C 2005/2 |
33º período de sesiones |
Roma, 19-26 de noviembre de 2005 |
EL ESTADO DE LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN |
II. SITUACIÓN ACTUAL DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
III. SITUACIÓN ACTUAL DE LA AGRICULTURA
A. PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y GANADERA
B. SITUACIÓN DEL SUMINISTRO MUNDIAL DE CEREALES
C. TENDENCIAS DE LOS PRECIOS INTERNACIONALES DE LOS PRODUCTOS BÁSICOS
IV. RECURSOS PARA LA AGRICULTURA
ANEXO: EL ESTADO DE LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN EN CIFRAS1. Quedan diez años para conseguir el primero de los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre y el de las que viven en condiciones de pobreza extrema (con ingresos inferiores a 1 dólar EE.UU. por día) entre 1990 y 2015. Según estimaciones del Banco Mundial, el mundo está en vías de conseguir el objetivo relacionado con la pobreza1. Sin embargo, si se mantiene el actual ritmo de progreso, el ODM relativo al hambre no se alcanzará para 2015.
2. A escala mundial, la pobreza ha disminuido en cifras tanto absolutas (de 1 200 millones a 1 100 millones) como relativas (del 30 al 21 por ciento). La región del Asia oriental alcanzó su objetivo de reducción de la pobreza en 2001, con 14 años de antelación al calendario previsto. También el Asia meridional avanzó considerablemente en el decenio de 1990, reduciendo el porcentaje de personas extremadamente pobres del 41 al 31 por ciento, y va en camino de conseguir el ODM relativo a la pobreza.
3. Los objetivos de reducción de la pobreza parecen mucho más problemáticos en otras regiones. En el África subsahariana, la pobreza aumentó entre 1990 y 2001 tanto en cifras absolutas como relativas. Las proyecciones disponibles del Banco Mundial indican que tal vez no se alcance el ODM relativo a la pobreza en el África subsahariana, donde la realidad es que el número absoluto de personas pobres podría aumentar considerablemente. Si esta hipótesis se hiciera realidad, cerca de la mitad de la población pobre del mundo vivirá en el África subsahariana en 2015.
4. La reducción del hambre y la pobreza y la consecución de muchos otros ODM están relacionadas entre sí. Los niveles de mortalidad materno infantil y las bajas tasas de escolarización en los países en desarrollo están estrechamente vinculados a la prevalencia del hambre y la malnutrición. Lo mismo ocurre con la sostenibilidad del mismo ambiente: la explotación excesiva o la utilización errónea de los recursos naturales pone muy a menudo en peligro la seguridad alimentaria de la población. El logro de la mayoría de los ODM depende esencialmente, en gran medida, del progreso en la mejora de la nutrición y en la reducción del hambre.
5. El documento para la Conferencia de este año sobre El estado de la agricultura y la alimentación presenta información sobre la evolución de la seguridad alimentaria mundial y destaca las últimas tendencias en la producción, los mercados y el comercio agrícolas, así como en la asistencia externa a la agricultura.
6. También se invita a los delegados a que consulten diversos documentos recientes y páginas web de la FAO para obtener más información y análisis detallados. Por ejemplo, las últimas versiones de “Perspectivas alimentarias” y “Cosechas y escaseces alimentarias” ofrecen información actualizada sobre producción y mercados de productos básicos, así como sobre emergencias alimentarias; puede encontrarse también amplia información sobre la inseguridad alimentaria en “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2005".
7. La FAO estima que el número de personas subnutridas en el mundo en 2000-02 fue de 852 millones. Esta cifra incluye 815 millones en los países en desarrollo, 28 millones en los países en transición y 9 millones en las economías de mercado desarrolladas (véase el Anexo, fig. 1). Por regiones, el porcentaje más alto del total de personas subnutridas, con el 60 por ciento, se encuentra en la región de Asia y el Pacífico, seguida por el África subsahariana, a la que corresponde el 25 por ciento del total.
8. La proporción de la población subnutrida varía entre las diferentes regiones de países en desarrollo (Anexo, fig. 2). La mayor incidencia de la subnutrición se encuentra en el África subsahariana, donde la FAO estima que el 33 por ciento de la población está subnutrida. Esa cifra es muy superior al 16 por ciento estimado para Asia y el Pacífico y al 10 por ciento estimado tanto para América Latina y el Caribe como para el Cercano Oriente y África del Norte.
9. En el plano mundial, las tendencias a largo plazo de muchos indicadores de la seguridad alimentaria han sido positivas. La prevalencia de la subnutrición en los países en desarrollo descendió desde el 37 por ciento de la población total en 1969-1971 hasta el 17 por ciento en
2000-02 (Anexo, fig. 3). Sin embargo, debido al crecimiento demográfico, la disminución del número absoluto de personas subnutridas ha sido más lenta que la incidencia porcentual de la subnutrición (Anexo, fig. 4).
10. El suministro medio mundial de calorías per cápita aumentó en un 16 por ciento desde 1969-1971, hasta llegar a 2 795 kcal/persona/día en 2000-02, mientras que el promedio de los países en desarrollo aumentaba en más del 25 por ciento. A medida que el consumo crecía, el régimen de alimentación se orientaba más hacia la carne, la leche, los huevos, las hortalizas y los aceites, y se apartaba de los cereales básicos. Los importantes aumentos logrados en los países más poblados, entre ellos el Brasil, China, Indonesia y Nigeria, habían influido de manera decisiva en los progresos realizados anteriormente en las cifras globales de consumo de alimentos y en los indicadores de la subnutrición en los países en desarrollo.
