La pesca en un país sin litoral


Recuperación de los peces por las comunidades en un lago de Malawi

Malawi, país africano sin litoral, tiene una rica tradición pesquera gracias a sus numerosos lagos. Los medios de subsistencia de casi 1,6 millones de personas de comunidades lacustres dependen de la pesca. ©FAO/Mathews Tsirizeni

14/12/2021

Willard lleva más de 40 años pescando en las orillas del lago Malombe, en la República de Malawi. Este pescador es oriundo de Chipalamawamba, aldea situada en el sur del país. Dice que, con los años, la degradación ambiental y la sobrepesca del lago han pasado una factura elevada a los peces y a la suerte de los pescadores locales.

“Hace años que la población de peces empezó a mermar”, dice Willard. “Todas las plantaciones de bananos quedaron destruidas; la hierba y los árboles se cortaron para construir casas, y ahora las riberas de los ríos y las orillas de los lagos han quedado desnudas. Los peces no tienen suficientes lugares de reproducción”.

Con sus numerosos lagos, este país africano sin litoral tiene una rica tradición pesquera, y la vida y los medios de subsistencia de casi 1,6 millones de personas de las comunidades lacustres dependen de la pesca. 

Sin embargo, especies de peces del lago Malombe han desaparecido y su ecosistema ha quedado dañado.

Niklas Mattson, funcionario técnico principal de la FAO en Malawi, dice que varias especies de peces, entre ellas el popular chambo, que es un tipo de tilapia, prácticamente han desaparecido en los últimos años.

“Por término medio, el lago Malombe tiene una profundidad de apenas 3 metros, y las tilapias hacen nidos en el lecho para reproducirse. Sin embargo, las redes nkacha, que son las más habituales, suelen destruir estos nidos y generar turbidez que perturba a los peces y su reproducción”, afirma Mattson.

Los pescadores en pequeña escala también compiten con los pescadores en mayor escala, que disponen de barcos más grandes y cuentan con artes de pesca y redes más elaboradas. Esta actividad no solo diezma la población de peces, sino que también daña las zonas de reproducción de los peces en el lago, cuenta Mattson.

La degradación ambiental y la sobrepesca del lago Malombe han pasado una factura elevada a los pescadores locales, como Alfred Juma (izquierda). La población de peces merma, y las riberas de los ríos y las orillas de los lagos han quedado desnudas. Izquierda/Arriba: ©FAO/Shaibu Rice Derecha/Abajo: ©FAO/Niklas Mattson

El cambio climático también está amenazando la futura productividad del lago a medida que los cambios de temperatura y las fluctuaciones de las precipitaciones repercuten en los peces, su hábitat y la biodiversidad.

“La cultura local siempre ha tenido en gran consideración a los pescadores, pero hoy los pescadores tienen dificultades para llegar a fin de mes”, afirma Mattson.

La FAO colabora con el Departamento de Pesca del Ministerio de Silvicultura y Recursos Naturales de Malawi para generar más resiliencia y luchar contra las repercusiones de la degradación ambiental en el atribulado sector pesquero, especialmente entre las comunidades ribereñas del lago Malombe.

Con el apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el proyecto, titulado “Resiliencia de la pesca en Malawi”, promueve un enfoque ecosistémico en materia de gestión pesquera, planteamiento integral de gestión de la pesca y los recursos acuáticos vivos y de promoción de la conservación y el uso sostenible del ecosistema en su conjunto.

“Además de la sobrepesca, las comunidades locales sienten la presión añadida del cambio climático, con lo que el proyecto adquiere carácter urgente”, afirma Mattson, que dirige la labor de la FAO al frente del proyecto.

En colaboración con dirigentes de aldeas y entidades locales conocidas como comités de aldeas de playa, los pescadores han aprendido medidas de conservación dirigidas a regenerar la calidad y la cantidad de los peces del lago y salvaguardar su entorno.

Los pescadores y sus familias también obtienen información sobre las tendencias climáticas y los fenómenos extremos.

“Nos encontramos en un círculo vicioso”, afirma Mattson. “Si aumenta la variabilidad del clima, las personas serán más vulnerables de lo que deberían, a no ser que los recursos se gestionen de manera distinta”.

Con apoyo del proyecto, la comunidad se centró en “recuperar los peces” y elaboró un plan de acción que preveía la adopción de nuevos reglamentos y la creación de dos zonas exentas de pesca que ofrecían a los peces hábitats adecuados para la reproducción y la cría.

Nevarson Msusa, oficial de pesca del distrito, dice que el proyecto de Resiliencia de la pesca en Malawi ya ha tenido una repercusión positiva en la gestión de la pesca local.

“Los miembros de la comunidad han adoptado la conservación”, dice Msusa. “Se han plantado árboles, las riberas de los ríos están mejor gestionadas; las artes de pesca y las actividades están más controladas y las poblaciones y especies de peces aumentan”.

Alfred Juma, pescador de 40 años que participó en el proyecto, dice que la formación empoderó a los pescadores y les transmitió las aptitudes necesarias para evaluar sus recursos y los problemas ambientales, así como la manera de adoptar medidas apropiadas.

“Todos nos responsabilizamos de la gestión de la pesca, y hemos asistido a una mejora de nuestras especies de peces y de la captura”, afirma Alfred. “El aumento de las ventas de pescado tiene gran repercusión en nuestra subsistencia”.

En eso coincide Anasi Devi, pescadora de la aldea de Mwalija. “Por primera vez en mi vida he escuchado a los pescadores celebrar y a miembros de la comunidad entonar cánticos y canciones. Celebrar una captura descomunal en Mwalija era inconcebible. Algunas mujeres llegaron corriendo a la ladera para llamarnos; ¡vimos la captura con nuestros propios ojos! Nuestros santuarios tienen abundancia de peces”.

La FAO, junto con el Gobierno y con apoyo financiero del FMAM, ayuda a las comunidades a “recuperar los peces” mediante una mejor gestión de la pesca y controles de la pesca ilegal, así como con actividades que promueven la recuperación del entorno de las orillas lacustres. ©FAO/Niklas Mattson

También se señalaron las prácticas de pesca ilegal, y las comunidades han intensificado las patrullas acuáticas y la labor dirigida a reducir el uso de artes de pesca destructivas, como mosquiteros utilizados para arrastrar peces inmaduros y huevas. El proyecto Resiliencia de la pesca en Malawi también promueve restricciones estacionales que ayudan a restablecer la población de peces.

Además de medidas de conservación, promueve la acuicultura en jaulas en pequeña escala y la tecnología de estanques profundos para criar tilapias locales. En vista de que la disponibilidad de agua es limitada en la estación seca de Malawi, la profundización de los estanques y el aumento del volumen de agua disminuyen la vulnerabilidad al calor y la evaporación. 

Vasco Schmidt, oficial de pesca y acuicultura de la FAO en África meridional, dice que es largo el proceso de educar y animar a los pescadores y los dirigentes de las comunidades, pero los resultados son alentadores.

La conciencia va en aumento, y los pescadores, una vez movilizados, instan a otras comunidades lacustres a adoptar medidas para salvaguardar el lago y darle un futuro sostenible para proteger mejor las vidas y los medios de subsistencia.


Para más información

 

8. Decent work and economic growth, 13. Climate action, 14. Life below water