Una carrera por ganarle la partida a las langostas con drones y datos en África oriental


Conversación con Keith Cressman, Oficial superior de previsión contra la langosta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

Al mismo tiempo que la emergencia mundial por el COVID-19, en África oriental se está produciendo una emergencia de otro tipo. Las langostas están devorando los alimentos y destruyendo los medios de vida a una escala inconmensurable. ©FAO/Sven Torfinn.

14/04/2020

Si bien los ojos del mundo están puestos en el nuevo coronavirus, África oriental se sigue enfrentando a otra crisis de dimensiones bíblicas: el creciente número de enjambres de langostas voraces.

Ambas crisis tienen una dimensión extraordinaria con enemigos que se multiplican de manera tan rápida que los gobiernos tienen dificultades para contenerlos.

Pero las épocas de crisis son también períodos de innovación y colaboración. Y del mismo modo que los científicos de todo el mundo están luchando por encontrar la forma de enfrentarse a la COVID-19, los investigadores internacionales han aunado fuerzas con la FAO para crear nuevos instrumentos a fin de mantenerse un paso por delante de las langostas nómadas.

Estos instrumentos son cada vez más pertinentes, puesto que las restricciones relacionadas con la COVID-19 están planteando nuevos obstáculos para los equipos de respuesta.

“Ninguno de los países afectados de África oriental se sitúa entre las principales zonas habituales de infestaciones de langostas y, por lo tanto, estos carecían de cualquiera de los sistemas o instrumentos disponibles”, afirma Keith Cressman, Oficial superior de previsión contra la langosta de la FAO. “Ahora estamos acelerando la creación de versiones fáciles de utilizar de esos instrumentos para países como Kenya, Somalia y Sudán del Sur, que podrán ser empleadas por los funcionarios sobre el terreno, independientemente de si han recibido capacitación en materia de lucha contra la langosta o no”.

Las tecnologías abarcan desde instrumentos para la recopilación de datos con los que se vigila la presencia de langostas hasta sistemas de imágenes por satélite que ayudan a pronosticar los lugares a los que se desplazarán las plagas hambrientas de cultivos posteriormente. Kenya pronto se convertirá en el primer país en probar los drones de la FAO para la vigilancia de la langosta.

“Desde una perspectiva científica, las crisis de este tipo brindan la oportunidad de probar nuevas ideas y tecnologías y examinar cómo se pueden utilizar para luchar contra las plagas”, apunta Cressman.

Los teléfonos móviles, drones y satélites están contribuyendo a la respuesta ante la crisis de la langosta en África oriental. ©FAO/Sven Torfinn.

Sobre el terreno

La Organización está poniendo directamente en manos de los gobiernos un conjunto de instrumentos. Entre estos se incluye el sistema eLocust3 de la FAO, la tecnología de vigilancia más común que utilizan los países con infestaciones frecuentes. En cuanto se intensificó la crisis actual en África oriental, la Universidad Estatal de Pensilvania, un asociado de larga data de la FAO en la investigación de plagas, elaboró rápidamente una versión para teléfonos móviles de la tecnología eLocust3m, que hoy por hoy está ampliamente disponible en las tiendas de aplicaciones. La aplicación se puede utilizar en la mayoría de teléfonos inteligentes e incluye un chat por país, lo que aumenta de manera exponencial las capacidades a nivel nacional para compartir informes georreferenciados de los desplazamientos de la langosta y de las operaciones de control en tiempo real.

Asimismo, la FAO enviará cientos de eLocust3g, un nuevo dispositivo dotado de GPS del tamaño de la palma de la mano que cuenta con conexión por satélite y las funciones básicas de eLocust3, a países de África y Asia. Ambas versiones permiten a los oficiales sobre el terreno registrar dónde se han observado langostas, en qué etapa de desarrollo se encuentran y cuáles zonas han sido tratadas.

Posteriormente, esta información se introduce en los sistemas nacionales de información geográfica de cada país que están conectados a un sistema mundial de información geográfica ubicado en la sede de la FAO en Roma, el cual facilita diariamente información actualizada para los ministerios de agricultura, los centros nacionales de lucha contra la langosta y otros asociados a través de una plataforma en línea denominada Locust Hub (Centro de la langosta). Esto significa que los pronosticadores y los responsables de la toma de decisiones tienen acceso a información diaria sobre el terreno, una cuestión fundamental para la lucha contra plagas migratorias como la langosta, que puede multiplicarse por 20 cada tres meses y atravesar mares y continentes de forma rápida.

