El Palmar es un pequeño pueblo turístico, en la parte sur del territorio de L'Horta, como se llama en valenciano a La Huerta, sistema de regadío declarado por la FAO en 2019 como un Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) enclavado en la ciudad de Valencia y que provee alimentos saludables a un millón y medio de valencianos.
Hace 18 años, la FAO lanzó este programa con el objetivo de lograr un equilibrio entre la conservación, la adaptación sostenible y el desarrollo socioeconómico de estos espacios agrícolas complejos, el programa SIPAM busca identificar maneras de mitigar las amenazas a las que se enfrentan los agricultores y estos lugares, así como de resaltar los beneficios de estos sistemas.
Mediante el apoyo de varias partes interesadas, este enfoque tiene como objetivo: prestar asistencia técnica; fomentar la concienciación del valor de mantener vivo el conocimiento agrícola; y promocionar los productos agrícolas, el agroturismo y otros mecanismos de incentivos y oportunidades de mercado.
Resiliencia
La Huerta está configurada por un sistema de regadíos que se ha modelado desde hace casi un milenio. Desde 1200 los árabes importaron allí su dieta y con ella fueron esculpiendo todo el engranaje que se ha ido adaptando a lo largo de los siglos, las crisis y probablemente otras pandemias.
Gracias al sistema de irrigación de La Huerta, 6 000 explotaciones agrícolas familiares, incluidas 10 pesquerías, garantizan alimentos a la Comunidad Valenciana y también a otras comunidades y países fuera de sus fronteras. Este sistema de regadío y uso de las aguas es un ejemplo de una agricultura adaptada a las condiciones climáticas.
La juventud en el campo
Enric Navarro forma parte de algunos de los jóvenes que han querido volver a La Huerta después de que anteriores generaciones hubieran abandonado el campo.
Para los valencianos “La Huerta es un seguro de vida”, como asegura Enric, quien tiene una empresa con unos 20 empleados, y 4 hectáreas dentro del SIPAM dedicadas a hortalizas; coles, hinojo y puerros es lo que hoy conforman sus pedidos que reparte en dos mercados valencianos, pero además un 65% de su producción va a países del norte de Europa, donde el consumo de productos agroecológicos es muy extendido.
“Veníamos de una temporada muy mala, pero hemos visto triplicar las ventas en el mercado local y eso significa que los valencianos comen mejor”, dice Enric.
Innovación
Aunque La Tira de Comptar, mercado tradicional en Valencia que funciona desde el siglo XIII, está en pleno funcionamiento, nuevas formulas de distribución se están consolidando para contribuir al acercamiento entre productores y consumidores.
Para contrarrestar la prohibición de mercados al aire libre y venta directa durante esta crisis sanitaria, los agricultores o llauradors, en valenciano, han tenido que hacer uso de las redes sociales para llegar a sus comunidades de consumidores. Rápidamente han recurrido a las plataformas tecnológicas para vender sus productos, para publicitar las entregas a domicilio, para compartir recetas de productos de temporada, y para competir con los productos importados de las grandes cadenas de supermercado.
Amparo Martí es la concejal de agricultura del ayuntamiento de Meliana, en la Provincia de Valencia, y explica que desde el ayuntamiento han ayudado a través de las plataformas digitales a los agricultores y asociaciones para promocionar sus cosechas.