Los efectos diferenciados de la liberalización comercial en Chile sobre zonas rurales en la VI Región de O'Higgins y la IX Región de la Araucanía
El desarrollo de la agricultura familiar es un tema de fundamental importancia para el crecimiento del sector agrícola chileno. A nivel del país, las explotaciones de menos de 20 hectáreas representan el 75 % del total. Hay que entender las características de la agricultura familiar y sus especificidades regionales para proponer caminos de desarrollo adecuados. Estos datos permiten formular recomendaciones adaptadas a sus necesidades. Las explotaciones familiares se caracterizan por una mano de obra exclusivamente familiar pero abundante. Son pequeñas explotaciones de menos de 50 hectáreas. Producen una cantidad limitada de productos agrícolas. Disponen de equipamiento agrícola básico y en general de segunda mano. Su posibilidad de inversión es limitada, lo que desfavorece la implementación de nuevos proyectos. Aunque la agricultura familiar presenta características comunes, también hay que tomar en cuenta la diversidad regional. Las zonas agrícolas se distinguen por sus condiciones climáticas y su organización territorial. Cada cultivo necesita condiciones especificas para crecer; los duraznos, por ejemplo, y los paltos requieren un clima soleado, mientras que los manzanos necesitan un mínimo de frío. El maíz crece mejor en las regiones centrales, mientras que la zona más adecuada para el trigo se ubica en los alrededores de la IX Región. La presencia de mercados de consumo, la cercanía de agroindustrias y la infraestructuras juegan un papel fundamental para el desarrollo agrícola. Cada región tiene sus propias características y algunas, tal como la valle central, se benefician de mayores ventajas comparativas. Los proyectos, entonces, deben estar adaptados a los recursos que disponen cada tipo de productores, pero también a las características de la zona, como su clima, ubicación e infraestructura.