La aldea de Sarıt, en el sur de Turquía, se encuentra a solo 100 km de Alepo -uno de los epicentros del conflicto sirio- y ha recibido una gran afluencia de refugiados sirios en busca de protección. Al estar tan cerca de Siria, la mayoría de los residentes hablan árabe y turco, y han acogido favorablemente a las nuevas familias.
Pero también se ha producido desde Sarit el éxodo de jóvenes adultos hacia las ciudades en busca de más oportunidades de educación y trabajo.
Muchos de los que se han quedado son pequeños propietarios que producen aceitunas y crían ganado y que necesitan trabajadores agrícolas y mano de obra capacitada para continuar con sus medios de vida.
El año pasado, la FAO trabajó con el gobierno turco y socios del sector privado para desarrollar programas de capacitación para los refugiados y ciudadanos turcos en las habilidades que más necesitan los agricultores. Cientos de refugiados sirios y miembros de las comunidades de acogida formados por la FAO han asistido a ferias de empleo, o presentados a empresas del sector privado y han encontrado trabajo a través de las redes que han ido creando.