,3

6,5

1992

7,8

2,7

4,0

11,8

6,7

1993

8,3

2,8

4,0

12,3

6,8

1994

8,9

3,1

4,0

12,9

7,1

1995

9,5

3,3

4,0

13,5

7,3

1996

10,1

3,5

4,0

14,1

7,5

1997

10,8

3,8

4,0

14,8

7,8

1998

11,5

4,0

4,0

15,5

8,0

1999

12,2

4,3

4,0

16,2

8,3

2000

13,0

4,6

4,0

17,0

8,6

2001

13,8

4,9

4,0

17,8

8,9

2002

14,7

5,2

4,0

18,7

9,2


Fuente: Basado en estimaciones no oficiales; véase nota a pie de página nº 6 para más detalles
.
 

B. EL CONSUMO DE TRIGO ES MENOR QUE EL CALCULADO POR EL SMIA Y DISMINUYE RÁPIDAMENTE

12. De acuerdo con el examen histórico de los datos de la ANE sobre el consumo, el consumo de trigo per cápita de la población rural en China aumentó sensiblemente entre 1987 y 1993: de 76 a 85 kg anuales. No obstante, dicho consumo empezó a disminuir después de 1993 y en el año 2001 se acercó a los niveles de mediados de la década de 1980. De hecho, el consumo de trigo per cápita de la población urbana empezó a disminuir ya a mediados de los años ochenta: de 61 kg anuales en 1987 a aproximadamente 40 kg anuales en 2001 (calculado sobre la base de los productos sin elaborar); el descenso más acusado se produjo entre 1993 y 1995. Este importante descenso del consumo de cereales en las zonas urbanas ha sido causado, en parte, por el notable desplazamiento de la demanda de productos a base de cereales en favor de los productos derivados de la carne. En general, el aumento de los precios de venta de los cereales (desde 1993) también ha afectado negativamente a los niveles de consumo en todo el país.

13. Con el propósito de cotejar los datos sobre el consumo extraídos de las encuestas de la ANE con las estimaciones del SMIA sobre el consumo aparente, se han revisado al alza los datos de la ANE, utilizando los coeficientes (porcentajes) indicados en el Cuadro 17. En el Cuadro 2 se ofrece un resumen de los resultados. Sobre la base de las estimaciones de la ANE del consumo en las zonas rurales y urbanas (ponderadas con arreglo a sus respectivas proporciones de población), las cifras revisadas de la ANE sobre el consumo del total de la población en los últimos años serían inferiores en 11 millones de toneladas a las del SMIA y reflejarían asimismo una diferencia de unos 8 kg en los niveles per cápita. Además, el ritmo de descenso del consumo de trigo según los datos de la ANE parece más rápido que el que indican las cifras del SMIA.

Cuadro 2: Consumo humano de trigo

SMIA ANE * SMIA ANE *

(en millones de toneladas)

(en kg anuales per cápita )

1995/96

99

92

82

77

1996/97

100

94

82

77

1997/98

101

92

83

75

1998/99

102

91

82

74

1999/00

102

91

82

73

2000/01

100

91

80

73

2001/02

99

88

78

70

2002/03

98

87

77

69


*Datos de la ANE sobre el consumo corregidos aplicando los coeficientes de ajuste al alza indicados en el Cuadro 1.
 

C. EL CONSUMO DE ARROZ ES MENOR QUE EL QUE MUESTRAN LOS DATOS DEL SMIA Y SUPERA AL DE TRIGO

14. Las cifras de la ANE sobre el consumo de arroz, tanto en las zonas rurales como urbanas, muestran considerables descensos desde mediados de la década de 1980. En las zonas rurales, el consumo de arroz se redujo de unos 90 kg en 1987 a 84 kg en 2001, y en las zonas urbanas, de 57 a 45 kg anuales. A pesar de estas reducciones, sin embargo, parece que el consumo de arroz no ha experimentado una disminución tan rápida como la del consumo de trigo. Una posible explicación es que en China, en conjunto, los consumidores mantienen su preferencia por el arroz con respecto al trigo. Si bien el consumo total de arroz per cápita (expresado en su equivalente en arroz elaborado) ha disminuido hasta cerca de 70 kg anuales en los últimos años, aún supera al consumo de trigo en alrededor de 10 kg.

15. No obstante, como en el caso del trigo, las cifras de la ANE sobre el consumo de arroz revisadas seguirían siendo menores que las estimadas por el SMIA. Tal como se muestra en el Cuadro 3, entre 1995 y 2002 las cifras de la ANE revisadas serían entre 3 y 15 millones de toneladas (como mínimo, 10 kg anuales per cápita) inferiores a las estimaciones del consumo realizadas por el SMIA.

