El mundo está más interconectado que nunca: economía, viajes, medios de comunicación… Lamentablemente, esta afirmación también es válida para los desafíos globales. El plástico y la contaminación en nuestros océanos perjudican al suministro mundial de pescado. La escasez de agua, el aumento del nivel del mar, la contaminación atmosférica, la deforestación.... todo ello afecta al conjunto del planeta. Sin embargo, algunas personas y países notan estos efectos de manera más aguda que el resto. Los Estados insulares, por ejemplo, son los que suelen estar en primera línea.
Los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) son un grupo de países que comparten desafíos similares en materia de desarrollo sostenible, como la propensión a los desastres naturales, la vulnerabilidad a las crisis externas y la excesiva dependencia del comercio internacional. Muchos PEID tienen una ubicación remota y una base de recursos relativamente limitada para sus economías y su desarrollo. La pesca, el turismo y la agricultura contribuyen de forma importante al Producto Interior Bruto (PIB) nacional, sin embargo, estos sectores son especialmente vulnerables al cambio climático, entre otros desafíos globales. Aprender a superar retos como la inseguridad alimentaria, la malnutrición y el uso sostenible de los recursos naturales en los PEID puede ayudarnos a aprender cómo resolverlos en el resto del mundo.
La FAO trabaja en cinco direcciones con los PEID para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS 2) del Hambre Cero:
1. Impulsar la producción alimentaria local
Incrementar la producción de alimentos locales nutritivos es muy importante en los PEID, ya que las importaciones son, con mucho, la mayor fuente de alimentos en estos países. En al menos siete naciones del Caribe, más del 80% de los alimentos proceden de importaciones. En las Bahamas, el aumento del coste del pescado importado y una mayor atención a las dietas saludables han incrementado la demanda de fuentes nacionales de pescado. La FAO ayuda al Gobierno de Bahamas con apoyo técnico para desarrollar el sector de la acuicultura a fin de satisfacer esta demanda. Además, alumnos del Instituto de Agricultura y Ciencias Marinas de las Bahamas están construyendo una unidad móvil para promover explotaciones acuícolas y acuapónicas ecológicamente viables y sostenibles, lo que aumentará el volumen de pescado y productos pesqueros producidos localmente.
2. Garantizar el acceso a alimentos asequibles, variados y nutritivos
Los PEID son a menudo productores de frutas, hortalizas, legumbres, semillas y frutos secos muy nutritivos. Sin embargo, las dietas en estos países son nutricionalmente pobres, ya que gran parte de los alimentos importados que son asequibles y están disponibles son también hipercalóricos, con elevado contenido de grasas y edulcorantes. Estos hábitos alimentarios han contribuido a aumentar la prevalencia de la obesidad y de las enfermedades crónicas no transmisibles –como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares– en los países insulares. Las medidas de políticas pueden ayudar a mejorar el suministro y la competitividad de los alimentos nutritivos producidos localmente, a fin de hacerlos más disponibles y más asequibles e inocuos para todos los consumidores, en particular los más pobres.
En Cuba, la FAO ha ayudado al gobierno a introducir tecnologías más eficientes para el procesamiento de alimentos y aportado al país conocimientos sobre las normas internacionales de inocuidad alimentaria.