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Una serie de factores estructurales han contribuido a estas dinámicas de pobreza y desigualdad, especialmente en el medio rural: la exclusión social de los grupos rurales más vulnerables, especialmente indígenas, mujeres y jóvenes; un modelo de desarrollo económico rural concentrador e insostenible que favorece desproporcionadamente a la población de mayores ingresos y la falta de inversión pública en infraestructura, capital humano y otros beneficios básicos para el bienestar.
Más que nunca es urgente una respuesta coordinada a los complejos desafíos a los que se enfrentan los jóvenes rurales. Las acciones han de proporcionar a los jóvenes un acceso adecuado a la información, la educación y la formación profesional, así como a los activos productivos tangibles e intangibles y a los mercados. Es crucial apoyar las medidas legales y financieras para facilitar la transmisión de las explotaciones existentes y para incentivar la creación de nuevas explotaciones. Los programas de formación y educación diferenciados y específicos para los jóvenes pueden contribuir significativamente a la sostenibilidad generacional de la agricultura familiar.
Pero, ¿cuáles son algunos de los desafíos y oportunidades para incrementar su participación? FAO 2014: Los Jóvenes y la Agricultura. Desafíos clave y soluciones concretas)
Acceso insuficiente de los jóvenes al conocimiento, la información y la educación: La educación es un derecho humano básico. Una educación deficiente e inadecuada no sólo limita la productividad y la adquisición de habilidades y competencias, el acceso insuficiente al conocimiento y la información también obstaculizan el desarrollo de las comunidades. La formación y la educación agrícola debe satisfacer las necesidades de los mercados laborales rurales y la educación informal, debe ser promovida para asegurar la transferencia y el uso intergeneracional del conocimiento tradicional y local.
Acceso limitado de los jóvenes a los recursos naturales y los bienes productivos: Si bien el acceso a la tierra y los otros recursos naturales es fundamental para participar en los sistemas alimentarios, a menudo puede ser difícil para los jóvenes acceder a ellos. Por ejemplo, en el caso de la tierra, las leyes de herencia y las costumbres en los países en desarrollo a menudo dificultan la transferencia de tierras a las mujeres jóvenes, por lo que deben enmendarse.
Acceso inadecuado a los servicios financieros: La mayoría de los proveedores de servicios financieros se muestran reacios a brindar sus servicios, incluidos créditos, ahorros y seguros, a los jóvenes de las zonas rurales debido a su falta de garantías y conocimientos financieros, entre otras razones. La promoción de productos financieros destinados a los jóvenes, los programas de tutorías y las oportunidades de financiación inicial pueden ayudar a solucionar este problema.
Dificultades para acceder a empleos y trabajo decente: La inserción de los jóvenes rurales en el mercado laboral, se caracteriza por fenómenos de informalidad, bajos salarios, precariedad, condiciones laborales inseguras y una fuerte discriminación de género. El trabajo decente proporciona medios de vida más sostenibles. Generar conocimiento sistemático de los jóvenes y su inserción laboral, otorgarle mayor visibilidad en la agenda política de los países en general y en materia de empleo rural en particular, y a la vez aportar orientaciones para la formulación de una oferta pública consistente con los desafíos que impone este ámbito de la ruralidad es una tarea urgente.
Acceso limitado de los jóvenes a los mercados: El acceso a los mercados para los jóvenes se está volviendo aún más difícil debido a la creciente influencia internacional de los mercados convencionales y los estándares de sus cadenas de suministro. Mejorar el acceso a la educación, formación e información sobre el mercado puede facilitar el acceso de los jóvenes a los mercados. Asimismo, las políticas públicas y legislaciones son fundamentales para fortalecer el mercado laboral y el trabajo decente en el contexto del desarrollo de los territorios.
Participación limitada de los jóvenes en el diálogo sobre políticas: Frecuentemente, las voces de los jóvenes no son escuchadas en el proceso de elaboración de políticas y tampoco en sus propias organizaciones, por lo que no se satisfacen sus complejas y diversas necesidades. Para remediar esto, los jóvenes necesitan las habilidades y capacidades necesarias para una acción colectiva a fin de garantizar su inclusión, así como asumir un liderazgo estratégico en sus organizaciones y en los procesos de formulación de políticas.