La travesía de Bhután para preservar su afición por el chile


Los agricultores ganan la batalla contra el clima y el terreno para iniciar el cultivo local de pimientos picantes

El chile, elemento tradicional en las dietas –pero no en las granjas–, ha sido históricamente un importante producto de importación. ©Departamento de Agricultura de Bhután/Sangay Dorji

13/07/2021

En 2016, cuando aparecieron problemas de inocuidad alimentaria y el Gobierno de Bhután anunció la prohibición de importar pimientos picantes (“chiles”) de los proveedores tradicionales, el país quedó conmocionado. El chile se ha utilizado profusamente en la dieta bhutanesa desde la antigüedad, pero hasta ahora el país había dependido en gran medida de las importaciones de este producto. Gran parte de las comunidades agrícolas del país no estaban preparadas para cultivar chiles: el clima y la orografía planteaban problemas adicionales. 

Sin embargo, un grupo de agricultores de Karmaling, uno de los gewogs (grupo de aldeas) más remotos de Bhután, se convirtió en uno de los primeros del país en explorar este terreno hasta ahora desconocido, sabiendo que el cultivo de chiles no sólo sería bueno para sus tradiciones culinarias, sino que colmaría también un vacío en el mercado, ofreciendo unos ingresos adicionales de gran utilidad.

Karmaling, situado en el dzongkhag (distrito) sudoccidental de Dagana, solo está comunicado por caminos agrícolas que no pueden utilizarse en verano debido a las lluvias y los desprendimientos. El gewog está situado a una altitud que oscila entre los 120 y los 570 metros sobre el nivel del mar, una zona subtropical en la que las altas temperaturas y la humedad relativa suponen grandes retos tanto para las plantas de chile como para los agricultores.

“Solo obtuvimos éxito tras varios intentos fallidos, que nos obligaron a modificar nuestros métodos”, recuerda Sangay Dorji, Supervisor Principal de Extensión del Departamento de Agricultura de Bhután.

“No esperábamos que los chiles crecieran bien aquí porque no había tradición de cultivarlos en nuestra aldea”, recuerda Sancha Bahadur Subba, un agricultor de la aldea de Omchu, en Karmaling. “Ahora estoy muy contento porque estamos enviando los excedentes a otros dzongkhags. De hecho, estamos obteniendo unos buenos ingresos con el chile”.

Gracias a un proyecto apoyado por la FAO y a la ayuda de los agentes de extensión del gobierno, los campesinos han descubierto el método adecuado para que el cultivo del chile fuera un éxito. ©Departamento de Agricultura de Bhután/Sangay Dorji

Territorio inexplorado

Inquietos ante la nueva e imprevisible situación, los agricultores inicialmente no querían arriesgarse. Al principio, el funcionario gubernamental sólo pudo convencer a seis agricultores para la tarea. 

No obstante, con semillas de chile del proyecto apoyado por la FAO denominado Proyecto de seguridad alimentaria y productividad agrícola (FSAPP),estos agricultores se lanzaron a intentarlo.

Pronto se enfrentaron a su primer obstáculo. Los chiles de los viveros empezaron a morir debido a la elevada temperatura y humedad de la zona. El calor adicional en los invernaderos que se habían construido no era propicio para el cultivo.

Para resolver los problemas, los agricultores adoptaron un método diferente de siembra en macetas. “En este nuevo ensayo, utilizamos macetas y una manera de plantar mejor y más pensada”, cuenta Sangay. “En cada maceta se plantó una sola semilla”. Las plántulas se guardaron luego en un pasillo o en un cobertizo techado para protegerlas de las aves de corral u otras amenazas.

Con esta técnica de preparación de las plántulas, casi todas ellas sobrevivieron, gracias a un método que requería menos espacio y ofrecía mejor protección que plantar las semillas directamente en la tierra. 

Animados por el éxito, los agricultores empezaron a utilizar otras tecnologías sostenibles que les había proporcionado el FSAPP para mejorar el rendimiento de los cultivos, como instalaciones de riego por goteo y cubiertas protectoras para las plantas.

Con la asistencia técnica de la FAO al proyecto FSAPP, el Programa mundial de agricultura y seguridad alimentaria financió el proyecto y el Ministerio de Agricultura y Bosques de Bhután implementó el proyecto bajo la dirección del Banco Mundial.

El FSAPP ha financiado también cuatro grandes canales de riego para que las aldeas reciban suficiente agua para sus cultivos. Enseñar las mejores prácticas agrícolas, reforzar las capacidades en materia de nutrición y vincular a los agricultores con las escuelas o mercados para que vendan sus productos resultó igualmente muy beneficioso para fomentar la producción de chile.

A pesar de las dificultades iniciales, los agricultores bhutaneses aprendieron a cultivar chile, algo importante para mejorar sus medios de vida y reducir la dependencia del país de las importaciones. ©Departamento de Agricultura de Bhután/Sangay Dorji

Innovar e improvisar

Además de practicar la cobertura del suelo con materia orgánica y emplear sistemas de riego por goteo, los campesinos de Karmaling utilizaron también otra tecnología innovadora, un conjunto de máquinas perforadoras del recubrimiento orgánico desarrolladas localmente.

La herramienta de perforación hace pequeños agujeros en el lecho de tierra que luego se rellenan con estiércol. Las jóvenes plántulas pueden establecerse mejor una vez trasplantadas en los agujeros. Sangay explica: “descubrimos que esa técnica garantizaba un suministro eficaz de nutrientes y servía de reserva de agua para la joven plántula”. 

La primera producción comercial de chile en Karmaling comenzó en 2018 con una producción neta de 14 toneladas. A medida que aumentaba la demanda nacional, la producción se incrementó de forma constante hasta alcanzar las 28 toneladas en 2020. A finales de 2020, solo el cultivo de chile de Karmaling se vendió en los mercados de más de 6 dzongkhags, incluida la capital del país, Thimphu. 

“No tenía ninguna experiencia en el cultivo de chile. Sin embargo, agradecemos el apoyo del proyecto, porque todos los gastos de mi hogar se cubren con la venta de chiles”, afirma entusiasmada Ganga Maya Mongar, una de las productoras de chiles de la aldea de Senchumthang. “Este año he ganado unos 140 000 BTN (2 000 USD) sólo con la venta de chiles. Son unos ingresos muy elevados para nosotros. Ahora estoy ampliando mi cultivo a 0,3 ha en la próxima temporada”. 

El cultivo comercial de chile ha logrado finalmente mejorar los ingresos del 70 % de los hogares del gewog. Del total de 291 hogares del gewog, 198 son productores de chile. Más del 22 % son mujeres. El gewog de Karmaling se enorgullece ahora de ser uno de los mayores proveedores de chiles del país. 

Los agricultores nunca imaginaron en sus primeros días de esfuerzo que la producción aumentaría hasta tal punto. “Nos produce mucha satisfacción darnos cuenta de que nuestro duro trabajo ha dado sus frutos y que hemos contribuido no sólo a mejorar los medios de vida de nuestra comunidad, sino también a que nuestro país sea un poco más autosuficiente”, concluye Sangay.


 Para obtener más información

2. Zero hunger, 8. Decent work and economic growth, 9. Industry innovation and infrastructure