Cuando el amor no es suficiente
A pesar de su amor por la agricultura, Howard y los agricultores de la comunidad han tenido cada vez más dificultades para acceder a unos recursos hídricos adecuados para sus explotaciones en esta región de la isla, que es propensa a la sequía.
Como con el paso de los años las lluvias se han vuelto cada vez más imprevisibles, los agricultores han tenido que traer agua desde un estanque cercano. Pero, al carecer de unidades de almacenamiento de agua, no pocas veces tienen que recurrir a la compra de agua en camiones, lo que reduce sus beneficios.
“Nuestra mayor dificultad es el suministro irregular de agua. La compramos de un camión o la sacamos de un estanque cercano, pero no es suficiente”, explica Howard.
Pese a ser la principal región agrícola del país, hay zonas de Clarendon afectadas por la degradación del suelo. La intensa actividad minera en torno a la bauxita, el principal mineral de Jamaica, ha erosionado la calidad del suelo, y el cambio de los patrones climáticos ha creado muchos problemas para los agricultores de la zona. Como resultado de ello, muchas explotaciones se encuentran en tierras recuperadas, con desequilibrios de nutrientes en el suelo, alta presencia de plagas y recursos hídricos limitados.
Estos retos podrían ser suficientes para disuadir a cualquiera de este medio de vida. Para que esto no ocurra, la FAO y la Autoridad para el Desarrollo Agrícola Rural (RADA) del Gobierno de Jamaica se asociaron en un proyecto de resiliencia que busca transmitir técnicas nuevas e innovadoras a los agricultores.
Como parte del fondo fiduciario de las Naciones Unidas para la seguridad humana en Jamaica, el proyecto utiliza el enfoque de las escuelas de campo para agricultores con el fin de aliviar sus problemas de falta de agua. Entre los métodos presentados están la recogida de agua de lluvia, el riego por goteo por gravedad y la fertirrigación (el aporte de nutrientes al suelo mediante el riego).
“Desde que recibo el apoyo de la FAO y la RADA, he logrado mayores rendimientos durante un período más largo y ahora tengo unos ingresos estables que proceden exclusivamente de la agricultura”, afirma Euxan Smith, presidente de la agrupación de agricultores.
Con la formación que ofrecen las escuelas de campo, los agricultores han logrado controlar las plagas de forma más asequible y responsable. También les ha ayudado a aumentar los rendimientos en más de un 35%, y ahora tienen los ojos puestos en la expansión de la producción de frutas y verduras.
Althea Spencer, agricultora y tesorera de la agrupación, comparte su visión de futuro para los agricultores de Mount Airy:
“En nuestra agrupación vemos la agricultura como un negocio, así que quiero que nuestro siguiente paso sea la elaboración de productos agrícolas, para que dentro de cinco años no nos limitemos a cultivar, sino que también podamos envasar y etiquetar nuestros propios productos”, dice Althea.