Los mongoles y su ganado han vivido en la estepa durante siglos. Y aunque la estepa pueda parecer una tierra vasta y abierta, más de 60 millones de animales pastan en sus praderas. La cría de ganado es el medio de vida más importante en Mongolia y es la única fuente de ingresos para el 35% de los hogares.
La vida de un pastor de ganado en Mongolia consiste en enfrentar los desafíos planteados por el clima: los veranos son muy calurosos y secos, y los inviernos muy fríos. Durante las últimas dos décadas, el cambio climático ha provocado un fenómeno conocido como dzud, inviernos muy duros precedidos por veranos calurosos y secos, más severos y más frecuentes.
Durante un dzud, el suelo está congelado bajo una capa de nieve profunda, lo que significa que el ganado no puede alcanzar el pasto. Pero además, el escaso pastoreo durante los meses de verano no permite a los animales acumular la grasa que necesitan para el invierno y, en consecuencia, gran cantidad de animales mueren de hambre o frío.
Cuando los medios de subsistencia de los pastores se ven devastados por los efectos acumulativos de los dzuds y además la situación financiera se consume por los préstamos de alto interés que los campesinos solicitan para sobrevivir, muchos optan por mudarse a las ciudades. Sin embargo, muchas veces terminan desamparados y viven en yurtas en los márgenes de los centros urbanos, sin infraestructura de trabajo y sin poder salir del ciclo de la pobreza.