Los primeros indicios de cultivo del algodón en Azerbaiyán se remontan a hace miles de años. Durante el período soviético, el entonces denominado “oro blanco” representaba aproximadamente el 25 % de los ingresos agrícolas. Sin embargo, la transición a una economía de mercado libre, junto con el rápido crecimiento de las industrias alternativas durante la década de 1990, contribuyó a que el algodón perdiera su papel crucial. En 2009, la producción registró el mínimo histórico de 31 000 toneladas, en contraposición con las más de 830 000 toneladas de la década de 1980.
Gracias a un proyecto financiado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a través del Centro Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, investigadores y agricultores de Azerbaiyán han estado trabajando para revitalizar la industria algodonera local implantando prácticas de agricultura climáticamente inteligente basadas tanto en técnicas nucleares como en otras técnicas conexas.
El proyecto, sumado al uso de una variedad de algodón mejorada, ha mejorado los rendimientos, que han superado el promedio nacional de tres toneladas por hectáreas y han alcanzado las ocho toneladas por hectárea sobre el terreno en tres provincias.