Los seres humanos deben mucho a las plantas, que conforman el 80 % de los alimentos que comemos y producen el 98 % del oxígeno que respiramos. Sin embargo, cada vez se encuentran más amenazadas. El cambio climático y las actividades antrópicas han alterado los ecosistemas porque han reducido la biodiversidad y han creado nuevos nichos donde las plagas pueden prosperar. Al mismo tiempo, los viajes y el comercio internacionales han aumentado y las plagas y enfermedades se han propagado por todo el mundo, lo cual provoca daños importantes a las plantas autóctonas y al medio ambiente local.
A menudo se da por sentada la existencia de las plantas, pero su salud va ligada a la nuestra; a ello se debe que las Naciones Unidas hayan declarado 2020 el Año Internacional de la Sanidad Vegetal. Nuestros tres promotores, Monty Don, Diarmuid Gavin y Rodrigo Pacheco, nos dicen por qué les parece importante la sanidad vegetal para su trabajo y su pasión.
Entonces, ¿qué entendemos por sanidad vegetal?
En esencia, se entiende por sanidad vegetal asegurarse de que las plantas estén protegidas frente a las enfermedades y las plagas y puedan prosperar de forma sostenible en su hábitat natural. Monty Don, destacado escritor del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte especializado en jardinería, locutor y nuevo Embajador de buena voluntad del Año Internacional de la Sanidad Vegetal para Europa, califica de saludables las plantas “capaces de mantenerse a lo largo de toda su vida (que puede durar meses o miles de años, en el caso de algunos árboles), producir semillas y vivir saludablemente. Lo importante es que dotemos a la producción vegetal de un tipo de resistencia y adaptabilidad que sea sostenible”.
La sostenibilidad es necesaria para proteger nuestros recursos naturales de cara al futuro. Monty está en lo cierto: también es fundamental para garantizar la sanidad vegetal. Por desgracia, no siempre hemos cuidado de las plantas teniendo presente su salud a largo plazo. Prevenir la introducción y propagación de plagas y enfermedades vegetales es mucho más eficiente y económico que enfrentarse directamente a los brotes que afectan a la sanidad vegetal. Una vez establecidas, las plagas y enfermedades de las plantas a menudo son imposibles de erradicar. Parte importante de la sostenibilidad consiste en atajar los problemas antes de que afloren, por ejemplo frenando el comercio o transporte ilegales de plantas, cultivando plantas de forma respetuosa con el medio ambiente o velando por la certificación de plantas sanas, en lugar de recurrir a productos químicos para tratarlas.
Cuando Diarmuid Gavin, diseñador de jardines irlandés, personalidad televisiva y defensor del Año Internacional de la Sanidad Vegetal para la FAO, comenzó su andadura profesional, trabajaba en una tienda de plantas, donde le sorprendió la gran cantidad de productos químicos que se vendían. Asimismo, cuando entró a estudiar en los Jardines Botánicos de Dublín, los “tratamientos” químicos formaban parte destacada del plan de estudio. Estaba horrorizado. ¿Cómo podía promoverse el cultivo de plantas saludables y sostenibles mediante el uso habitual de esos productos químicos tan fuertes?
De hecho, al cabo de muchos años de uso excesivo de productos químicos en la jardinería y la agricultura, ha quedado claro que ese no es un modo sostenible de tratar nuestros preciosos recursos vegetales. Su paso ha dejado suelos dañados y ecosistemas alterados. Ha llegado más bien el momento de adoptar un enfoque de actividad agrícola y cultivo que tenga más en cuenta las dimensiones ambiental y social y no se centre únicamente en la producción, sino también en la sanidad ecológica.