Ganava, un agricultor de la República del Camerún, aún recuerda el día en que insurgentes de Boko Haram irrumpieron en su pueblo, se apoderaron de sus tierras y amenazaron con matarlo a él y a su familia.
“Nos vimos obligados a huir y escondernos en las montañas porque temíamos por nuestras vidas”, recuerda.
Ganava procede de Koza, cerca de la frontera con Nigeria, en la inestable región del Extremo Norte del país. Él, su esposa y sus 11 hijos buscaron refugio a 100 kilómetros de distancia, en la ciudad de Maroua, donde ha aprendido nuevas habilidades en un campo que no esperaba: la acuicultura.
No es el único. Muy afectados por la violenta insurrección, más de 400 personas de la ciudad de Zileng han aprendido también la acuicultura como forma de reconstruir sus medios de subsistencia y sus vidas.
De hecho, desde marzo de 2019, más de 3 000 personas en todo el país, incluidos los refugiados y las personas desplazadas en la región del Extremo Norte, participaron en varios proyectos de la FAO, que fueron respaldados con la financiación de donantes del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia de las Naciones Unidas y del organismo irlandés de ayuda, Irish Aid.
Si bien el Camerún cuenta con una industria pesquera a lo largo de su costa en el suroeste, la acuicultura ha sido menos importante en las zonas del interior, donde los cultivos y la cría de animales han constituido la fuente más común de apoyo a los medios de subsistencia.
La FAO está colaborando con el Ministerio de Ganadería, Pesca e Industrias Animales del país a fin de impartir a los agricultores y pastores formación en este sector prometedor. También se proporcionaron equipos de pesca y otros tipos de asistencia técnica a través de los proyectos.
Aparte de la violencia en el Extremo Norte, la República del Camerún se enfrenta a un índice elevado de pobreza. Esta combinación de conflictos violentos, hambre causada por la pobreza y choques climáticos ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares y ha destruido los medios de subsistencia de otros varios millones.
A principios de 2021, se estimaba que casi 2,7 millones de personas en el Camerún sufrían inseguridad alimentaria y que había más de 300 000 personas desplazadas internamente en la región del Extremo Norte. La pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) se ha sumado a los retos diarios a los que se enfrentan muchas personas.