Cinco cosas que la ciencia nos dice sobre los alérgenos alimentarios


El etiquetado de los alimentos y las normas del Codex protegen a los consumidores alérgicos

¿Sabía que los huevos son uno de los principales alimentos que provocan alergias? El Codex Alimentarius ha establecido una lista de alimentos o ingredientes que deben declararse en los envases. © FAO/Cristiano Minichiello

04/03/2022

La mayoría de nosotros tiene una relación de amistad, incluso de amor, con la comida. Nos nutre, nos fortalece e incluso nos hace felices. Pero de vez en cuando, hay un alimento o grupo de alimentos que, sin que sea culpa nuestra, se convierte en el enemigo. Nos provoca sarpullidos, malestar o incluso, en algunos casos extremos, nos mata. Las alergias, intolerancias o sensibilidades alimentarias pueden hacer que nuestra relación con la comida pase de ser una de alegría a ser una de desasosiego.

Es un problema mundial. Las alergias alimentarias son cada vez más frecuentes en países de todo el mundo. En los países desarrollados, la prevalencia de las alergias alimentarias está aumentando y afecta aproximadamente al 10 % de la población. En los países en desarrollo —donde las alergias alimentarias no se veían antes de forma generalizada—, el número de casos señalados de alergias alimentarias ha aumentado de forma clara.

Definir los alérgenos “prioritarios” y ordenar su etiquetado adecuado ha sido una parte importante del trabajo de la Comisión del Codex Alimentarius, órgano de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dedicado a establecer normas internacionales de calidad e inocuidad de los alimentos. En 1999, la Comisión del Codex Alimentarius elaboró una lista de alimentos o ingredientes que deben declararse en la etiqueta de los alimentos. Estos alérgenos “prioritarios” son los que causan alergias a poblaciones en todo el mundo y provocan reacciones considerables, incluso cuando se consumen en pequeñas cantidades.

La FAO y la OMS están examinando ahora los nuevos avances científicos en materia de alérgenos alimentarios para garantizar que las normas y orientaciones del Codex estén al día.

Cinco cosas que debe saber sobre los alérgenos alimentarios

1. Una alergia alimentaria es una respuesta inmunitaria anormal

Una alergia alimentaria se produce cuando la exposición a un determinado alimento desencadena una respuesta inmunitaria anormal. Las reacciones alérgicas pueden producirse rápidamente, a los pocos minutos del consumo o la exposición, o pueden tardar hasta varias horas en aparecer. Las reacciones alérgicas son imprevisibles, con síntomas que van desde erupciones leves localizadas hasta una reacción anafiláctica grave. Las intolerancias, como la intolerancia a la lactosa, por ejemplo, no son lo mismo que la reacción inmunitaria anormal causada por una alergia. Por ello, se tratan como una categoría aparte.

Aunque se sabe que algunas alergias alimentarias de la infancia desaparecen con el tiempo y se han logrado algunos éxitos con estudios de desensibilización, no hay cura para las alergias alimentarias. La prevención es la única solución.

Una alergia alimentaria se produce cuando un determinado alimento desencadena una respuesta inmunitaria anormal. Los crustáceos y los maníes suelen causar alergias y su presencia en los alimentos preenvasados debe indicarse en la etiqueta. Izquierda/Arriba: © FAO/Miguel Rioppa. Derecha/Abajo: © FAO/Pius Ekpei.

2. Algunas alergias alimentarias son peores que otras

Los alérgenos prioritarios del Codex Alimentarius son alimentos o ingredientes que causan alergias en múltiples poblaciones de todo el mundo y provocan reacciones graves con mayor frecuencia, incluso cuando se consumen en pequeñas cantidades.

Estos alérgenos prioritarios incluyen los “ocho grandes”: leche, huevos, pescado, crustáceos, frutos secos, maníes, trigo y soja, además de los sulfitos (en concentraciones de 10 mg/kg o más). En los Estados Unidos de América, los “ocho grandes" representan casi el 90 % de todas las alergias alimentarias.

Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda siguen las recomendaciones del Codex Alimentarius y exigen el etiquetado obligatorio de estos alérgenos en los alimentos preenvasados.

3. La prevalencia de las alergias alimentarias difiere según el país

Las alergias alimentarias están relacionadas con las dietas y los hábitos de consumo de alimentos. Por lo tanto, la prevalencia de ciertas alergias alimentarias puede diferir de un país a otro o de una región a otra. Inevitablemente, la introducción de nuevos alimentos puede traer consigo la introducción de nuevas alergias.

Por ejemplo, el kiwi llegó a Japón en la década de 1960. Hoy en día, según estudios recientes, el kiwi es uno de los 10 alimentos más alergénicos del país.

Aunque el Codex Alimentarius esboza una lista internacional de alimentos o ingredientes que deben declararse siempre en una etiqueta, la lista puede no abarcar todos los alérgenos alimentarios que afectan a grupos de población específicos. Los países deben investigar en sus contextos nacionales qué alimentos preenvasados deben ser etiquetados y en qué cantidad los alérgenos alimentarios se vuelven perjudiciales, teniendo en cuenta los hábitos alimentarios del país.

Al elaborar directrices para el etiquetado con base científica, el Codex Alimentarius ayuda a los países a proteger a los consumidores y a garantizar prácticas comerciales justas. © FAO/Alessandro Penso

4. La higiene y las pruebas de laboratorio pueden ayudar a limitar y detectar los niveles de alérgenos en los alimentos

En la mayoría de los casos, son las proteínas específicas que se encuentran en ciertos alimentos las que resultan problemáticas para los consumidores alérgicos. Estas proteínas pueden ser de origen natural o haber sido alteradas durante la elaboración; por ejemplo, el tostado de los maníes altera la estructura de algunas de sus proteínas. Además, estas proteínas pueden formar parte del propio alimento o estar presentes debido al contacto cruzado con un alérgeno.

El Codex Alimentarius recomienda buenas prácticas de higiene para minimizar eficazmente el riesgo de contacto cruzado con alérgenos. La realización de pruebas de detección de laboratorio, que pueden detectar niveles muy bajos de proteínas alergénicas en la mayoría de los productos alimenticios, es otra herramienta adecuada. Estas pruebas permiten a los fabricantes de alimentos confirmar rápidamente que el equipo para la elaboración de alimentos se ha limpiado correctamente, aunque es mejor que los utilicen técnicos capacitados.

5. Las etiquetas de los alimentos y la diligencia protegen a los consumidores alérgicos

La Comisión del Codex Alimentarius ha formulado un Código de Prácticas sobre la gestión de los alérgenos alimentarios para que las empresas alimentarias reduzcan al mínimo el riesgo de contacto cruzado. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, los alérgenos alimentarios pueden seguir estando presentes involuntariamente en algunos alimentos. Un buen ejemplo es la fabricación de chocolate negro en una línea de producción que también fabrica chocolate con leche. Es extremadamente difícil eliminar todos los rastros de productos lácteos. Para alertar a los consumidores alérgicos de que un producto no es adecuado para ellos, se debe utilizar una declaración del tipo “puede contener leche” o una expresión similar.

La Comisión del Codex Alimentarius está trabajando en la elaboración de una guía internacional para estas declaraciones precautorias sobre los alérgenos; sin embargo, los consumidores alérgicos deben comprobar de forma diligente las etiquetas de los productos alimenticios y prestar atención a este tipo de declaraciones para elegir alimentos inocuos.

La regulación del etiquetado de los alérgenos alimentarios es eficaz y proporciona productos alimenticios comerciales seguros incluso para las personas alérgicas. En la actualidad, muchos países han promulgado normas de etiquetado de alérgenos alimentarios; sin embargo, su enfoque depende en gran medida del contexto nacional. Mediante la elaboración de directrices para el etiquetado y códigos de prácticas sobre la gestión de los alérgenos alimentarios, el Codex Alimentarius ayuda a los países a proteger a los consumidores y a garantizar prácticas comerciales justas.


Para obtener más información

2. Zero hunger, 3. Good health and well-being