La pandemia de COVID-19 ha cerrado muchos negocios y detenido la mayor parte de la producción, pero esto no es aplicable a los agricultores y productores de alimentos, que deben seguir trabajando para que el mundo pueda comer. No podemos pasar por alto su contribución vital a la respuesta a la pandemia.
En esta crisis, comer sano con frutas y hortalizas frescas es aún más importante y para ello dependemos de los agricultores que en todo el mundo siguen recolectando y produciendo alimentos para nosotros. Son nuestros héroes alimentarios, que trabajan a pesar de los riesgos del virus, para proporcionarnos los alimentos de los que dependemos.
Luis Alberto Sinche es exactamente eso, un paladín de los alimentos y uno de los muchos agricultores que trabajan cada día para asegurar que sus compatriotas cuenten con alimentos sanos y nutritivos a pesar de la pandemia de COVID-19. Su granja agroecológica -ubicada en Mariscal Castilla, en el centro del Perú- se especializa en bananos, que planta junto a sus árboles de aguacate y café.
Mariscal Castilla es una pequeña localidad en la selva de los Andes centrales, a 350 km de la capital del país, Lima. Sin embargo, ha sido golpeada por la pandemia. Los agricultores necesitan ahora obtener permisos especiales para salir de sus casas y deben cruzar varios controles de carretera para llevar sus productos a la ciudad. Aun así, Luis sigue recolectando sus plátanos, granos de café y aguacates para venderlos en los municipios cercanos.
“Estamos cumpliendo con todas las medidas adoptadas por el gobierno –explica- No salimos en grupo. Sólo dejamos nuestras casas para trabajar en la granja; respetamos el toque de queda”.
Como pequeño campesino cuyo sustento depende de su cosecha, Luis también debe seguir trabajando para mantener a su familia. Tiene tres hijas y un hijo. La más joven sigue asistiendo a la universidad, y los frutos de sus bananeros pagan no sólo los alimentos y la atención médica de toda su familia, sino también sus estudios.