Desde que tenía unos 16 años, Ziaur Rahman ha trabajado en la granja de su familia en el distrito de Rangpur, en el norte de Bangladesh, cultivando arroz, papas y otras hortalizas. Pero Ziaur —que tiene ahora 34 años—, se siente cada vez más acuciado por la difícil coyuntura económica actual. Incluso con su esposa Sahanaz, y su hermano y hermana trabajando en la granja —además de tres jornaleros—, mantener a su familia de ocho miembros resulta cada vez más complejo.
“Nuestro mayor reto es que los precios de artículos como el fertilizante, los pesticidas y las semillas son altos y están subiendo rápidamente, así como el maíz para alimentar al ganado, pero el dinero que obtenemos por nuestros cultivos y hortalizas en el mercado local no sube”, dice Ziaur.
Es una historia que resulta muy conocida para los agricultores de todo el planeta, pero la tecnología digital puede echarles una mano. En el marco de su emblemática iniciativa mundial de las 1 000 aldeas digitales, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está trabajando con el gobierno y las organizaciones de agricultores de Bangladesh —incluida la red nacional, la Sociedad Sara Bangla Krishak (SBKS)—, para facilitar el acceso a las plataformas digitales. Estas permiten a los agricultores llegar a un mercado más amplio e incrementar sus ingresos al obtener mejores precios por sus cosechas.
Uno de los principales objetivos de la iniciativa es reducir la brecha digital entre el medio rural y el urbano. Casi 60 aldeas digitales están ya en funcionamiento en Bangladesh, en tres distritos, incluido el de Rangpur, donde vive Ziaur.