Uno por uno, los animales van pasando. Algunos se ven visiblemente desnutridos, débiles; otros no pueden vacunarse porque ya están enfermos. Un veterinario con experiencia los examina y, si es posible, los trata con los medicamentos disponibles en el centro.
“Sin la cadena de frío, no podemos hacer nuestro trabajo”
“Llevo siete años trabajando con la FAO. Primero, aprendí a vacunar a los animales. Luego, recibí más formación para poder reconocer y tratar enfermedades ... Es un trabajo duro”, explica Lual.
En los días de vacunación, Lual y sus colegas empiezan a las 6 de la mañana para localizar a los propietarios del ganado antes de que lleven sus animales a pastar y de que haga calor; el país experimenta altas temperaturas durante todo el año. El promedio es de 30° C, pero se puede llegar a 45° C durante los meses más calurosos.
“La mayoría de las veces nos desplazamos en vehículos, pero a veces tenemos que caminar. Llevamos la nevera portátil con nosotros. Hoy trajimos las vacunas en avión desde Juba. De Aweil, las transportamos hasta aquí en automóvil y las almacenamos en el único refrigerador en esta área. Sin la cadena de frío, no podemos hacer nuestro trabajo”, explica Lual.
La FAO ha capacitado a más de 1 000 trabajadores comunitarios de sanidad animal para realizar chequeos y vacunaciones de rutina. La cadena de frío permite almacenar más de siete vacunas diferentes para las enfermedades más comunes.
Esta iniciativa ha mejorado notablemente la prestación de servicios zoosanitarios, así como las vacunaciones preventivas y de emergencia.
La FAO trabaja también para devolver su plena capacidad el laboratorio de diagnóstico ganadero, con el apoyo del Gobierno de Japón. Así mejorará el diagnóstico de enfermedades en el laboratorio y se logrará que la respuesta sea más oportuna y eficiente.
Los próximos pasos
La FAO necesita con urgencia 13,1 millones de dólares EEUU para llevar a cabo su campaña de vacunación completa y responder al reciente brote de fiebre del Valle del Rift. Hasta la fecha, la FAO solo cuenta con fondos suficientes para un tercio de su campaña de vacunación, y aún no ha recibido fondos para su respuesta a la fiebre del Valle del Rift.
La fiebre del Valle del Rift -que puede transmitirse de los animales a los humanos-, representa una grave amenaza para la salud pública. Se necesitan recursos para contener su propagación y fortalecer los sistemas de alerta temprana y vigilancia.
Como parte de su campaña de vacunación -si los fondos lo permiten-, la FAO no solo cubrirá los costes de las vacunas y del tratamiento, también capacitará a más trabajadores de sanidad animal de ámbito comunitario; ayudará a mantener los centros de la cadena de frío existentes y establecerá otros nuevos en áreas remotas.
Esto último ayudaría a superar las principales dificultades para suministrar servicios y medicamentos veterinarios: las distancias, instalaciones limitadas de la cadena de frío, caminos de tierra que se vuelven inaccesibles durante el período de lluvias y falta de servicios zoosanitarios.
El trabajo de la FAO en Sudán del Sur es posible gracias al apoyo de: Canadá, Dinamarca, Estados Unidos Japón, Kuwait, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, el Fondo Humanitario de Sudán del Sur, Suiza, el Banco Mundial y la Unión Europea
Más información