La cara visible del cambio en su comunidad de Malawi


Rompiendo con los estereotipos, Tael está orgulloso de ser un modelo en materia de nutrición en su comunidad

Aunque la alimentación en el hogar se ha considerado tradicionalmente en su comunidad una función de la mujer, Tael Vumu comparte con orgullo esta responsabilidad con su esposa, y su familia se ha convertido en un modelo para las demás. © FAO/Towela Munthali

15/02/2022

En las afueras de la localidad de Mzuzu (Malawi), en la pequeña aldea de Chikoya, vive Tael Vumu. Su ocupación principal es la agricultura, pero además es un héroe local de la alimentación, trabajando incansablemente como voluntario para mejorar la nutrición de su hogar e impulsar la salud de toda su comunidad. 

Lo hace a través del proyecto de agricultura sensible a la nutrición Afikepo, financiado por la Unión Europea e implementado por la FAO, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Gobierno de Malawi. “Afikepo” significa “dejemos que [los niños] desarrollen todo su potencial” en la lengua chichewa de Malawi, y eso es lo que pretende conseguir el programa de nutrición. Está diseñado para mejorar y diversificar la dieta de las mujeres en edad fértil, las adolescentes, los lactantes y los niños pequeños de Malawi.

El proyecto de la FAO y el UNICEF funciona a través de grupos de promoción de la salud formados por líderes comunitarios voluntarios —líderes de grupo— que asisten a reuniones, aprenden sobre nutrición y luego comparten esos conocimientos con otros hogares de sus comunidades.

No es “una ocupación de mujeres”

Al tener un hijo menor de cinco años, Tael recibió inicialmente apoyo del proyecto, pero rápidamente asumió un papel de liderazgo, convirtiéndose en líder y miembro del grupo de promoción de la salud Titemwane, que presta apoyo a 12 hogares diferentes.

Tael habla con orgullo de la importancia de la participación de los hombres en las actividades que contribuyen a una buena nutrición en el hogar. Según Tael, la mayoría de los estamentos de la sociedad de Malawi consideran que la preparación de los alimentos y la nutrición son “cosa de mujeres”. Él discrepa fervientemente, insistiendo en que la seguridad nutricional en el hogar es una responsabilidad que los hombres también deberían asumir.

“Si soy responsable de atender las necesidades y el bienestar de mis hijos, una de mis tareas debería ser garantizar que mi familia adopte prácticas para una buena nutrición, ya sea en la agricultura, o en la higiene, o incluso aportando dinero para comprar productos alimenticios complementarios que no podemos producir”, afirma Tael.

Tael y su mujer, Mary, se han beneficiado de un fogón de bajo consumo que se les ha suministrado en el marco del proyecto. © FAO/Towela Munthali

Compartir es cuidar 

En las reuniones de los grupos de promoción, Tael y sus compañeros asisten a encuentros en los que comparten recetas y combinaciones nutritivas de alimentos. También participan en charlas sobre cómo “tener en cuenta la nutrición” en la producción agrícola y ganadera, que abarcan temas como la nutrición óptima de las mujeres embarazadas, los lactantes y los niños pequeños, la conservación de los alimentos y la higiene.

“A través de las reuniones de los grupos de promoción de la salud, aprendemos y nos recordamos mutuamente la importancia de consumir diferentes grupos de alimentos y de una producción agrícola diversificada”, señala Tael.

Con semillas e insumos proporcionados por el proyecto, Tael ha usado sus conocimientos para cultivar maíz amarillo, batatas de carne naranja, soja, alubias fortificadas y otros cultivos ricos en nutrientes. 

Tael y los demás líderes transmiten este saber a los hogares a los que apoyan, que a su vez se implican en las actividades. Por ejemplo, cada hogar tiene ahora un huerto casero con árboles frutales, que el proyecto proporcionó para garantizar que hubiera frutas y hortalizas disponibles y accesibles.

El proyecto Afikepo también suministró al grupo de promoción de Tael cinco conejos y apoyo para la construcción de una jaula. Estos conejos se han reproducido y los miembros del grupo han puesto en marcha una iniciativa de distribución para que las mujeres embarazadas y lactantes o los niños menores de cinco años tengan acceso a proteínas de origen animal. Otros 18 hogares han recibido dos conejos cada uno, para que también puedan criarlos y pasarlos luego a otras familias.  

“Estábamos acostumbrados a criar pollos y no conejos, pero... nos dimos cuenta de que los conejos se reproducen más rápido que los pollos”, dice Tael.

La familia de Tael sirve de ejemplo a otros hogares de la comunidad que quieren aprender buenas prácticas de nutrición e higiene. © FAO/Towela Munthali

Mejores prácticas en el hogar

El proyecto Afikepo aportó también a la comunidad conocimientos para mejorar las prácticas en el hogar, haciéndolas más eficientes e higiénicas. Estas mejoras incluyeron la construcción de escurreplatos para secar los utensilios de cocina y retretes higiénicos con agua y jabón para lavarse las manos después de su uso. Para Tael, las mejoras en las prácticas de higiene han sido de enorme valor para la salud de su familia. 

Para mejorar la eficiencia, el proyecto introdujo en los hogares fogones de bajo consumo que utilizan menos leña. Esto significa que los miembros de la familia ahorran tiempo en ir a buscar leña y que hay menos presión sobre los bosques vecinos. 

“La cocina era una habitación vacía en la que se guisaba en una hoguera. Requería mucha leña, que se agotaba rápidamente. Estábamos contribuyendo a la destrucción del medio ambiente”, admite la esposa de Tael, Mary Phiri. “Pero gracias a que Afikepo nos ha proporcionado conocimientos para construir fogones de bajo consumo, ahora utilizamos apenas dos troncos pequeños y la comida está lista, y esto en poco tiempo, ya que el fogón retiene el calor”. 

Cambio visible

Cuando se le pregunta qué le inspiró a convertirse en líder de un grupo, Tael explica que, al principio, su hermana desempeñaba ese papel. Cuando ella se marchó, no había nadie más que asumiera la responsabilidad, así que él se hizo cargo. 

“Me motivaron los cambios visibles que veía que el proyecto estaba produciendo y me animé a asumir el papel de líder para estimular a otras personas a participar en las actividades de nutrición y contribuir al cambio en nuestra comunidad”, afirma con entusiasmo.

Ahora Tael y su mujer están al frente de un hogar modelo, un centro de aprendizaje al que acuden los miembros de la comunidad para ver cómo pueden mejorar ellos también la nutrición de sus hogares. Tael y Mary son auténticos héroes de la alimentación, un verdadero ejemplo de cómo dos personas están transformando toda una comunidad. 


Más información

1. No poverty, 3. Good health and well-being, 6. Clean water and sanitation, 7. Affordable and clean energy