11. La mayor parte del mejoramiento de las cifras de subnutrición en los tres últimos decenios se concentró en Asia, que redujo en 25 puntos porcentuales la proporción de personas subnutridas durante ese período. En el África subsahariana, el cambio en la proporción subnutrida de la población fue muy limitado, mientras que el número de personas subnutridas aumentó de 93 millones en 1969-1971 a 204 millones en 2000-02. La región de América Latina y el Caribe registró un importante descenso tanto del porcentaje como del número absoluto de personas subnutridas en el decenio de 1970, pero ha avanzado poco desde entonces. En el Cercano Oriente y África del Norte, la incidencia de la subnutrición se redujo considerablemente en el decenio de 1970, pero para 2000-02 su nivel era ligeramente superior al de los dos decenios anteriores, después de haber aumentado realmente durante el decenio de 1990.
12. La subnutrición impone a los países en desarrollo un alto tributo tanto en términos humanos como económicos. Más de 5 millones de niños mueren cada año y los hogares pierden más de 200 millones de años de vida productiva de sus miembros a causa del hambre y la malnutrición. El costo económico directo de los problemas médicos relacionados con la subnutrición asciende a más de 30 000 millones de dólares EE.UU. al año. El costo indirecto de la pérdida de productividad debida a la subnutrición se estima en cientos de miles de millones de dólares. Estos extraordinarios costos humanos y económicos ponen de relieve que la reducción del hambre no es sólo un ODM fundamental en sí mismo: es también decisivo para el logro de los demás ODM.
13. En junio de 2005, el número de países que se enfrentaban con una grave escasez de alimentos en todo el mundo era de 34: 23 en África, 8 en Asia, 2 en América Latina y 1 en Europa2. Las causas son diversas, si bien predominan los disturbios civiles y las condiciones meteorológicas adversas. Los recientes brotes de langosta del desierto en el África occidental y la catástrofe del tsunami en el Asia meridional han tenido consecuencias graves, aunque localizadas, para la seguridad alimentaria. En muchos de esos países, la pandemia del VIH/SIDA es un factor que contribuye en gran medida a la escasez de alimentos.
14. Los disturbios civiles o la existencia de personas desplazadas internamente o de refugiados son la causa de más de la mitad de las emergencias alimentarias notificadas en África hasta junio de 2005. La proporción de emergencias alimentarias que pueden considerarse de origen humano ha aumentado con el tiempo. De hecho, los conflictos y los problemas económicos se mencionaron como causa principal en más del 35 por ciento de las emergencias alimentarias entre 1992 y 2004, en comparación con alrededor del 15 por ciento en el período comprendido entre 1986 y 1991. En muchos casos, las catástrofes naturales se ven agravadas por desastres de origen humano, lo que da lugar a emergencias prolongadas y complejas.
15. La repetición y persistencia de las emergencias aumentan a veces la gravedad de los efectos. Treinta y tres países padecieron emergencias alimentarias durante más de la mitad de los años del período 1986-2004. En particular, muchas emergencias complejas inducidas por conflictos son persistentes y se convierten en crisis a largo plazo. Ocho países al menos sufrieron emergencias durante 15 años o más del período 1986-2004 y, en todos los casos, la guerra o los disturbios civiles fueron un factor importante en el origen de las emergencias.
16. En cambio, muchos países que disfrutan de economías y gobiernos relativamente estables pero se ven afligidos por condiciones meteorológicas desfavorables han aplicado programas de prevención y mitigación de crisis y han establecido canales eficaces para las actividades de socorro y rehabilitación. En esos países, una catástrofe natural no tiene por qué dar lugar a una crisis humanitaria prolongada.
17. La ayuda alimentaria en cereales disminuyó hasta 7,4 millones de toneladas en 2003-04 (junio a julio), cifra inferior en 1,8 millones de toneladas (el 20 por ciento) a la de 2002-03 (Anexo, fig. 5). La disminución más acusada tuvo lugar en Asia, donde los envíos se redujeron de 4,8 a 3,6 millones de toneladas (el 25 por ciento). Los cinco países que más se beneficiaron de la ayuda alimentaria en cereales en 2003-04, en volumen de envíos, fueron Bangladesh, el Iraq, Etiopía, la República Popular Democrática de Corea y Zimbabwe. Todos esos países, excepto Zimbabwe, habían figurado también el año anterior entre los cinco países que más se habían beneficiado de la ayuda alimentaria.
18. La ayuda alimentaria en cereales se ha caracterizado por fluctuaciones anuales relativamente amplias, pero ha tendido a disminuir en relación con el nivel de finales del decenio de 1980 y principios del decenio de 1990. También en términos per cápita, los envíos han disminuido sustancialmente con respecto a los primeros años del decenio de 1990 (Cuadro 1). Dejando aparte envíos excepcionalmente grandes a la Federación de Rusia en algunos años, África sigue siendo la principal receptora, en términos per cápita, aunque a niveles muy inferiores a los de hace un decenio.
19. Los Principios de la FAO sobre Colocación de Excedentes y Obligaciones de Consulta de los Estados Miembros, aprobados 1957 y consagrados en 1995 en las disciplinas sobre subvenciones a la exportación del Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC, tienen por objeto limitar la posibilidad de que la ayuda alimentaria altere las corrientes normales del comercio. La ayuda alimentaria podría ser objeto de nuevas disciplinas en las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha actualmente en curso (que se examinan con más detalle en la sección III.D infra). Los Miembros de la OMC han acordado eliminar para una determinada fecha la ayuda alimentaria que no esté en conformidad con unas disciplinas operacionalmente eficaces. En las negociaciones se está abordando la función de las organizaciones internacionales en lo que respecta al suministro de ayuda alimentaria por los Miembros, incluidos los aspectos humanitarios y de desarrollo conexas, así como la cuestión del suministro de ayuda alimentaria exclusivamente en forma de donación3.
