El pastoreo, una forma tradicional y extensiva de criar ganado, da empleo a más de 200 millones de personas en 100 países. Los pastores guían y dan de comer a sus animales a través de diversos territorios como praderas, sabanas o tundras.
Al valerse de distintas especies de razas locales que se adaptan a entornos variables, el pastoreo es fundamental para reducir la pobreza y ofrecer seguridad alimentaria en estas zonas. Al trabajar con la naturaleza, defiende la productividad, la sostenibilidad y el bienestar de los animales.
He aquí siete razones por las que el pastoreo desempeña una función fundamental para un futuro mejor:
1. Diversifica la producción de alimentos
En un mundo en el que la disponibilidad de recursos naturales y los patrones climáticos son cada vez más variables, satisfacer la demanda de leche y carne a través de distintos métodos, como el pastoreo, hace que el riesgo de ineficiencias de producción quede repartido. El pastoreo ofrece proteínas y nutrientes de calidad asequibles para satisfacer la demanda local y puede ayudar a reducir la dependencia de un país de las importaciones. Además, como los pastores viajan con su ganado y trabajan con la naturaleza con conocimiento de causa para acceder al agua y al forraje, los insumos de producción son bajos en relación con lo que se produce.
2. Actúa contra el cambio climático
De las investigaciones se desprende que los terrenos de pastoreo tienen el potencial de lograr un balance neutro de carbono, puesto que el pastoreo puede compensar los niveles de carbono al estimular el crecimiento de las plantas, lo que ayuda a fijarlo en el suelo. En los sistemas de pastoreo, también puede trasladarse el ganado a campos y tierras en barbecho para aprovechar los residuos de las cosechas como piensos y distribuir el abono animal como fertilizante, con lo cual se reciclan los nutrientes como parte de una bioeconomía circular.
Al ir desplazando el ganado, en el pastoreo se diversifican las estrategias de adaptación a un clima cambiante. Por ejemplo, en Mongolia, los pastores hacen uso de zonas reservadas —denominadas “otor”— que pueden utilizarse en tiempos de crisis, como cuando se retrasan las lluvias, con lo que protegen otras zonas de pastizales del sobrepastoreo. Además, los pastores gestionan los recursos naturales con eficacia, ayudando a preservar la biodiversidad en todo tipo de entornos, desde desiertos hasta humedales y bosques. Así pues, respetar e incorporar los conocimientos y prácticas de los pastores puede servir para proteger esos ecosistemas.