Comercio y mercados
 
©FAO/Caroline Thomas

La ayuda alimentaria tiene sus orígenes en la colocación de los excedentes alimentarios (principalmente de cereales) que se acumularon en algunos países desarrollados en los primeros años de la década de los 50. Reconociendo que esta ayuda podría reemplazar las importaciones comerciales y desalentar la producción local en los países receptores, la comunidad internacional estableció en 1954 los Principios de FAO sobre Colocación de Excedentes (los Principios). Los "Principios" son un código internacional de conducta que alienta el uso constructivo en la colocación de productos básicos excedentes, a la vez que salvaguarda los intereses de los exportadores comerciales y de los productores locales.

También se reconocía la importancia de la ayuda alimentaria al tratar ciertos asuntos de inseguridad alimentaria cuando, en 1967, los donantes de ayuda alimentaria firmaron el Convenio sobre la Ayuda Alimentaria (CAA). Este tratado tuvo por objeto aumentar la competencia de la comunidad internacional para responder a las necesidades de la ayuda alimentaria, para fijar el nivel mínimo de ayuda alimentaria que los países estaban dispuestos a proporcionar, garantizando así un flujo predecible de ayuda alimentaria independiente del precio o de las fluctuaciones de los suministros.

En 1995, estos dos instrumentos internacionales se convirtieron en parte integral del Acuerdo sobre la Agricultura (AoA) de la Ronda Uruguay de OMC, en el que se estipulaba que las transacciones de ayuda alimentaria se debían llevar en conformidad con los Principios y se deberían extender para tomar posiblemente la forma de donaciones o hacerlo en términos no menos concesionarios que los proporcionados para el CAA.