Los agricultores no solo son nuestros productores de alimentos, sino que son también guardianes de nuestros recursos naturales: suelos, agua, biodiversidad y semillas. Son, además, innovadores. Desde los comienzos de la agricultura, han tenido que cambiar, adaptarse y crear nuevas formas de trabajar la tierra, lidiar con terrenos difíciles y soportar climas y fenómenos climáticos extremos. Su supervivencia y medios de vida dependían de ello, por lo que encontraron formas de salir adelante.
Las granjas familiares representan el 90% de las explotaciones agrícolas del planeta y producen más del 80% de los alimentos a nivel mundial. Los agricultores familiares gestionan además cerca del 75% de todas las tierras agrícolas. Sin embargo, paradójicamente, a menudo son pobres y padecen inseguridad alimentaria. Reconocer las innovaciones exitosas que ya han sido usadas y ayudar a difundirlas a otros agricultores, es vital para el futuro de la agricultura y la alimentación. Necesitamos ampliar las innovaciones en la agricultura para poder alimentar a una población creciente y cada vez más urbanizada.
La innovación no son solo buenas ideas, y es mucho más que tecnología. En pocas palabras, la innovación es el proceso a través del cual individuos u organizaciones utilizan productos, procesos o formas de organización –nuevos o ya existentes– por primera vez. La innovación en la agricultura está presente en todas las dimensiones del ciclo de producción a lo largo de toda la cadena de valor, desde la producción agrícola, forestal, pesquera o ganadera hasta la gestión de insumos y recursos para el acceso a los mercados.
Presentamos cinco ejemplos de cómo la innovación está transformando la agricultura en el mundo:
1. En la República Dominicana, se aplicó la técnica del insecto estéril (TIE) para erradicar la mosca mediterránea de la fruta. En 2015, un brote de esta plaga obligó al país a promulgar una prohibición inmediata de sus exportaciones de frutas y hortalizas, dañando gravemente la segunda fuente de ingresos más importante del país. La TIE es una técnica innovadora en la que se esterilizan insectos machos en laboratorios. Cuando se liberan en la naturaleza, se aparean con hembras, pero no tienen descendencia. Con el tiempo, esto reduce significativamente la población de insectos. En 2017, la población de moscas de la fruta mediterránea del país fue oficialmente erradicada. La TIE es una de las formas de control más respetuosos con el medio ambiente, ya que no requiere el uso de productos químicos en el hábitat nativo del insecto.
2. En Tanzania, donde gran parte de la población rural tiene dificultades para obtener ingresos sostenibles, los agricultores están encontrando nuevos usos para el árbol indígena Allanblackia, ya que el aceite de sus semillas es rico en nutrientes. Usando este aceite, los agricultores han desarrollado nuevos productos, como cremas y lociones para la piel, que son lucrativos en el mercado y han atraído la atención internacional. Las incipientes cadenas de suministro en el país contribuyen a aliviar la pobreza y conservar la biodiversidad, dando a los campesinos locales la oportunidad de aumentar sus ingresos gracias al acceso a los mercados internacionales.