Willard lleva más de 40 años pescando en las orillas del lago Malombe, en la República de Malawi. Este pescador es oriundo de Chipalamawamba, aldea situada en el sur del país. Dice que, con los años, la degradación ambiental y la sobrepesca del lago han pasado una factura elevada a los peces y a la suerte de los pescadores locales.
“Hace años que la población de peces empezó a mermar”, dice Willard. “Todas las plantaciones de bananos quedaron destruidas; la hierba y los árboles se cortaron para construir casas, y ahora las riberas de los ríos y las orillas de los lagos han quedado desnudas. Los peces no tienen suficientes lugares de reproducción”.
Con sus numerosos lagos, este país africano sin litoral tiene una rica tradición pesquera, y la vida y los medios de subsistencia de casi 1,6 millones de personas de las comunidades lacustres dependen de la pesca.
Sin embargo, especies de peces del lago Malombe han desaparecido y su ecosistema ha quedado dañado.
Niklas Mattson, funcionario técnico principal de la FAO en Malawi, dice que varias especies de peces, entre ellas el popular chambo, que es un tipo de tilapia, prácticamente han desaparecido en los últimos años.
“Por término medio, el lago Malombe tiene una profundidad de apenas 3 metros, y las tilapias hacen nidos en el lecho para reproducirse. Sin embargo, las redes nkacha, que son las más habituales, suelen destruir estos nidos y generar turbidez que perturba a los peces y su reproducción”, afirma Mattson.
Los pescadores en pequeña escala también compiten con los pescadores en mayor escala, que disponen de barcos más grandes y cuentan con artes de pesca y redes más elaboradas. Esta actividad no solo diezma la población de peces, sino que también daña las zonas de reproducción de los peces en el lago, cuenta Mattson.