Cuadro 3: Consumo humano de arroz

SMIA ANE * SMIA ANE *

(en millones de toneladas)

(en kg anuales per capita)

1995/96

107

104

90

87

1996/97

109

103

90

85

1997/98

110

101

90

83

1998/99

111

100

90

82

1999/00

112

97

90

78

2000/01

112

100

89

80

2001/02

112

98

89

77

2002/03

112

97

88

77


* Datos de la ANE corregidos, utilizando los coeficientes indicados en el Cuadro 1.
 

D. EL CONSUMO DE MAíZ ES LIGERAMENTE MAYOR QUE EL CALCULADO POR EL SMIA

16. Aunque el maíz se utiliza principalmente como pienso, en China muchas personas lo utilizan para su alimentación, especialmente en las zonas rurales remotas y pobres. Los habitantes de las zonas rurales consumieron, en 2001, alrededor de 18 kg de maíz en promedio (Anuario de encuestas en los hogares rurales de China, 2002), mientras que los residentes en las zonas urbanas consumieron menos de 3 kg (Anuario de precios y Encuesta sobre el gasto de los hogares urbanos de China, 2002). Tras ajustar las cifras de la ANE, el consumo medio de maíz per cápita alcanza los 14-17 kg anuales, es decir, unos 4-6 kg anuales por encima de las estimaciones de la FAO (véase el Cuadro 4).

Cuadro 4: Consumo humano de maíz

SMIA ANE * SMIA ANE *

(en millones de toneladas)

(en kg anuales per cápita)

1995/96

14

19

12

16

1996/97

14

19

11

16

1997/98

14

19

11

15

1998/99

14

18

12

15

1999/00

14

18

11

15

2000/01

14

18

11

14

2001/02

14

18

11

14

2002/03

14

17

11

14


* Datos de la ANE corregidos utilizando los coeficientes indicados en el Cuadro 1.
 

III. PROBABLE INFRAVALORACIÓN EN EL SMIA DE LA UTILIZACIÓN DE PIENSOS

17. Las estimaciones del SMIA relativas a la utilización total de cereales como pienso rondan los 100 millones de toneladas a mediados de los años noventa y aumentan hasta aproximadamente 110 millones de toneladas en años más recientes. Entre las distintas variedades de cereales en China, los cereales secundarios representan el 86-89 por ciento (83-84 por ciento corresponde sólo al maíz) del total de cereales utilizados como pienso; mientras que el arroz representa el 8-9 por ciento y el trigo el 4-6 por ciento. Estimar la utilización de cereales como pienso resulta aún más complejo que calcular su utilización para el consumo humano en China8. La dificultad de evaluar la utilización de cereales como pienso proviene de varios factores, entre otros: 1) los distintos tipos de cría de animales que existen en China; 2) la incertidumbre relativa a los coeficientes de transformación, especialmente con respecto a las actividades de cría doméstica; y 3) la presunta sobrevaloración de la producción cárnica en las estadísticas oficiales.

18. Es importante subrayar que una comparación de los datos sobre el consumo y sobre la producción de carne ya señala la existencia de amplias discrepancias, dado que el consumo es muy inferior a la producción de acuerdo con los datos oficiales. Numerosos expertos han analizado esta cuestión y consideran que las discrepancias son fruto de la práctica de inflar los datos sobre la producción cárnica9. El primer censo agropecuario de China (que se llevó a cabo en 1997) proporciona algunas indicaciones. Los resultados de dicho censo señalan que las cantidades de animales sacrificados registradas con anterioridad en las estadísticas oficiales estaban sobrestimadas en un 25-30 por ciento, lo que implica que se habían sobrestimado las cifras sobre la producción en una proporción similar. Tal evidencia convenció a la antiguamente denominada Administración Estatal de Estadísticas de que era necesario revisar a la baja sus estadísticas sobre la producción cárnica a partir de 1996. Por desgracia, las autoridades estadísticas aún no han corregido los datos sobre la producción cárnica sobrestimada durante todos los años anteriores a 1996.

19. En términos generales, existen dos enfoques para calcular la utilización de cereales como pienso. Uno es el enfoque basado en los “suministros” o en la “disponibilidad” (esto es, la utilización como pienso equivale a la producción total de grano menos la cantidad destinada al consumo humano, menos la cantidad utilizada como semillas, menos los desperdicios, menos las cantidades destinadas a otros usos). El otro es el enfoque basado en la “utilización” (esto es, la utilización como pienso equivale a la producción cárnica multiplicada por el correspondiente factor global de transformación de los piensos). Por tanto, el primer cálculo se deriva del suministro de piensos y el segundo de la demanda de éstos. La situación ideal se produce cuando el suministro coincide con las necesidades de pienso (en el supuesto de que los datos sobre la producción de carne sean exactos).