Cuadro 1: Envíos per cápita de ayuda alimentaria en cereales (equivalente en grano)
(kg per cápita)
92/93 |
93/94 |
94/95 |
95/96 |
96/97 |
97/98 |
98/99 |
99/00 |
00/01 |
01/02 |
02/03 |
03/04 |
|
África |
10,1 |
5,0 |
5,0 |
3,4 |
2,3 |
2,7 |
3,0 |
3,4 |
4,4 |
2,6 |
4,3 |
3,7 |
Asia |
0,9 |
1,1 |
1,2 |
1,2 |
0,7 |
0,9 |
1,5 |
1,2 |
1,2 |
1,1 |
1,3 |
0,9 |
América Latina y el Caribe |
3,4 |
3,4 |
2,4 |
1,2 |
1,2 |
1,0 |
1,9 |
1,5 |
1,1 |
1,4 |
1,4 |
0,7 |
Federación de Rusia |
7,6 |
16,7 |
0,1 |
0,5 |
0,1 |
0,3 |
13,6 |
16,8 |
2,1 |
1,1 |
0,0 |
0,2 |
Otros |
3,1 |
1,5 |
0,7 |
0,4 |
0,4 |
0,2 |
0,4 |
0,6 |
0,3 |
0,4 |
0,2 |
0,3 |
Fuente: PMA
20. En los dos últimos años, la tasa de crecimiento de la producción agrícola y ganadera mundial fue superior al promedio de los cuatro decenios anteriores. El crecimiento más alto de la producción agrícola mundial en 2003 y 2004 es el resultado de un rápido aumento de la producción en los países en desarrollo y desarrollados, respectivamente. Por lo que respecta al conjunto de los países en desarrollo, el crecimiento de la producción alcanzó su punto culminante en 2003, pero disminuyó en el año siguiente hasta situarse por debajo del promedio de los decenios anteriores. El grupo de los países desarrollados registró en 2004 un importante crecimiento, de casi un 5 por ciento, después de varios años de reducción o estancamiento de la producción agrícola. Este aumento es el resultado de una firme recuperación en los países en transición y un crecimiento progresivo de la producción en las economías de mercado desarrolladas (Anexo, fig.6). Por lo que respecta a los países en transición, se registró un crecimiento especialmente fuerte en Belarús (13,9 por ciento), la República Checa (18,2 por ciento), Hungría (18,8 por ciento), Rumania (14,8 por ciento), Serbia y Montenegro (13,4 por ciento) y Ucrania (17,5 por ciento). En Polonia y Rusia se observó un crecimiento más moderado, pero aun así fuerte, del 4,1 y el 5,2 por ciento, respectivamente.
21. En todas las regiones de países en desarrollo, el crecimiento de la producción fue menor en 2004 que en 2003. En Asia y el Pacífico, los resultados agrícolas mejoraron en 2003, con una expansión del 4,5 por ciento tras el porcentaje inferior, del 2 por ciento, registrado en 2002. Sin embargo, la tasa de crecimiento de la producción agrícola en la región disminuyó al 2,5 por ciento en 2004. América Latina y el Caribe experimentaron durante el período de 2000-03 unas tasas de crecimiento de la producción en constante aumento, que se redujeron al 2,4 por ciento en 2004. En el Cercano Oriente y África del Norte, los resultados agrícolas siguieron caracterizándose por unas fluctuaciones muy acusadas como consecuencia de las variaciones en las condiciones climáticas de muchos países de la región; después de haber aumentado casi un 7 por ciento en 2002 y haberse reducido al 2 por ciento en 2003, el crecimiento de la producción se mantuvo prácticamente estacionario en 2004. En el África subsahariana el crecimiento de la producción agrícola ha sido también variable en los últimos años, pero con tasas inferiores al promedio del decenio de 1990. Los datos correspondientes a 2004 indican un aumento de sólo el 0,5 por ciento de la producción agrícola global de la región (Anexo, fig.7).
22. Las tendencias a largo plazo de la producción alimentaria per cápita proporcionan una indicación de la contribución del sector a los suministros alimentarios (Anexo, fig..8). La producción mundial de alimentos per cápita ha aumentado constantemente en los últimos 30 años, con una tasa de crecimiento medio anual que llegó al 1,2 por ciento en el último decenio. Tanto los países en desarrollo como los desarrollados se han beneficiado de este aumento, aunque la tasa de crecimiento de la producción per cápita ha sido más alta en los países en desarrollo que en los desarrollados. La excepción es el África subsahariana, donde la producción de alimentos per cápita disminuyó constantemente en el período 1970-1982. Después de dos decenios de crecimiento estacionario o muy lento, la producción de alimentos per cápita de la región sigue situándose muy por debajo de los niveles alcanzados en 1970.
23. Después de varios años de estancamiento, la producción mundial de cereales aumentó considerablemente en 2003/04 y se prevé que alcanzará un volumen sin precedente de 2 057 millones de toneladas en 2004-05, superior en un 9,2 por ciento al del año anterior. Con este nivel de producción, y aun teniendo en cuenta el aumento previsto de la utilización mundial de cereales en 2004-05, se esperan excedentes significativos por primera vez desde 1999-2000 (Anexo, fig.9). Esto significa que las reservas mundiales de cereales podrían aumentar al final de la campaña de 2004-05, hecho positivo para la seguridad alimentaria mundial tras las fuertes reducciones de los últimos cuatro años.
24. Se prevé que las existencias mundiales de cereales aumentarán hasta 450 millones de toneladas al término de las campañas agrícolas que finalizan en 2005 (Anexo, fig.10). Este incremento previsto de las reservas mundiales de cereales es digno de mención porque representa el primer aumento de ese tipo en varios años. La mayor parte de la acumulación se producirá probablemente en los lugares donde las perspectivas de la producción son más favorables, especialmente en la UE y los Estados Unidos. Incluso en China, país al que se debió la mayor parte de la reducción de las existencias mundiales en los últimos años, sólo se prevé este año un descenso relativamente pequeño tras la buena cosecha de 2004. Se pronostica que la relación entre existencias y utilización a escala mundial ascenderá al 22 por ciento en 2005.
