Desvelar el costo real de los alimentos es el primer paso para hacer los sistemas agroalimentarios más inclusivos, resilientes y sostenibles. Como se reveló en El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2023, las actividades relacionadas con los sistemas agroalimentarios generan beneficios significativos para la sociedad, pero también tienen repercusiones negativas en cuanto a la sostenibilidad económica, social y ambiental. Los costos ocultos cuantificados de los sistemas agroalimentarios ascienden a cerca del 10 % del producto interno bruto mundial. Por consiguiente, es necesario adoptar medidas estratégicas, y todos los actores de los sistemas agroalimentarios —desde productores y agronegocios hasta consumidores y gobiernos— tienen un papel crucial que desempeñar.Si bien la transformación de los sistemas agroalimentarios supondría un beneficio neto global, los beneficios y los costos se distribuirían de forma desigual entre las partes interesadas y los países a lo largo del tiempo. En El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2024, a partir de las conclusiones de la edición de 2023, se analiza en mayor profundidad el uso de evaluaciones de los sistemas agroalimentarios basadas en la contabilidad de costos reales y se determinan intervenciones en materia de políticas con miras a lograr esa transformación. Mediante el uso de conjuntos de datos mundiales actualizados, el informe confirma las estimaciones previas de los costos ocultos cuantificados de los sistemas agroalimentarios y en él se presenta un desglose detallado de los costos ocultos asociados con hábitos alimentarios malsanos y con las enfermedades no transmisibles en 156 países. Estos datos se analizan a través de la lente de seis categorías de sistemas agroalimentarios para tener en cuenta diversos resultados y costos ocultos que exigen distintas intervenciones en materia de políticas. Varios estudios de casos que ofrecen evaluaciones en profundidad de los contextos nacionales, locales y en cuanto a las cadenas de valor ilustran las repercusiones económicas, sociales y ambientales de las prácticas actuales a fin de guiar las mencionadas intervenciones. La necesidad de mantener consultas inclusivas con las partes interesadas es crucial en todos los contextos a fin de fundamentar las intervenciones y conciliar los desequilibrios de poder y la compensación de ventajas y desventajas.