A. ESTIMACIONES DE LAS NECESIDADES DE PIENSOS

20. A pesar de las dificultades para obtener cifras más precisas sobre la producción animal y para determinar la correspondiente distribución de la producción entre las distintas prácticas de alimentación del ganado, la opinión general de los investigadores es que al menos el 70 por ciento del total de la producción porcina en China procede de las actividades de cría doméstica (con menos de cinco cerdos). En el caso de la producción doméstica, la proporción de grano en la composición de los piensos es, por lo general, mucho menor que en otros tipos de explotaciones animales (aproximadamente un 20 por ciento menor que en el caso de los productores especializados): los criadores de cerdos en pequeña escala utilizan menos grano, pero más salvado (procedente de la transformación del trigo o del arroz) y forraje verde.

21. En estos últimos años, varios investigadores y especialistas del sector ganadero han intentado, de diversas formas, determinar con mayor precisión las tasas de transformación de los piensos, con el objeto de mejorar las estimaciones de las necesidades de pienso en China. Las distintas tasas de transformación producen distintos niveles de necesidades de pienso. Por desgracia, un examen detallado de las diferentes tasas de transformación y de las metodologías utilizadas rebasaría el ámbito de estudio del presente documento. Sin embargo, los resultados de estas investigaciones revelan algunos detalles interesantes. Parece ser que, por término medio, los cereales representan más del 70 por ciento del forraje fino destinado a la alimentación de los cerdos y entre el 60 y el 70 por ciento del destinado a las gallinas y a los pollos de engorde (véase el Cuadro 5). Sobre la base de estos resultados preliminares, podrían considerarse tres hipótesis sobre las necesidades de pienso respecto del período comprendido entre 1996 y 2001, las cuales se resumen en el Cuadro 6. Las estimaciones del total de necesidades de piensos varían entre 167 y 186 millones de toneladas según la hipótesis más baja, entre 202 y 216 millones de toneladas según la hipótesis media y entre 210 y 233 millones de toneladas según la hipótesis más alta.

Cuadro 5: Factor de transformación del grano por producto y por tipo de pienso, 1997-2001

Grano/forraje fino (porcentaje)

Grano/aumento del peso vivo

1997

1998

1999

2000

2001

1997

1998

1999

2000

2001

Producción porcina

Promedio

74

75

72

69

71

2,44

2,47

2,30

2,09

2,10

Doméstica ordinaria

90

77

75

67

73

2,96

2,17

2,06

1,87

1,92

Industrial, promedio

71

70

2,32

2,30

   En gran escala

71

74

2,48

2,49

   En mediana escala

71

71

2,42

2,31

   En pequeña escala

70

65

2,07

2,08

Estatal y colectiva

74

73

69

2,75

2,71

2,58

Granja especializada

71

68

72

2,29

2,82

2,31

Huevos (de gallina)

Promedio

70

73

75

68

67

2,67

2,05

2,04

1,69

1,64

Explotación estatal y colectiva

74

72

73

70

69

1,98

2,08

1,94

1,75

1,67

Granja especializada

69

75

73

63

65

1,85

2,03

2,01

1,64

1,60

Pollos para carne

Promedio (pollos de engorde)

60

71

74

66

66

2,83

1,92

2,04

1,66

1,67

Explotación estatal y colectiva

82

71

80

64

69

2,19

1,81

2,14

1,66

1,65

Granja especializada

85

71

69

68

64

2,06

1,91

1,94

1,63

1,61

Producción de vacuno

Doméstica

83

78

81

66

73

1,00

0,98

1,09

0,94

0,99

Producción ovina

Doméstica

84

84

97

65

54

0,60

0,76

0,84

0,78

0,94

Cría de vacas

Promedio

68

78

75

69

71

0,57

0,41

0,44

0,39

0,39

Explotación estatal y colectiva

79

77

76

66

68

0,46

0,40

0,39

0,37

0,34

Granja especializada

66

80

75

73

73

0,38

0,42

0,51

0,42

0,45


Nota: Se han calculado los índices de transformación (relación grano/aumento del peso vivo) de acuerdo con la “Compilación de datos sobre costos y beneficios de los productos agropecuarios en China, 1997-2002”.
 