25. En 2004, los precios de los productos alimenticios básicos alcanzaron sus niveles más altos desde mediados del decenio de 1990 (Anexo, fig.11). Los precios de las grasas y aceites han encabezado esta tendencia, con un aumento del 63 por ciento respecto de los bajos niveles de 2000 y 2001. Otros precios de alimentos básicos, como los cereales, la carne y los productos lácteos, han aumentado también, aunque en menor medida.
26. Los aumentos de los precios en el sector de las semillas oleaginosas se deben a un aumento firme y constante de la demanda de aceites con fines alimentarios y para la fabricación de harinas destinadas a piensos. El alto nivel de los precios de las semillas oleaginosas está impulsando a los agricultores a aumentar la superficie plantada; suponiendo que las condiciones meteorológicas sigan siendo favorables y que la incidencia de las plagas se mantenga baja, el aumento de la producción de semillas oleaginosas previsto en 2004-05 podría atenuar la tendencia ascendente de los precios.
27. Los precios de los cereales aumentaron un 29 por ciento entre 2000 y 2004. A pesar de que las existencias fueron menores que las que habían sido habituales anteriormente, los precios de los cereales se moderaron algo a mediados de año, debido a unas cosechas favorables.
28. Los precios internacionales de la carne aumentaron en 2003 y 2004 al reducirse los suministros exportables como consecuencia de los brotes de enfermedades de los animales en importantes países exportadores de carne y de las consiguientes prohibiciones impuestas a las importaciones procedentes de esas zonas. Los precios de las carnes de ave de corral y cerdo se moderaron ligeramente en 2004, pero los de la carne de bovino siguieron aumentando al disminuir la producción y empeorar las perspectivas comerciales debido a los problemas causados por las enfermedades y a los precios más altos de los piensos.
29. En contraste con el aumento de los precios de los productos alimenticios básicos, la situación de los precios de los productos y las materias primas tropicales es variable. Un pronóstico inicial de la FAO con respecto al mercado mundial del azúcar en 2005 indica que el consumo mundial de este producto podría ser ligeramente superior a la producción mundial por segundo año consecutivo. El déficit previsto en la producción mundial podría ocasionar un descenso de las existencias en los principales países exportadores que favorecería el reforzamiento persistente de los precios del mercado.
30. El significativo exceso de la oferta y el lento crecimiento de la demanda en el mercado mundial dieron lugar a que los precios del café descendieran un 58 por ciento entre 1998 y 2001. Los precios se han mantenido bajos desde entonces, y aunque en el período intermedio se han registrado algunos aumentos, no fue sino en febrero de 2005 cuando los precios alcanzaron realmente el nivel que tenían como promedio en 1999. Las estimaciones iniciales indican que el volumen de la cosecha en 2004-05 será similar al obtenido en 2003-04 y que proseguirá la tendencia ascendente de los precios.
31. Tras haber disminuido casi un 50 por ciento entre 1998 y 2000, a partir de finales de 2001 se inició una firme recuperación de los precios del cacao que continuó en 2002 y 2003, debido en gran medida a las cosechas reducidas por las enfermedades. Los precios del cacao bajaron ligeramente en 2004, pero las recientes dificultades con que se enfrentaron los envíos procedentes del África occidental dieron lugar a un ligero fortalecimiento de los precios en febrero de 2005.
32. Los precios del algodón descendieron a finales de 2004 como resultado de la cosecha excepcional en los principales países productores de algodón (el Brasil, China, los Estados Unidos, la India y el Pakistán, que representan en conjunto más del 70 por ciento de la producción mundial). Los precios mundiales del algodón se recuperaron en los tres primeros meses de 2005, debido sobre todo a las previsiones de un descenso de la producción en 2005-06, a raíz de la disminución de la superficie plantada como respuesta a los bajos precios en la época de la siembra.
33. Los precios del caucho se recuperaron también en 2003 y 2004 con respecto a los niveles muy bajos imperantes en años anteriores. El crecimiento económico más firme y los precios más altos del caucho sintético a base de petróleo son las causas de la recuperación de los precios del caucho.
34. Unos precios bajos e inestables, especialmente en el caso de las bebidas y otros productos tropicales, tienen efectos negativos en la capacidad de muchos países en desarrollo para generar ingresos de exportación. Nada menos que 43 países en desarrollo dependen de un único producto agrícola para obtener más del 20 por ciento de sus ingresos totales de exportación y más del 50 por ciento de los ingresos derivados de las exportaciones agrícolas. La fuerte dependencia respecto de unos pocos productos de exportación hace que las economías globales de esos países sean sumamente vulnerables a las condiciones del mercado de tales productos. Las grandes oscilaciones de los ingresos de exportación pueden tener, a su vez, efectos negativos en la renta, la inversión, el empleo y el crecimiento.
35. Tras haber descendido durante varios años, el valor de las exportaciones agrícolas mundiales aumentó a partir de 2001 y alcanzó una cifra sin precedente en 2003 (Anexo, fig.12). La parte correspondiente al comercio agrícola en el comercio total de mercancías siguió durante todo el decenio de 1990 una tendencia descendente a largo plazo, al haber aumentado el comercio de productos agrícolas de forma más moderada que el de productos manufacturados. El reciente repunte de las exportaciones agrícolas ha estabilizado la participación de la agricultura en el comercio total de mercancías en el 7 por ciento, frente a un 25 por ciento aproximadamente a comienzos del decenio de 1960 (Anexo, fig.13). Por lo que respecta a los países en desarrollo, la parte correspondiente a las exportaciones agrícolas en las exportaciones totales de mercancías disminuyó de casi un 50 por ciento a comienzos del decenio de 1960 a tan sólo un 7 por ciento en 2003. La participación decreciente de la agricultura en las exportaciones totales de mercancías de los países en desarrollo evidencia tanto una diversificación de su comercio en favor de los productos manufacturados como un crecimiento relativamente lento del comercio agrícola.
