Más con menos: este es el desafío y el mantra para nuestro futuro. Seremos muchos más en los próximos años, la población mundial pasará de los 7 600 millones de hoy a 9 800 millones en 2050; sin embargo, con nuestro ritmo actual de consumo, habrá menos agua dulce, menos tierra cultivable, menos superficie disponible para la agricultura o mares limpios y productivos para la pesca. Esto pone en cuestión cómo estamos haciendo las cosas ahora y nos empuja a buscar soluciones para el futuro.
Las respuestas no tienen por qué involucrar maquinaria de tecnología avanzada o costosas actualizaciones del sistema. De hecho, algunas de las soluciones más prometedoras provienen de los vínculos entre la naturaleza y los agricultores, en particular los campesinos familiares. Aprovechar el poder de la naturaleza, combinando la ciencia moderna con el conocimiento tradicional e indígena de los productores de alimentos y los campesinos forma parte de los principios de la agroecología.
La agroecología es a la vez la teoría y la práctica sobre cómo gestionar e impulsar los procesos ecológicos propios de la naturaleza para mejorar la productividad y evitar males como infestaciones de plagas, enfermedades o degradación. Al centrarse en las plantas, los animales, los seres humanos, el medio ambiente y el sistema en su conjunto, la agroecología es una disciplina científica y un movimiento social que vincula el conocimiento y las prácticas de agricultores y productores de alimentos de todos los rincones del mundo. De forma genuina, la agroecología consiste en garantizar que nuestros sistemas alimentarios —la forma en que se cultivan, venden, intercambian, comercializan y consumen los alimentos—, sean más justos y sostenibles en el futuro.
Los 10 elementos de la agroecología están pensados para guiarnos en la transición hacia sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles. Estos elementos interconectados e interdependientes son los siguientes:
1. Diversidad: Mediante el uso de sistemas de producción agrícola diversificados, como la agroforestería (incorporación de árboles en los sistemas agrícolas) o el policultivo (amplia diversidad de cultivos en el mismo espacio), la agroecología contribuye a un amplio abanico de beneficios productivos, socioeconómicos, nutricionales y ambientales.
2. Crear conjuntamente y compartir conocimientos y prácticas, ciencia e innovación: La agroecología depende del conocimiento específico del contexto. Este conocimiento juega un papel central en el proceso de desarrollo e implementación de innovaciones agroecológicas para enfrentarse a los retos de los sistemas alimentarios. A través del proceso de creación colectiva, la agroecología combina datos científicos globales con el conocimiento tradicional, indígena, práctico y local de los productores.