El artículo describe cómo la apicultura contribuye a incrementar la biodiversidad y los ingresos de comunidades indígenas en el sur de Belice, específicamente en el Paisaje Dorado Maya, parte del Corredor Biológico Mesoamericano. A través de prácticas tradicionales —como la milpa— y nuevas técnicas agroforestales, productores como Eventir Cal combinan cultivos cercanos al hogar con manejo de colmenas, incluyendo abejas nativas sin aguijón, lo que mejora la productividad de cultivos y fortalece la conservación del bosque. Enfrentando desafíos climáticos como sequías frecuentes e incendios forestales que destruyeron tierras agrícolas y colonias de abejas, estas comunidades reciben apoyo de la FAO y del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) para restaurar colmenas pérdidas, reubicar abejas silvestres de forma segura, y educar en la importancia de los polinizadores. El resultado es un modelo inclusivo que sostiene medios de vida, refuerza la seguridad alimentaria y promueve ecosistemas más resilientes.