36. Hasta principios del decenio de 1990, los países en desarrollo tuvieron un excedente comercial agrícola en la mayoría de los años, pero a partir de entonces esa posición excedentaria del comercio agrícola se ha ido reduciendo, y durante la mayor parte del pasado decenio sus exportaciones e importaciones agrícolas mantuvieron prácticamente equilibradas, registrándose un déficit en algunos años (Anexo, fig.14). Las perspectivas de la FAO hasta 20304 indican que, en conjunto, pasarán a ser importadores netos de productos agrícolas, y estiman que el déficit comercial agrícola de los países en desarrollo será de 18 000 millones (en dólares EE.UU. de 1997-99) en 2015, y aumentará hasta 35 000 millones en 2030.
37. En las diferentes regiones de países en desarrollo se observan posiciones muy diversas por lo que respecta al comercio agrícola. En particular, en la región de América Latina y el Caribe se ha observado un aumento de su excedente comercial agrícola a partir de mediados del decenio de 1990. Al mismo tiempo, la región de Asia y el Pacífico ha pasado a ser importadora neta de productos agrícolas, mientras que el considerable déficit estructural del Cercano Oriente y África del Norte no da muestras de disminuir. Lo más impresionante es la gradual marginación del África subsahariana en los mercados internacionales de exportación de productos agrícolas, habiendo disminuido paulatinamente su participación en las exportaciones agrícolas mundiales de casi un 10 por ciento hace cuatro decenios a un 3 por ciento aproximadamente en la actualidad.
38. Los altos niveles de subnutrición están en correlación con una fuerte dependencia respecto de las exportaciones agrícolas. Los grupos de países con los niveles más altos de subnutrición tienden a depender de productos agrícolas para obtener una gran parte de su renta, su empleo y sus ingresos de exportación (Anexo, fig. 15). Al mismo tiempo, el grupo de países con los niveles más altos de subnutrición gasta más del 14 por ciento de sus ingresos totales de exportación en financiar importaciones de alimentos (Anexo, fig. 16). Además, los países con los niveles más desfavorables de subnutrición tienen los sectores agrícolas menos integrados en los mercados internacionales (Anexo, fig. 17).
39. Las exportaciones de productos agrícolas elaborados han aumentado a un ritmo significativamente más rápido que los productos básicos semielaborados o sin elaborar, y actualmente representan casi la mitad del comercio agrícola mundial. Sin embargo, los países menos adelantados no han participado en ese crecimiento; por el contrario sus exportaciones de productos elaborados han disminuido, pasando de cerca del 30 por ciento de las exportaciones agrícolas totales en el decenio de 1960 a menos del 20 por ciento en el decenio de 1990 (Anexo, fig. 18).
40. El rápido crecimiento del comercio de productos agrícolas elaborados se debe en gran medida a las transformaciones demográficas y económicas que están teniendo lugar en todo el mundo en desarrollo. El desarrollo urbano, la incorporación de la mujer al empleo remunerado y el aumento de los ingresos han incrementado el costo de oportunidad de comprar y preparar alimentos sin elaborar y contribuyen a explicar la rápida reorientación hacia los alimentos elaborados que se está produciendo tanto en el comercio internacional como en los mercados nacionales. Una novedad importante relacionada con esta tendencia es el aumento de los supermercado en los países en desarrollo, que está dando lugar a una transformación del comercio minorista y tiene consecuencias importantes para los pequeños agricultores y las comunidades rurales. En particular, la estructura de las pequeñas explotaciones agrícolas debe cambiar como respuesta a las prácticas de compra de los supermercados5.
41. El comercio puede influir directa o indirectamente en la pobreza y la seguridad alimentaria a través del comercio en general y del comercio agrícola en particular6. Una mayor participación e integración en el comercio internacional fomenta el crecimiento económico, incrementa las oportunidades de empleo y mejora la capacidad para obtener ingresos de las personas expuestas a la pobreza y la inseguridad alimentaria, es decir, aumenta el acceso a los alimentos. Además, la apertura al comercio agrícola puede promover la seguridad alimentaria al aumentar los alimentos suministrados para satisfacer las necesidades de consumo y reducir la variabilidad de los suministros alimentarios globales.
42. La mayor parte de los aumentos estimados de los ingresos mundiales derivados de la liberalización del comercio agrícola irían a parar a los países industriales, en los que la incidencia de unas políticas agrícolas económicamente ineficientes suele ser más acusada. Sin embargo, son los países en desarrollo los que obtienen los mayores aumentos relativos en lo que respecta al PIB, estimados entre un 0,2 y un 0,7 por ciento del PIB. Es muy significativo el hecho de que entre el 70 y el 85 por ciento de los aumentos potenciales de los países en desarrollo provenga de la reforma de sus propias políticas agrícolas.
43. Puede que no todos los países se beneficien de la liberalización del comercio agrícola. Los países que son importadores netos de alimentos sufren los efectos negativos de la relación de intercambio, al aumentar los precios mundiales de los alimentos como consecuencia de los cambios de política. Asimismo pueden resultar perjudicados los actuales beneficiarios de acuerdos comerciales preferenciales. Pero también para esos países la liberalización agrícola podría contribuir de manera significativa a aumentar los salarios de los trabajadores no calificados, que suelen contarse entre los más pobres de los pobres. Lo cierto es que los mercados de trabajo son una de las principales vías a través de las cuales la liberalización del comercio afecta a la pobreza al nivel de los hogares.
44. La liberalización del comercio por sí sola no permite a la mayoría de los países en desarrollo conseguir sus ODM relativos a la pobreza y el hambre. En cambio, es importante tener presente que los obstáculos al comercio no imputables a las políticas, como una infraestructura deficiente y un alto costo del transporte, pueden hacer que incluso una amplia reforma de la política comercial tenga efectos lentos. Unas políticas internas apropiadas y unas inversiones públicas que promuevan el crecimiento en favor de las personas pobres y las redes de protección son fundamentales para las estrategias de seguridad alimentaria. La ampliación de los mercados por medio del comercio puede proporcionar oportunidades de crecimiento, alentar la eficiencia, y eliminar restricciones de escala y de alcance en el caso de pequeñas economías de bajos ingresos con unos mercados internos limitados.
