“Soy agricultor y voy a seguir trabajando aquí”
Mientras tanto, Alí Mohamed Wasuge, pastor local, ha decidido quedarse en la aldea de Sariirale, en Somalia central, cerca de la frontera con Etiopía, a pesar de que dice no haber visto nunca la tierra tan seca. La tierra, los árboles, los arbustos: todo son distintas variaciones de color marrón.
“Los campos están secos y, sin agua, todo lo que plantamos la temporada pasada ha sido arrasado por la sequía. Nuestro ganado está hambriento”, dice.
Al no tener nada que comer, los animales del Alí están tan débiles que no pueden superar un simple resfriado o una infección y mueren en masa. Es testigo de la desaparición de sus medios de vida ante sus ojos.
A pesar de las dificultades, Alí ha decidido quedarse en su hogar con su familia.
“Tengo siete hijos y vivo aquí con mi mujer. Soy agricultor y voy a seguir trabajando aquí”, declara.
Es consciente de los riesgos que conlleva abandonar su explotación y sus medios de vida, pero no deja de pensar en marcharse.
La FAO está trabajando para dar opciones a las personas. Hasta marzo de 2022, la familia de Alí y otras 1 874 familias más del distrito habían recibido transferencias de efectivo y bienes de subsistencia gracias al proyecto Cash+ de la FAO. Hasta la fecha, Alí ha recibido asistencia directa en efectivo, así como semillas y herramientas para plantar antes de la próxima temporada de lluvias.
A pesar de ser una pequeña cantidad, Alí ha podido pagar sus deudas y mantener unida a la familia; las semillas los ayudarán a recuperarse más rápido después de la sequía.
Mantener unidas a las familias
“Lo que observamos es que los hogares rurales se están enfrentando a la indigencia”, señala el Sr. Etienne Peterschmitt, Representante de la FAO. “Han agotado sus mecanismos de supervivencia y se están dirigiendo a las zonas urbanas en búsqueda de asistencia. Esto es lo que la FAO trata de impedir”, afirma.
El plan de la FAO de respuesta a la sequía requiere 131,4 millones de USD para beneficiar a 882 000 personas en 55 distritos. Las transferencias de efectivo y la asistencia de subsistencia ayudan a proteger los medios de vida rurales y prevenir una crisis humanitaria mayor.
Las inversiones en medios de vida son mucho más eficientes a la larga. Por cada dólar de los EE.UU. gastado en respaldar los medios de vida de las familias rurales a través de los programas de la FAO, se pueden ahorrar 10 USD en asistencia relacionada con la alimentación para una familia desplazada en un centro urbano. Asimismo, mientras que adquirir una cabra cuesta 40 USD, salvar una cabra de una familia rural de enfermedades relacionadas con la sequía cuesta tan solo 40 centavos.
A pesar de que las condiciones de la sequía siguen empeorando, la FAO trabaja sin descanso para ampliar la asistencia que presta a las comunidades rurales y también ayuda a los agricultores a adoptar prácticas más resilientes a los efectos de las sequías, los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático en el futuro.
Para obtener más información:
*Esta historia es una actualización de la publicada por primera vez el 24/03/2022.