Cinco cosas que debe saber sobre el nuevo enemigo de los campesinos africanos: el gusano cogollero


Conozca mejor la plaga que ha invadido África

Gusano cogollero en una planta de maíz en Ghana. © FAO/Keith Cressman

27/02/2018

Las plagas de las plantas –las que suponen una amenaza para nuestros cultivos y la vegetación- pueden presentarse en muchas formas. Algunas son lombrices de tierra, otras marinas, las hay incluso que saltan.

Y también está el gusano cogollero del maíz: el invasor alado de África y el enemigo más reciente de los agricultores del continente.

Su nombre científico proviene del latín: Spodoptera frugiperda (de “frugiperda” o “fruto perdido” debido a la capacidad del insecto para destruir los cultivos); y su origen se encuentra en las Américas.

El gusano cogollero (también conocido por el acrónimo FAW-del inglés Fall Armyworm-) apareció por primera vez en África occidental –llegado por barco o avión-, a principios de 2016. A partir de ese momento, extendió sus alas y ahora campa a sus anchas por la mayor parte del continente, en más de 40 países.

Este gusano -que devora con avidez los cultivos y se propaga rápidamente- ha llegado para quedarse, y no puede ser eliminado. Así las cosas, ¿qué deberíamos saber sobre él?

Una campesina en Swazilandia trabajando en su plantación de maíz. ©FAO/Giulio Napolitano (dcha). Un agricultor etíope con sus plantas de maíz dañadas por el gusano cogollero. ©FAO/Tamiru Legesse (izqd). Los pequeños campesinos son los más afectados por la plaga.

1. El gusano cogollero puede alimentarse de más de 80 cultivos, incluidos el arroz, sorgo, mijo, caña de azúcar, hortalizas y algodón, pero su preferencia recae en el maíz.

En África, el insecto ha infestado ya millones de hectáreas de maíz, un cultivo básico en el continente.

En la mayoría de las zonas de América del Norte, el gusano aparece de forma estacional y luego muere en los fríos meses de invierno. En gran parte de África -donde no se alcanzan temperaturas de congelación-, la presencia del insecto es continua durante todo el año, manteniendo a los agricultores constantemente en estado de alerta.

¿Quiénes son los afectados? Principalmente pequeños campesinos que cultivan maíz en fincas de menos de dos hectáreas.

Resumiendo, la plaga afecta a algunas de las personas más vulnerables de África, los pequeños agricultores, que ya luchaban para salir adelante y tener alimentos suficientes para sus familias.

2. El gusano cogollero tiene un impacto devastador y continúa empujando a más personas al hambre.

Si no se controla, la plaga podría amenazar la seguridad alimentaria de más de 300 millones de personas en África, y causar graves pérdidas económicas, hasta 4 800 millones de dólares EEUU solamente en la producción de maíz.

Con gran capacidad de vuelo, la polilla adulta puede desplazarse hasta 100 km en una noche y es capaz de migrar largas distancias. Es también un insecto muy prolífico; la polilla hembra puede depositar hasta 1 000 huevos en el curso de su vida.

Todo esto para decir que está previsto que el gusano continúe su expansión.

Gráfico con el ciclo vital del gusano cogollero. Extraído del manual publicado por la FAO.

3. El gusano puede controlarse para que no cause estragos en los medios de vida de la población. 

Los agricultores necesitan: poder identificar al gusano y sus daños, entender su comportamiento; poder hacer un seguimiento de la plaga; y aprender la mejor forma de gestionarla para reducir su impacto.

Para ayudarlos a hacerlo, la FAO ha desarrollado una guía repleta de consejos prácticos sobre cómo prevenir, identificar y monitorear la plaga para destruirla.

Estos son algunos ejemplos: cultivar maíz con otro cultivo como mandioca o batata; evitar sembrar tarde; retirar a mano y destruir huevos y orugas jóvenes en las hojas del maíz; rociar el maíz infestado con pesticidas botánicos (a base de margosa –neem- u otras plantas); esparcir cenizas, arena o tierra en el verticilo de la planta (donde se alimenta el gusano); proteger y alentar los agentes de control biológico natural (“amigos de los agricultores”).

Con esta guía, la FAO ha comenzado un programa de ámbito continental para la gestión sostenible de la plaga, con el objetivo de llegar a 10 millones de campesinos a través de 40 000 Escuelas de campo para agricultores (ECA) a lo largo de cinco años.

Además de la guía, también se está trabajando para poner en marcha una aplicación del Sistema de seguimiento y alerta temprana frente a la plaga (FAMEWS, por sus siglas en inglés) en todo el continente. La aplicación de la FAO permitirá que los agricultores, el personal agrícola y otros actores envíen información vital sobre los niveles de infestación del gusano, lo que ayudará a generar información detallada y fiable para combatirlo.


4. Los agricultores pueden gestionar la plaga de manera que no represente una amenaza para su medio ambiente y su salud.

Enfrentados a un nuevo y amenazador enemigo, muchos países de África recurrieron al uso de plaguicidas sintéticos para combatir la plaga. Su respuesta estaba impulsada la emergencia de la situación, y no basada en un análisis cuidadoso de los costes y beneficios.

Algunos plaguicidas obsoletos -prohibidos en los países industrializados- se encuentran a menudo todavía disponibles y son ampliamente utilizados en los países africanos. Estos productos ponen en peligro la salud de los agricultores y sus entornos.

La buena noticia es que los bioplaguicidas -incluidos los basados en bacterias, virus y hongos- ya se han probado, desarrollado y utilizado con éxito en las Américas. Los enemigos naturales del gusano han demostrado también ser combatientes irreductibles frente a la plaga.

Los agricultores africanos están comprobando ya sus beneficios.

La diversificación de cultivos, las hormigas, las soluciones botánicas de margosa y otras plantas, o los organismos fúngicos y virales, y el seguimiento y el aprendizaje continuos son la punta de lanza en la lucha de los agricultores africanos contra el gusano cogollero.

5. La gestión de la plaga comienza con la prevención.

Con la previsión de que el gusano cogollero continúe propagándose, los países que aún no se han visto afectados -pero que probablemente lo serán pronto- deben prepararse.

¿Qué deberían hacer estos países? Deben: concienciar sobre la plaga a los campesinos y trabajadores agrícolas que están en primera línea; utilizar sistemas de alerta temprana a nivel comunitario; y familiarizarse y usar los recursos disponibles, como la guía sobre el gusano cogollero de la FAO.

Recursos:

2. Zero hunger