45. La pesca desempeña un importante papel en la economía alimentaria mundial. Más de 38 millones de pescadores y piscicultores obtienen sus medios de subsistencia de la pesca y la acuicultura. Mundialmente, el pescado proporciona alrededor del 15 por ciento de las proteínas animales consumidas, con variaciones que van desde un promedio del 23 por ciento en Asia hasta aproximadamente el 18 por ciento en África y alrededor del 7 por ciento en América Latina y el Caribe. La evolución de la oferta mundial de pescado en el último decenio se ha visto dominada por las tendencias en China, que ha notificado un crecimiento muy firme de la producción pesquera, en particular la procedente de la acuicultura en aguas continentales, y se ha convertido en el primer productor pesquero del mundo.
46. La producción pesquera total en 2003 fue de 132,5 millones de toneladas, de los cuales 42,3 millones de toneladas correspondieron a la acuicultura (Anexo, fig.19). La producción mundial de la pesca de captura fue de 90,2 millones de toneladas, un 3 por ciento menos que en 2002 (Anexo, fig.20). La mayor parte de las fluctuaciones en la producción pesquera de los últimos años se han debido a variaciones en las capturas de anchoveta peruana, ocasionadas por las condiciones climáticas (El Niño). En 2003, China notificó una producción de 16,8 millones de toneladas, cifra que representa un ligero aumento con respecto a 2002. El Perú (6,1 millones de toneladas), los Estados Unidos (4,9 millones de toneladas), Indonesia (4,7 millones de toneladas) y el Japón (4,6 millones de toneladas) fueron otros productores importantes.
47. La producción acuícola mundial ha aumentado rápidamente en los últimos años y representa ahora el 32 por ciento de la producción pesquera total (Anexo, fig. 21). La mayor parte del crecimiento debe atribuirse a China, a la que corresponden actualmente más de dos tercios de la producción acuícola total en términos de volumen (28,9 millones de toneladas en 2003).
48. Cerca del 40 por ciento (equivalente de peso en vivo) de la producción pesquera mundial es objeto de un comercio internacional que en 2003 alcanzó un valor aproximado de 63 000 millones de dólares EE.UU. Los países en desarrollo suministraron algo menos del 50 por ciento de las exportaciones, y los diez primeros exportadores representaron dos tercios del total de los países en desarrollo. Los países desarrollados absorbieron más del 80 por ciento del total de las importaciones pesqueras mundiales, en términos de valor (Anexo, fig. 22). El Japón y los Estados Unidos representaron juntos hasta el 36 por ciento del total de las importaciones mundiales de productos pesqueros. La importancia de las exportaciones pesqueras como fuente de divisas para los países en desarrollo ha aumentado significativamente. En la actualidad, las exportaciones netas acumuladas de productos pesqueros de los países en desarrollo exceden con mucho los ingresos de exportación derivados de importantes productos básicos como el café, el banano y el caucho.
49. En términos per cápita, mientras que los suministros totales de pescado para alimentación procedentes de la pesca de captura se han mantenido estables en los últimos años, los suministros per cápita procedentes de la acuicultura han aumentado considerablemente (Anexo, fig. 23). Esto ha sucedido especialmente en China, donde los suministros per cápita procedentes de la acuicultura han aumentado hasta el punto de proporcionar algo más del 75 por ciento del total de los suministros pesqueros per cápita para alimentación, en comparación con sólo el 18 por ciento en el resto del mundo.
50. La producción mundial de madera en rollo en 2003 ascendió a 3 342 millones de metros cúbicos, alrededor del 1,2 por ciento más que en el año anterior (Anexo, fig. 24). La mayor parte de la producción mundial de madera se destina a combustible. De la producción total de madera en rollo en 2003, el 53 por ciento se utilizó como combustible y el 47 por ciento restante con fines industriales. La mayor utilización de la madera como combustible se da en los países en desarrollo, donde con frecuencia la madera es la principal fuente de energía. En cambio, la mayor parte de la producción de madera en rollo industrial sigue correspondiendo a los países desarrollados, que proporcionan más del 70 por ciento del total.
51. En 2002, los países en desarrollo produjeron 2 000 millones de metros cúbicos, o sea el 60 por ciento de la producción total de madera en rollo (Anexo, fig. 25). Casi el 80 por ciento de la producción de madera en rollo consiste en combustible de madera, cuyo volumen se ha mantenido estable en los últimos años. La producción de madera en rollo industrial de los países en desarrollo empezó a aumentar lentamente después de algunos años de descenso.
52. En los países desarrollados, la madera en rollo industrial representa el 87 por ciento de la producción de madera en rollo, mientras que la producción de combustible de madera es de importancia relativamente marginal. Además, la producción de los países desarrollados, a raíz de un descenso significativo a principios del decenio de 1990, sigue todavía muy por debajo de los niveles máximos alcanzados en 1989-1990.
53. Los datos iniciales correspondientes a 2002 indican que la asistencia externa total a la agricultura, medida en precios constantes de 2000, se mantuvo prácticamente invariada con respecto a los dos años anteriores (Anexo, fig. 26). Sin embargo, el panorama mundial oculta desplazamientos entre regiones. En América Latina y el Caribe y los países en transición hubo fluctuaciones en los últimos años, mientras que la asistencia a Asia sigue disminuyendo. Se prevé que la asistencia externa al África subsahariana aumentará por tercer año consecutivo, pasando de 2 800 millones de dólares EE.UU. en 2001 a 3 400 millones en 2002.