En el aire 

Pero ¿cómo se actúa en las zonas de difícil acceso? Los drones pronto podrían ofrecer una solución. La FAO los presentará como los ojos en el cielo de Kenya para la comprobación de infestaciones y la búsqueda de fragmentos verdes en zonas áridas extensas que son los lugares predilectos donde se alimentan las langostas, pero que a menudo tienen difícil localización y acceso por vía terrestre.

La Organización está elaborando prototipos de drones de vigilancia de ala fija y de aspas. Cada uno de estos tiene ventajas únicas.

Los drones de aspas pueden sobrevolar un lugar durante el tiempo suficiente para captar imágenes detalladas. Los oficiales sobre el terreno pueden situarse en las inmediaciones y analizar las concentraciones de langostas en tiempo real. Además, gracias a su precisión, pueden contribuir a las campañas de tratamiento. “Estamos analizando cómo podríamos dotarlos de micropulverizadores y enviarlos a misiones muy específicas con el fin de tratar infestaciones pequeñas que serían difíciles de fumigar de otro modo”, afirma Cressman. 

Sin embargo, los drones de aspas disponen de un alcance limitado. Por su parte, los drones de ala fija pueden abarcar hasta 100 kilómetros en un vuelo y, por ello, son ideales para encontrar fragmentos de vegetación verde en desiertos extensos. “Todavía nos encontramos en la fase experimental de los drones, pero es evidente que este tipo de instrumentos será más importante en los próximos años”, apunta Cressman.

A medida que el cambio climático provoca un mayor número de fenómenos meteorológicos extremos, los brotes de langostas son cada vez más preocupantes. De ahí que sea tan importante garantizar que los países cuentan con los instrumentos, la tecnología y la información adecuados. ©FAO/Sven Torfinn.

En el espacio

Los satélites, que vuelan mucho más alto en el cielo, han proporcionado a la FAO durante mucho tiempo datos que contribuyen a la predicción de los desplazamientos de la langosta.

Por ejemplo, la FAO se ha asociado con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos de América, que opera satélites meteorológicos conjuntamente con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA). La NOAA está utilizando los datos más recientes de la FAO en África oriental para ampliar un modelo que prevea las trayectorias aéreas de la langosta. Esto permite a los pronosticadores comprender mejor la procedencia de los enjambres y hacia dónde se trasladarán en días posteriores, algo que no es una cuestión baladí teniendo en cuenta que los enjambres se pueden desplazar hasta 150 kilómetros en un día.

De igual manera, gracias a las colaboraciones con la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), las imágenes por satélite están ayudando a los expertos de la FAO a comprender en qué lugares está lloviendo, dónde está creciendo la vegetación y en qué zonas pueden darse condiciones favorables para la reproducción a fin de adelantarse a las amenazas de plagas.

La vegetación brinda alimento y refugio para las langostas. Por tal motivo, cada pixel del mapa se examina para detectar los cambios diarios y hasta el más ligero indicio de fragmento verde incipiente puede enviar a un oficial sobre el terreno a una persecución en caliente de langostas.

Además, las imágenes por satélite pueden penetrar la capa superficial seca del suelo en búsqueda de humedad debajo de esta —condiciones ideales para la puesta de huevos— y la FAO está trabajando con la NASA y la ESA para sacar provecho de esos datos también.

“Con la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos en todo mundo, es probable que observemos más brotes en lugares inusuales”, comenta Cressman. “En consecuencia, es cada vez más importante proporcionar a los gobiernos y equipos de campo los instrumentos y la información adecuados para la gestión de estas crisis, ahora y en el futuro”.

La crisis actual de la langosta del desierto en África oriental pone de manifiesto la cantidad de elementos que intervienen a la hora de garantizar la seguridad alimentaria y la estabilidad de los medios de vida. Con la contribución de las nuevas tecnologías y la reinvención de las prácticas antiguas, la FAO está ayudando a los países a responder mejor a emergencias como esta, garantizando en última instancia que seguimos por buen camino hacia el logro de un mundo sin pobreza (ODS 1) y  libre de hambre (ODS 2).


 Para obtener más información:

1. No poverty, 9. Industry innovation and infrastructure, 15. Life on land