Cuadro 6: Estimaciones de cereales para pienso en China, 1996-2001 (en millones de toneladas)

Hipótesis baja Hipótesis media Hipótesis alta

1996

167

207

224

1997

186

216

233

1998

173

207

226

1999

185

212

229

2000

176

194

210

2001

183

202

218

B. ESTIMACIONES DE LA DISPONIBILIDAD DE PIENSOS

22. ¿De cuánto grano se dispone para la producción ganadera? Una de las principales dificultades, al comparar las cifras del SMIA sobre el suministro de piensos con las derivadas de las fuentes nacionales, reside en la definición china de cereales para piensos. A efectos comparativos, al menos con respecto a los años en que los datos sobre la producción se consideran más exactos, es decir con posterioridad a 1996, se ha intentado ajustar las estimaciones de cereales para piensos del SMIA, con el fin de que se adecuen mejor a la definición china de cereales para piensos (esto es, adoptando el enfoque contrario al utilizado para ajustar/comparar las estimaciones en relación con el consumo humano examinado anteriormente).

23. En consecuencia, se modificaron al alza las estimaciones del SMIA relativas a los piensos en unos 20 millones de toneladas respecto de las raíces y tubérculos (patatas), en 20 millones de toneladas respecto de los desperdicios domésticos de cereales (suponiendo que los desechos se reciclan íntegramente en forma de pienso), y entre aproximadamente 10 y 30 millones de toneladas respecto del arroz y el trigo (que se consideran como consumo humano sobrestimado). De acuerdo con las cifras corregidas del SMIA, el total de grano utilizado como pienso oscilaría entre 150 y 180 millones de toneladas, lo que se acercaría más a las necesidades de piensos a base de cereales según la hipótesis baja (Cuadro 6).

24. Para apreciar con más claridad las cifras corregidas del SMIA, cabe señalar que algunos estudios indican que durante los últimos años de la década de 1990, del grano disponible para ser utilizado como pienso los agricultores chinos aportaron unos 70-100 millones de toneladas y la industria molinera proporcionó otros 40-50 millones de toneladas (de hecho, la producción de pienso compuesto aumentó de 56 millones de toneladas en 1996 a 74 millones de toneladas en 2000). Además, la utilización de piensos por parte de los productores ganaderos en gran escala (y de la industria molinera) debe tomarse igualmente en consideración, ya que éstos adquieren componentes del pienso y producen su propio pienso compuesto (no parece que la Asociación nacional para el pienso lleve un registro de este tipo de utilización).

25. Otros estudios también sostienen que la utilización de piensos es mayor, y confirman el hecho de que los agricultores tienden a utilizar una mayor cantidad de arroz en cáscara y de trigo como pienso cuando los precios imperantes en el mercado no son favorables. Por ejemplo, una encuesta sobre el terreno, que abarcó 60 hogares rurales en la provincia de Sichuan, mostró que casi el 20 por ciento del arroz registrado como arroz para consumo humano se había utilizado en realidad como pienso, en comparación con el 10-15 por ciento respecto de China en conjunto (Yang, 1999, págs. 198 y 199).

IV. RESERVAS DE CEREALES

26. En China, por lo general, las reservas de cereales se clasifican en reservas estatales o reservas en las explotaciones agrícolas. China no publica cifras sobre sus reservas, por lo que la mayor parte de la información sobre las mismas proviene de fuentes no oficiales y suele limitarse a las cifras totales nacionales, sin aportar datos sobre el volumen de las reservas de cada tipo concreto de cereales.

A. RESERVAS ESTATALES

27. A grandes rasgos, las reservas estatales pueden desglosarse en tres categorías: las reservas especiales de grano nacionales (administradas por el Gobierno central), creadas en 1990, las reservas administradas por los gobiernos locales, y las reservas “comerciales” gestionadas por las empresas públicas. La mayoría de los análisis confirman que los niveles totales de las reservas estatales fueron excepcionalmente altos durante los años noventa, especialmente en 1999, año en que China obtuvo una cosecha sin precedentes.

28. Aunque un examen detallado de las publicaciones sobre esta materia rebasaría el ámbito de estudio del presente documento, a continuación se hace referencia a algunos de los estudios más recientes. Todos ellos apuntan a una práctica de almacenamiento de grandes reservas por parte del Gobierno. Un importante estudio (Liu Yunzhi, 2000) muestra que las reservas estatales alcanzaron 130-140 millones de toneladas a mediados de los años noventa. En una minuciosa exposición del estado de las reservas de grano (Chen, 2001), se estimaba que el nivel de reservas estatales en el año 2000 rozaba los 250 millones de toneladas. En otro estudio (Li Chenggui, 2001), se cifraban las reservas estatales en el año 2002 en cerca de 220 millones de toneladas, de las cuales las reservas especiales de grano nacionales representaban alrededor de 50 millones de toneladas (en julio de 2001, el Consejo de Estado elevó esa cifra a 75 millones de toneladas).