54. Las tendencias a largo plazo de la asistencia externa a la agricultura revelan una disminución muy significativa en términos reales desde principios del decenio de 1980 (con un nivel máximo en 1982) hasta principios del decenio de 1990 (Anexo, fig. 27). A partir de 1993, la asistencia externa a la agricultura ha fluctuado en torno a niveles que se aproximan a la mitad de los registrados en el período 1982-86. Tanto la asistencia bilateral como la multilateral han contribuido a una contracción significativa de los niveles de asistencia comparados con los de la primera parte del decenio de 1980. En cambio, la parte de la asistencia en condiciones de favor ha tendido a aumentar algo, llegando a ser de más del 80 por ciento en 2000.
55. Si se mide en cantidades por trabajador agrícola, la asistencia externa a la agricultura se ha reducido a menos de la mitad desde que alcanzó su punto culminante en 1982 (Anexo, fig. 28). Entre las regiones de países en desarrollo, el África subsahariana parece recuperarse de la tendencia descendente de los dos últimos decenios, con 17 dólares EE.UU. de asistencia externa por trabajador agrícola en 2002. Un posible ligero aumento de los valores correspondientes al Cercano Oriente y África del Norte y a América Latina y el Caribe en 2002 no podrá ser confirmado hasta que se disponga de datos definitivos. La cuantía de la asistencia por trabajador agrícola en Asia y el Pacífico sigue siendo inferior a la de las demás regiones. También suscita preocupación el hecho de que la asistencia externa a la agricultura no suela llegar a los países más necesitados desde el punto de vista de la prevalencia de la subnutrición. De hecho, la asistencia externa por trabajador agrícola es mayor en los países de prevalencia más baja de personas subnutridas en su población (Anexo, fig. 29).
56. Teniendo en cuenta el descenso de los recursos destinados a la agricultura, la reciente decisión adoptada por algunos países donantes de aumentar la asistencia para el desarrollo y cancelar la deuda es una novedad importante. El Consejo de la Unión Europea ha establecido una proporción del 0,56 por ciento entre la asistencia oficial para el desarrollo y los ingresos nacionales brutos para 2010, que aumentará al 0,7 por ciento para 2015. Además, el reciente acuerdo alcanzado por el G-8 cancela todas las deudas contraídas con sus miembros por 18 países sin que se reduzcan los fondos globales a disposición de esos u otros países. Se trata de pasos importantes hacia la aplicación del consenso de Monterrey, que exigirá también que una parte mayor de los compromisos se destine a la agricultura y las zonas rurales.
57. El capital social agrícola es un factor importante de la productividad de la mano de obra agrícola y de los ingresos agrícolas7. La FAO ha preparado estimaciones del capital social agrícola, utilizando datos físicos sobre ganado, tractores, tierras de regadío, tierras dedicadas a cultivos perennes, etc., así como los precios medios en 1995. Esos datos permitieron deducir el capital social agrícola. Se considera que el cambio anual de éste indica la inversión en la agricultura.
58. Relacionar el capital social agrícola con el número de personas económicamente activas en la agricultura permite obtener un indicador del grado de capitalización del sector (Anexo, fig. 30). El capital social agrícola por trabajador agrícola difiere de forma muy significativa entre las regiones de países en desarrollo, siendo los niveles de América Latina y el Caribe y del Cercano Oriente y África del Norte muy superiores a los del África subsahariana y de Asia y el Pacífico. Al considerar la tendencia a largo plazo, desde 1975 el capital social agrícola por trabajador agrícola ha aumentado sólo de forma relativamente importante en América Latina y el Caribe, mientras que en el Cercano Oriente y África del Norte y en Asia y el Pacífico se han producido únicamente aumentos limitados. La característica más preocupante es la disminución, lenta pero aparentemente inexorable, del capital social por trabajador agrícola en el África subsahariana.
59. Una mirada al capital social por trabajador agrícola en la agricultura primaria de los países en desarrollo muestra que es extremadamente bajo y estable en los países donde la prevalencia de la subnutrición es alta, en comparación con los países que han logrado reducir el hambre. Y la diferencia en la inversión está aumentando. Los países que tienen actualmente los niveles más bajos de subnutrición (menos del 5 por ciento de la población) han registrado un fuerte crecimiento de su capital social agrícola desde 1975. En todas las demás categorías, la inversión ha aumentado poco, si es que lo ha hecho. Y en el grupo de países donde más de un tercio de la población está subnutrida, el valor del capital social en la agricultura primaria ha disminuido en cifras reales durante el último cuarto de siglo (Anexo, fig. 31).
60. La inversión pública en infraestructura y en investigación, enseñanza y extensión agrícolas es fundamental para estimular la inversión privada, la producción agrícola y la conservación de los recursos. La atención que prestan los gobiernos a la agricultura en relación con su importancia en la economía se refleja en el “índice de orientación agrícola”, es decir, la participación de la agricultura en gasto público dividida por su participación en el PIB (Anexo, fig. 32). Los países con niveles más bajos de subnutrición son los que tienen la orientación agrícola más firme en su gasto público. En comparación, el índice es muy bajo en los países con altos niveles de subnutrición. Es sin duda necesario reforzar el gasto público en el sector agrícola para poder aprovechar plenamente su posible contribución a la creación de empleo, la mitigación de la pobreza y la reducción de la inseguridad alimentaria.
61. En el presente documento se destacan varios aspectos positivos y negativos del estado mundial de la agricultura y la alimentación, entre los que se incluyen los siguientes:
62. Además de las tendencias examinadas anteriormente, el estado de la alimentación y la agricultura está configurado por importantes fuerzas de la economía en general. Entre ellas se incluyen el desarrollo urbano y el desplazamiento del hambre y la pobreza de las zonas rurales a las urbanas; la globalización y la integración de los mercados; el crecimiento de los ingresos y la transición de un número creciente de países de la categoría de bajos ingresos a la de ingresos medios, con una posible reducción de la importancia relativa de la agricultura como motor del crecimiento económico y de la reducción de la pobreza y un aumento de las actividades no agrícolas que contribuyen a mejorar las condiciones de vida de la población rural; la demanda en aumento de bienes públicos mundiales como reglas, normas y convenios internacionales; la mitigación de los efectos del cambio climático; la limitación de la energía fósil y la función de la agricultura como fuente de bioenergía; y el papel cada vez más importante del sector privado en la generación de conocimientos y la fijación de normas.
