El pescado proporciona a más de 4 500 millones de personas de todo el mundo una proporción fundamental de sus necesidades proteicas diarias. Para muchos, es una comida diaria esencial para la nutrición, la salud y el bienestar. Y aunque el pescado no sea suficiente para garantizar la seguridad alimentaria mundial, no habrá seguridad alimentaria mundial sin pescado.
El libro Fish: Know it, cook it, eat it(El pescado: conózcalo, cocínelo, cómalo) de la FAO presenta recetas tradicionales de decenas de países y platos de reconocidos chefs. Y también acompaña a los lectores en un viaje en el que aprenderán mucho más sobre la cría, las ciencias y el comercio del pescado y el marisco. Además, ayuda a los consumidores a reconocer los distintos tipos de pescado, su origen y su valor nutricional. Gracias a sus espectaculares ilustraciones, sus interesantes datos sobre alimentación, sus entretenidas “entrevistas” a diferentes pescados y sus tentadoras recetas, no se parece a ningún otro libro de recetas de pescado.
Para abrir el apetito, hemos seleccionado cuatro pescados, con información para conocerlos mejor y recetas de todo el mundo que los utilizan.
La caballa y el curado japonés
La caballa, una denominación genérica que engloba unas 30 especies, prefiere estar en compañía y se reúne en grandes bancos, con vastas poblaciones a lo largo de las costas del Atlántico norte y en el Mar de la China oriental.
Tiene forma de torpedo y una piel brillante de un color azul plateado. Algunas tienen motas o rayas, con las que parecen una cebra marina. Afortunadamente, la caballa sigue siendo abundante y asequible.
Rebosante de ácidos grasos omega-3, tiene un alto valor nutricional. Este pescado, lejos de ser grasoso a pesar de su alto contenido de aceite, se siente rico y denso en el paladar. Se puede grillar, asar o ahumar. Por último, otra de las ventajas culinarias de la caballa es que prácticamente no tiene escamas.
Una advertencia: la caballa se estropea rápidamente. Por lo tanto, si compra el pescado fresco y entero, observe que tenga ojos redondos y brillantes, como monedas recién acuñadas.
Si quiere una receta elegantemente liviana que no requiere calor ni cocción, pruebe esta preparación de caballa curada japonesa. Se sirve como aperitivo con salsa de soja y wasabi o bien con limón o pomelo.