29. En el Cuadro 7 se presentan las estimaciones de las reservas estatales totales de cereales entre 1995 y 2002. Las cifras que figuran en dicho cuadro reflejan estimaciones derivadas, basadas en distintas fuentes. No obstante, en ausencia de cualquier confirmación oficial del volumen “real” de las reservas estatales, estas estimaciones sólo proporcionan una indicación orientativa del posible volumen de reservas sobre las que el Gobierno posee algún tipo de control directo. Por ejemplo, al final de la campaña agrícola de 2001/02, se estima que las reservas administradas por el Gobierno ascendían a 204 millones de toneladas, casi el doble de las reservas estimadas en las explotaciones agrícolas en el mismo período.

Cuadro 7: Reservas al final de la campaña agrícola (cifras de la ANE corregidas y cifras del SMIA)

Reservas públicas derivadas Reservas en las explotaciones agrícolas, corregidas Reservas totales de cereales, corregidas Reservas totales con arreglo al SMIA

(en millones de toneladas)

1994/95

120

141

261

350

1995/96

166

140

306

358

1996/97

208

111

319

372

1997/98

233

151

384

368

1998/99

259

210

469

375

1999/00

235

155

390

368

2000/01

250

96

346

318

2001/02

204

105

309

265

B. RESERVAS EN LAS EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS

30. Con respecto a las reservas en las explotaciones agrícolas, hay dos fuentes de información en China. Una es el Centro de investigación sobre la economía rural del Ministerio de Agricultura y la otra es el Equipo general de encuestas en las zonas rurales de la ANE. Ambas instituciones utilizan cuestionarios similares para sus encuestas. Sin embargo, la encuesta del Centro de investigación sobre la economía rural, cuyo resultado indica una cantidad de reservas menor que la estimada por la ANE, se basa en un lapso de tiempo más corto (de 1995 a 2001, en comparación con el período de 1981-2002 de la ANE) y en una muestra más reducida (15 000 hogares, en comparación con 67 000 de la ANE). En consecuencia, se considera que las encuestas de la ANE son más informativas, a efectos de compararlas con los datos del SMIA.

31. Nuevamente, debido a varias diferencias metodológicas importantes en relación con el cálculo de los niveles de reservas, los datos del SMIA y de la ANE resultan incompatibles. Sobre todo, la ANE utiliza el concepto de “existencias a fin de año” y en China el período estadístico anual en relación con el grano va de abril a marzo, lo que difiere de su campaña de comercialización del grano (o campaña agrícola). Por ejemplo, el trigo se cosecha principalmente en el mes de junio, el arroz temprano a finales de julio y el maíz a finales de septiembre o a principios de octubre (y en noviembre en la región nordoriental). En las hojas de balance de la FAO, las reservas sólo son remanentes, definidos como el total de los cereales aún disponibles para su utilización nacional en el primer día de la nueva campaña de comercialización, de ahí el término remanente.

32. Por lo tanto, para poder comparar los datos de la ANE sobre las reservas en las explotaciones agrícolas con los de la FAO, se requieren algunos ajustes. Desde que empieza el año hasta la siguiente cosecha, los agricultores deben utilizar sus reservas con distintas finalidades, lo que incluye una parte para su propio consumo, otra como pienso (a menudo los propios agricultores crían de uno a tres cerdos y entre 10 y 20 pollos o patos durante el año) y otra más para venderla en el mercado10.

33. Se da por sentado que, por término medio, desde el inicio del año civil hasta la siguiente cosecha transcurren unos siete meses (o aproximadamente el 60 por ciento del consumo total durante cualquier campaña agrícola, es decir, que los agricultores deben cubrir durante unos siete meses sus necesidades de alimentos y piensos con las reservas que tienen al principio del año)11. Con respecto a las ventas de cereales por parte de los agricultores en ese período, son precisas algunas explicaciones adicionales. Las encuestas de la ANE recogen información sobre las ventas anuales totales, así como sobre las ventas por cupos. Por regla general, los agricultores entregan su cupo de cereales al Estado tras la cosecha, principalmente entre los meses de agosto y noviembre, mientras que la venta en los mercados se suele realizar antes y después del Año Nuevo chino, que normalmente cae en enero o en febrero. Por lo tanto, el total de las ventas de los agricultores debe restarse de los remanentes de la anterior campaña.