Fig. 1: Población subnutrida por regiones, 2000-02 (millones)
Fig. 2: Porcentaje de población subnutrida por regiones, 2000-02
Fig. 3: Tendencias del porcentaje de la población subnutrida en los países en desarrollo
Fig. 4: Tendencias del número de personas subnutridas en los países en desarrollo
Fig. 5: Receptores de ayuda alimentaria en cereales (equivalente en grano)
Fuente: PMA
Nota: Los años se refieren al período de 12 meses de julio a junio. Los países del Cercano Oriente situados en Asia se incluyen dentro de Asia, mientras que los países del Cercano Oriente situados en África del Norte se incluyen dentro de África.
* Incluidos los países en transición
Fig. 6: Cambios en la producción agrícola y ganadera
Cambio porcentual anual
En el gráfico inferior (y en las figuras posteriores) los países desarrollados se desglosan en “Economías de mercado desarrolladas” y “Países en transición”.
Fig. 7: Cambios en la producción agrícola y ganadera por regiones
Cambio porcentual anual
Fig. 8: Tendencia a largo plazo de la producción de alimentos per cápita por regiones de países en desarrollo (Índice 1999-2001 = 100)
Fig. 9: Producción y utilización mundiales de cereales
*: Los datos se refieren al año civil indicado en primer lugar
**: Pronóstico
Fig. 10: Existencias mundiales de cereales* y relación entre existencias y utilización
*: Los datos relativos a las existencias se basan en el conjunto de los remanentes globales al final de las campañas agrícolas nacionales y no representan los niveles de las existencias mundiales en ningún momento
**: Pronóstico
Fig. 11: Tendencias de los precios de los productos básicos
Fuente: FAO
**: Promedio de dos meses, enero-febrero
***: Promedio de cinco meses, enero-abril
Fig. 12: Cambio anual en el valor en dólares EE.UU. de las exportaciones agrícolas mundiales (cambio porcentual)
Fig. 13: Exportaciones agrícolas mundiales (dólares EE.UU. y porcentaje de las exportaciones totales de mercancías)
Fig. 14: Importaciones y exportaciones agrícolas por regiones (en valor y en participación en las exportaciones e importaciones de mercancías)
Fuente: FAOSTAT y Banco Mundial
Fuente: FAOSTAT
Fuente: FAOSTAT y Banco Mundial
Fuente: FAO
Fig. 19: Producción pesquera total - Todo el mundo y China
Nota: Los datos no incluyen la producción de mamíferos marinos, cocodrilos, corales, esponjas, conchas y plantas acuáticas
Fig. 20: Producción pesquera de captura - Todo el mundo y China
Fig. 21: Producción pesquera acuícola – Todo el mundo y China
Nota: Los datos no incluyen la producción de mamíferos marinos, cocodrilos, corales, esponjas, conchas y plantas acuáticas
Fig. 22: Exportaciones e importaciones de productos pesqueros - Países desarrollados y en desarrollo
Nota: Los datos no incluyen la producción de mamíferos marinos, cocodrilos, corales, esponjas, conchas y plantas acuáticas
Fig. 23: Suministro pesquero per cápita procedente de la pesca de captura y de la acuicultura - Todo el mundo y China
Fig. 24: Producción de madera en rollo - Todo el mundo
Fig. 25: Producción de madera en rollo – Países desarrollados y en desarrollo
Fig. 26: Compromisos de asistencia externa a la agricultura, por principales regiones receptoras (A precios constantes de 2000)
Fig. 27: Tendencia a largo plazo de la asistencia externa a la agricultura, 1974-2002
(A precios constantes de 2000)
Nota: * Datos provisionales
Fig. 28: Asistencia externa a la agricultura por trabajador agrícola
(A precios constantes de 2000)
*Preliminar
Fig. 29: Asistencia externa a la agricultura por trabajador agrícola, según la prevalencia de la subnutrición, 1998-2000 (a precios constantes de 2000)
Fig. 30: Capital social agrícola por trabajador agrícola, por regiones ($EE.UU. de 1995 por trabajador agrícola)
Fig. 31: Capital social agrícola por trabajador agrícola en los países en desarrollo, por prevalencia de la subnutrición en 2000-02 ($EE.UU. de 1995 por trabajador agrícola)
Fig. 32: Orientación agrícola de la inversión pública
Fuente: Cálculos de la FAO basados en datos del FMI y del Banco Mundial
1 Informe sobre seguimiento mundial 2005: Objetivos de desarrollo del Milenio: Del consenso a una acción más dinámica. Banco Mundial. 2005.
2 FAO, SMIA, Cosechas y escaseces alimentarias, Nº 2, junio de 2005. Los países del Cercano Oriente situados en Asia se incluyen dentro de Asia, mientras que los países del Cercano Oriente situados en África del Norte se incluyen dentro de África.
3 OMC, Programa de Trabajo de Doha, Decisión adoptada por el Consejo General el 1º de agosto de 2004, documento WT/L/579, párrafo 18, Ginebra, 2 de agosto de 2004.
4 FAO. Agricultura mundial: hacia los años 2015/30: Informe resumido. Roma 2002.
5 FAO. El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2004. Roma 2004.
6 FAO. The State of Food and Agriculture 2005. Agricultural trade and poverty: Can trade work for the poor? Roma 2005 (en preparación).
7 El capital social agrícola se refiere al valor de sustitución en términos monetarios (al final del año) de activos fijos tangibles producidos o adquiridos (tales como maquinaria, estructuras, ganado, mejoras de tierras) para uso repetido en el proceso de producción agrícola.