Un año antes de que el país se enfrentara a la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), Tahmina Isayeva, del distrito de Zaqatala en el noroeste de Azerbaiyán, montó en su cocina un pequeño negocio de frutas desecadas.
“Preparar frutas en conserva, desecándolas, comenzó siendo un pasatiempo para mí. Las poníamos en una bandeja de secado, dejando espacio entre ellas para que circulara bien el aire, y a continuación se secaban al sol durante varios días. Es un método tradicional, pero es un proceso largo”, dice Tahmina.
“Los comienzos fueron bastante buenos y mis conocidos se convirtieron en los primeros clientes. Durante un año produje casi 300 kilogramos de fruta desecada. No fue fácil, ya que me ocupaba yo sola de todo el proceso de elaboración, con manzanas, ciruelas e higos de nuestro jardín o frutas adquiridas en el bazar”, señaló.
En 2019, el Centro de recursos para las mujeres de Zaqatala premió a Tahmina con una deshidratadora de frutas para impulsar su negocio. No mucho después, llegó la pandemia. Aunque esta situación puso en riesgo la rentabilidad de la empresa, aprovechó la ocasión para estudiar nuevas técnicas e incrementar la producción. Ahora es la primera productora comercial de fruta desecada de su localidad.
“La pandemia supuso un gran desafío para mi empresa debido a la pérdida de poder adquisitivo de la población. Lejos de desanimarme, busqué formas de mejorar mi negocio y comencé a involucrar a otras mujeres en el proceso de producción. También tengo pensado obtener un certificado de calidad para mis productos con el fin de aumentar las ventas”, indicó Tahmina.
Una cultura de frutas y hortalizas
Las frutas y hortalizas son un elemento fundamental de la cultura y la economía de Azerbaiyán. El variado clima del país permite recolectar productos frescos durante todo el año. La cosecha de muchas de esas frutas y hortalizas se celebra con festivales locales, lo que pone de manifiesto su importancia para la comunidad y la economía nacional.
Según el Comité Estatal de Estadística de Azerbaiyán, la exportación de frutas y hortalizas en 2020 ascendió a 607,7 millones de USD, lo que representaba una tercera parte de las exportaciones totales de productos distintos del petróleo del país. La fruta forma parte asimismo de la cultura tradicional azerbaiyana del té. Cuando hay visitas, independientemente de la hora, siempre se les ofrece té con cuencos de fruta desecada y nueces, así como mermeladas caseras varias.