34. Tras deducir de las reservas iniciales las cantidades destinadas a la venta, a piensos y al consumo del propio agricultor, pueden calcularse los remanentes per cápita y los remanentes totales para cada año. Sobre esa base, se estima que las existencias remanentes totales de cereales (de las explotaciones agrícolas) alcanzaron su nivel más alto en 1999, con unos 210 millones de toneladas (en su equivalente de arroz elaborado).

35. De acuerdo con estas estimaciones, parece que las existencias remanentes de cereales (incluyendo tanto las estatales como las de las explotaciones agrícolas) en China al final de la campaña agrícola del año 2002 seguían siendo relativamente elevadas, del orden de 309 millones de toneladas. Si se suman las reservas estatales a las existencias remanentes de las explotaciones agrícolas, el volumen total de reservas a mediados de los años noventa ascendía a 300 millones de toneladas y en 1999 alcanzaron un máximo histórico, con unos 469 millones de toneladas. A lo largo de los últimos años, sin embargo, con los sucesivos descensos que ha experimentado la producción de cereales, las reservas también han disminuido, quizás hasta 160 millones de toneladas entre 1999 y 2002. A pesar de todo, tal como se muestra en el Cuadro 7, las estimaciones corregidas de las reservas seguirían estando muy por encima de las estimaciones de la FAO.

V. IMPLICACIONES PARA CHINA Y PARA EL RESTO DEL MUNDO

36. El Cuadro 8 refleja el balance actual de cereales del SMIA relativo a China desde 1995/96 hasta 2001/02 (sobre la base de la información disponible en septiembre de 2003). El Cuadro 9 muestra el balance resultante tras ajustar la utilización de cereales para consumo humano y para piensos, con arreglo a los criterios indicados en la sección anterior. Debido a que las modificaciones consisten fundamentalmente en una redistribución de las cantidades de cereales destinadas a piensos y al consumo humano, respectivamente, dichas modificaciones apenas afectan al total de la utilización y, por consiguiente, no alteran sino ligeramente las estimaciones de las existencias remanentes12. Por lo tanto, las estimaciones resultantes de las reservas seguirían situándose muy por debajo de las estimaciones derivadas de las fuentes nacionales presentadas en la sección anterior, tal como se muestra en el Cuadro 7. Aunque ello podría indicar que el SMIA sigue infravalorando las reservas existentes, la Secretaría ha decidido no corregir al alza las estimaciones actuales del SMIA hasta que no se lleve a cabo un examen más exhaustivo de todas las otras variables importantes en los balances de cereales relativos a China, incluidas las estadísticas sobre la producción.

Cuadro 8: Balance de cereales actual* del SMIA

Reservas iniciales Produc-
ción
Impor-
taciones
Sumi-
nistro total
Consumo
humano
Piensos Otros
usos
Utili-
zación total
Expor-
taciones
Remanentes
de cierre

( en millones de toneladas )

1995/96

350

358

19

727

228

98

42

369

1

358

1996/97

358

390

8

755

231

100

47

378

6

372

1997/98

372

380

4

756

233

99

46

378

10

368

1998/99

368

393

3

764

235

99

48

382

6

375

1999/00

375

390

4

769

236

105

47

388

13

368

2000/01

368

345

3

716

233

107

47

388

10

318

2001/02

318

340

3

662

232

106

48

386

11

265


* En septiembre de 2003.

 

Cuadro 9: Balance de cereales alternativo del SMIA, basado en datos sobre la utilización corregidos

Reservas iniciales

Produc-
ción

Impor-
taciones

Suministro
total

Alimentos
 para
consumo humano

Piensos

Otros
usos

Utili-
zación total

Expor-
taciones

Rema-
nentes de cierre

( en millones de toneladas)

