Es primera hora de la mañana en la ciudad costera de Buenaventura. Cuando sale el sol en uno de los puertos de mayor actividad de Colombia, suena rítmicamente en las calles la música de las marimbas de chonta mientras los pescadores y los trabajadores del sector pesquero se disponen a iniciar su jornada.
Sandra Gómez Montaño, una elaboradora de productos pesqueros de 55 años, es uno de los 400 000 habitantes de la localidad y, como la mayor parte de la población, depende de la pesca para su subsistencia.
Cada día compra pescado fresco a las platoneras, así llamadas porque tradicionalmente acarreaban grandes platos, o “platones”, sobre la cabeza. Se trata de una tradición afrocolombiana transmitida de generación en generación, y estas vendedoras de pescado se enorgullecen de su herencia y de su papel en la sociedad.
“Las platoneras desempeñan un papel muy importante”, dice Sandra, que trabaja en estrecha colaboración con las vendedoras y transforma el pescado fresco en productos nutritivos para la comunidad.
Tanto las platoneras como las elaboradoras de productos pesqueros son un vínculo fundamental entre los alimentos de origen marino de producción local y las comunidades, ya que proporcionan una fuente de nutrición esencial para las familias del lugar.
El trabajo en el sector pesquero forma parte del legado de Sandra, puesto que su madre era platonera. No obstante, reconoce que el sector adolece de considerables problemas: los ingresos de las trabajadoras del sector pesquero son, por lo general, muy bajos y pueden registrar grandes variaciones de un mes a otro.
Y si bien las trabajadoras del sector pesquero tienen acceso a la sanidad pública, se cuentan entre el 70 % de los trabajadores colombianos que, según las estimaciones, están por fuera de los programas de protección social. Con demasiada frecuencia quedan excluidas de la pensión por jubilación y las prestaciones por desempleo, con lo que son más vulnerables a la inseguridad alimentaria y de los medios de vida.
Ahora, a través de su proyecto de Protección Social para la Pesca y la Acuicultura (SocPro4Fish)), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR) colombiano, con la financiación del Organismo Noruego de Cooperación para el Desarrollo (NORAD), están trabajando para mejorar las competencias empresariales de las platoneras y aumentar sus ingresos, así como para facilitar su acceso a los planes de protección social.