Esta guía es para las organizaciones locales que trabajan con comunidades (p. ej. organizaciones comunitarias y organizaciones no gubernamentales locales), que facilitan a los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales (PIs y CLs) el diseño e implementación de actividades de monitoreo ambiental y de biodiversidad en sus tierras. La guía incluye enfoques y consideraciones para todos los aspectos del monitoreo ambiental, pero con un enfoque particular en el monitoreo de la biodiversidad en respuesta a las necesidades y prioridades establecidas por los socios del Proyecto Caminos de Transformación.

En términos generales, el monitoreo de la biodiversidad suele estar motivado por la preocupación de garantizar su persistencia a largo plazo, ya sea porque la valoramos por sí misma o para garantizar el uso sostenible de la biodiversidad como recurso. También puede estar motivado por el deseo de comprender los impactos positivos y negativos de las actividades humanas en la biodiversidad, de desarrollar prácticas más sostenibles o de proporcionar evidencia de que las prácticas existentes de los PIs y CLs están apoyando la biodiversidad, para personas u organizaciones fuera de las comunidades.

A pesar del creciente énfasis dentro de las políticas y prácticas de conservación en facilitar que los PIs y CLs participen en programas de conservación y uso sostenible, y a pesar de la conciencia de la necesidad de encontrar puntos en común más profundos entre los valores y prioridades occidentales e indígenas a menudo aparentemente divergentes y enfocarse en defender los derechos de las personas, la realidad sobre el terreno generalmente no refleja estas aspiraciones. Para abordar esta brecha, los PIs y CLs pueden desear monitorear su biodiversidad y buscar apoyo técnico para hacerlo, así como informar sobre ella de una manera que les sea útil y que también esté en línea con enfoques de conservación externos. Sin apoyo externo, puede resultar difícil para algunos incorporar datos de monitoreo recopilados localmente en los indicadores nacionales e internacionales del estado de la biodiversidad, ya sea porque las vías para hacerlo no están claras, los datos recopilados no se consideran robustos o porque no encajan con las prioridades o métodos de los actores externos de conservación.