1995/96

350

358

19

727

223

103

42

368

1

358

1996/97

358

390

8

756

224

107

47

378

6

372

1997/98

372

380

4

757

220

112

46

378

10

368

1998/99

368

393

3

764

218

116

48

382

6

376

1999/00

376

390

4

770

214

126

47

388

13

369

2000/01

369

345

3

717

217

125

46

389

10

318

2001/02

318

340

3

662

211

133

45

389

11

262

37. A pesar de que la diferencia entre la producción y la utilización de cereales (Gráfico 1) ha aumentado durante los últimos seis años, incluyendo hasta el inicio de la presente campaña agrícola (2003/04), ni los precios ni la estructura del comercio del grano en China (como, por ejemplo, las continuas exportaciones de cereales) han dado señales de ninguna inminente escasez o restricción de los suministros en el país. Si bien la existencia de un importante colchón de reservas de cereales contribuyó probablemente a la estabilidad del mercado, cabe cuestionarse la sostenibilidad de las reducciones de dichas reservas en los años venideros. De acuerdo con las estimaciones del SMIA, las reservas en 2001/02 cubrieron alrededor del 70 por ciento de la utilización total (o el 80 por ciento si se toman las estimaciones de las reservas derivadas de las fuentes nacionales). Se prevé que esta proporción descenderá significativamente, hasta tan sólo el 37 por ciento, para el final de la presente campaña de comercialización, en 2004.

Undisplayed Graphic

38. En efecto, si las reservas han menguado tan rápidamente en China como ahora parece, las posibilidades de que se convierta en un notable importador de cereales también han debido aumentar de forma significativa. Los Gráficos 1 y 2 ilustran asimismo que si debiéramos trazar las tendencias de la producción y de la utilización de cereales hasta el año 2008, la diferencia entre ambas continuaría aumentando.

39. En el supuesto de que no se realizaran ni exportaciones ni importaciones, si China tuviera que cubrir la diferencia utilizando únicamente sus propias reservas de cereales, éstas podrían reducirse prácticamente a cero para el año 2007. Aún así, no es probable que ello suceda, ya que China puede recurrir a los mercados internacionales para compensar la diferencia y/o cambiar su política en relación con la producción interna y aumentar su producción de cereales.

Undisplayed Graphic

40. Sin embargo, las respuestas a las preguntas sobre cuándo y qué cantidad importará China siguen dependiendo en gran medida del nivel real de sus reservas. Por lo que respecta a variedades concretas de cereales, China ha empezado recientemente a exportar trigo, pero las probabilidades de que se mantenga como un gran exportador de trigo son escasas. Por el contrario, la creciente demanda de trigo de alta calidad en China y las limitaciones al aumento de la producción nacional de trigo podrían hacer que el país pase a ser un importador neto. Debido a que la demanda de piensos está aumentando rápidamente, y a menos que la producción nacional de maíz aumente con mucha mayor rapidez en los próximos años, China también podría convertirse en un importador neto de maíz. En los últimos años, China ha ingresado en el grupo de los principales proveedores de maíz del mundo, pero sin duda sus exportaciones disminuirán en el futuro. Los precios internacionales no permanecerían estables si China redujera o restringiera sus exportaciones de maíz, y aumentarían de forma aún más acusada si China se convirtiera en un gran importador. En cuanto al arroz, China sigue siendo un considerable exportador neto, pero la demanda de arroz de alta calidad va en aumento. Por lo tanto, parece improbable que pueda mantener su actual bajo nivel de importaciones así como sus cuantiosas exportaciones, a menos que promueva políticas más favorables a la producción.

VI. CONCLUSIONES

41. Buena parte de las reducciones de las reservas mundiales obedece a la acusada disminución de las existencias de cereales en China. A pesar de sus evidentes deficiencias estadísticas, los resultados del presente estudio refuerzan la tesis de que las reservas en China deben haber disminuido considerablemente en los últimos años. No obstante, sigue siendo una labor difícil, si no imposible, comprobar cuál puede ser o puede no ser el nivel “real” de las reservas en China. Se trata de una limitación importante debido a que mientras la FAO no disponga de información fidedigna y coherente sobre el volumen total de las reservas en China, su valoración de la situación del mercado mundial de cereales no será del todo fiable.

42. Por consiguiente, el Grupo tal vez desee alentar a la Secretaría a que explore la posibilidad de mejorar estas estimaciones, en colaboración con las partes interesadas. Puede que desee asimismo mantener en examen la evolución del estado de las reservas mundiales y recomendar un atento seguimiento de los cambios en las reservas de otros países. Además, el Grupo tal vez desee pedir que la FAO desempeñe un papel más activo con miras a informar a los Estados Miembros sobre las posibles estrategias de gestión de riesgos, que podrían utilizarse en caso de que se registren grandes variaciones imprevistas de los precios internacionales de los cereales.

