Los espacios verdes no existen solo para embellecer las zonas urbanas. Los árboles son los pulmones, el hígado y el corazón palpitante de las ciudades del mundo; son fundamentales para crear ciudades saludables, habitables y sostenibles en todo el mundo.
Los árboles son una forma importante de mitigar el cambio climático y mejorar la calidad del aire, haciendo que las ciudades sean lugares más saludables para vivir. También son fundamentales para zonas con climas cálidos. De hecho, la colocación estratégica de árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 ºC, haciendo que el pegajoso calor urbano sea un poco más soportable. Los árboles grandes también constituyen un medio excelente para absorber gases contaminantes y filtrar partículas finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire al atraparlas en las hojas y la corteza.
Además, no solo son beneficiosos para el medio ambiente, sino que también tienen efectos positivos para nosotros los humanos. Las investigaciones demuestran que vivir cerca de espacios verdes y tener acceso a ellos puede mejorar la salud física y mental al disminuir la presión arterial alta y el estrés, por ejemplo.
Por todas estas razones, es vital que la planificación urbana moderna se tome en serio los árboles. En consecuencia, la FAO y Arbor Day Foundation pusieron en marcha el programa de Ciudades arboladas del mundo, una iniciativa de colaboración para alentar a ciudades y pueblos de todo el mundo a invertir en bosques y árboles urbanos, a mantenerlos adecuadamente y a gestionarlos de forma sostenible. El 2019 fue el primer año de implementación de esta iniciativa mundial y 68 ciudades de 17 países fueron reconocidas por su compromiso con la silvicultura urbana. Desde entonces, el programa casi se ha duplicado y ahora incluye 120 ciudades de 23 países.
A continuación figuran algunas de las iniciativas innovadoras que sirven de inspiración puestas en marcha por cuatro ciudades arboladas.
Birmingham (Reino Unido)
En las últimas dos décadas, Birmingham ha pasado de ser una ciudad industrial a ser baluarte del urbanismo ecológico moderno. En 2019 se convirtió en una ciudad arbolada.
El plan “Route to Zero” (Ruta hacia el cero) del gobierno local pretende que la ciudad tenga cero emisiones netas de carbono para 2030. Se ha centrado en la creación de corredores e infraestructuras verdes dentro de Birmingham. Un ejemplo de ello es el valle del Cole, un parque, una ruta ciclista y un espacio natural junto al río, que fomenta los desplazamientos a pie y en bicicleta de los residentes.
Además, dicho plan incluía un proyecto para cartografiar la cubierta arbórea de la ciudad, esencial para reducir las temperaturas estivales. Se constató que mientras algunas zonas tenían una cubierta de dosel del 40 %, otras tenían tan solo un 10 %. El Ayuntamiento se está centrando ahora en la plantación de árboles y en la creación de espacios verdes en todos los distritos de la ciudad para conseguir que la mayor parte posible de la ciudad alcance al menos un 25 % de dosel arbóreo, que es el mínimo necesario para obtener los beneficios de la reducción de la temperatura.