___________________________

1 Excepto la provincia china de Taiwán, la Región Administrativa Especial (RAE) de Hong Kong y la RAE de Macao.

2 La FAO mantiene dos conjuntos de balances de la oferta y la demanda de cereales, que son, en general, similares: uno de ellos es de uso público, ya que forma parte de FAOSTAT (Hojas de balance de alimentos), y el otro sirve para elaborar los análisis del SMIA. El examen realizado en el presente documento se refiere únicamente a este segundo conjunto, ya que los balances de cereales del SMIA se basan en las campañas de comercialización y proporcionan estimaciones de las existencias remanentes, mientras que los balances en FAOSTAT corresponden a los años civiles y sólo incluyen los cambios en las reservas.

3 La Secretaría expresa su agradecimiento al profesor Xiande Li, de la Academia de Ciencias Agrícolas de China, por su contribución a la preparación del presente documento mediante sus investigaciones.

4 En las estadísticas oficiales del Gobierno, sólo se registran de forma sistemática la producción y el rendimiento en relación con el trigo, el arroz con cáscara, el maíz, la soja y la patata.

5 Cuando se trata de cifras per cápita nacionales, los datos no siempre son compatibles con los que publica la FAO. A grandes rasgos, existen al menos tres problemas en relación con los datos de la ANE: 1) el consumo de cereales en las zonas rurales corresponde a la cantidad real consumida, mientras que el consumo de cereales en las zonas urbanas corresponde a la cantidad adquirida; 2) los datos sobre el consumo rural se refieren a productos sin elaborar (por ejemplo, el arroz con cáscara), mientras que los datos sobre el consumo urbano se refieren a los productos elaborados (harina de trigo, arroz elaborado); y 3) no se dispone de información sobre la cantidad de cada variedad de grano consumida en las zonas rurales o urbanas.

6 El método utilizado para calcular estos coeficientes se basa en los resultados de varias investigaciones. En un estudio (Lu) se analizó el consumo fuera de casa de productos cárnicos, huevos y mariscos y se estimó que el consumo fuera de casa de dichos productos representaba el 8 por ciento del consumo total de la población urbana y el 6 por ciento en el caso de la población rural. Se acepta comúnmente que la gente tiende a consumir más productos animales y menos cereales cuando come en restaurantes que cuando lo hace en casa. A falta de estimaciones empíricas, se da por supuesto además que el índice de desperdicio del 4 por ciento es constante a lo largo del tiempo (1987 a 2002) e igual en las zonas rurales y en las zonas urbanas. No obstante, las estimaciones relativas a las zonas urbanas son más altas que las relativas a las zonas rurales, principalmente porque se basan en datos sobre el gasto en lugar de en datos sobre el consumo de alimentos, y es más probable también que hayan aumentado paralelamente al fuerte aumento de los ingresos.

7 Debido a la limitación de espacio, en el presente documento no se incluyen los datos sobre el consumo con arreglo a las encuestas de la ANE.

8 En China se suelen clasificar los piensos en cuatro tipos: forraje fino, forraje basto, forraje verde y forraje proteínico de origen animal. El forraje fino (jing siliao) incluye grano (cereales + patatas), tortas (de harina de soja, de algodón, de colza y de sésamo, etc.) y salvado (salvado de arroz, salvado de trigo, etc.), que constituyen prácticamente la totalidad de los ingredientes del pienso compuesto. El forraje basto (cu siliao) comprende la paja (paja de arroz, de trigo, de maíz, etc.). El forraje verde (qing lu siliao) incluye abono verde, hojas de legumbres y de árboles, pasto pará, etc. Finalmente, el forraje proteínico de origen animal incluye polvo de pescado, crisálidas del gusano de seda, lombrices de tierra, etc. (cfr. Equipo de edición del sector ganadero en la China actual, 1991).

9 Véanse Aubert (2000), Colby et al. (1999), Fuller et al. (2000), Lu (1998) y Zhong (1997).

10 Por ejemplo, Zhang Xiaohui desglosa las reservas existentes a finales del año 2001 de la siguiente manera. De los 1 305 kg de reservas (lo que equivale al 58 por ciento de la producción), asigna el 50 por ciento al consumo humano, el 20 por ciento a semillas y piensos y los restantes 490 kg a reservas de emergencia, equivalentes a casi seis meses de raciones para consumo humano (Zhang, 2002).

11 En el norte de China (región productora de trigo), los agricultores cosechan el trigo en mayo y junio (y normalmente lo venden varias semanas más tarde), mientras que los agricultores del sur (región arrocera) empiezan a cosechar en julio el arroz temprano (y a normalmente lo venden varias semanas más tarde, por ejemplo en el mes de agosto).

12 Con respecto a los otros usos de los cereales, tales como el uso industrial o para semillas, la diferencia entre las estimaciones del SMIA y los datos nacionales es relativamente pequeña.