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Aguas residuales y saneamiento

La extensión de la urbanización y la escasez del suministro de agua han motivado a los agricultores urbanos y periurbanos a reutilizar las aguas residuales provenientes de los centros urbanos, que con frecuencia están contaminadas por los efluentes municipales e industriales no tratados. Las aguas de desecho no tratadas utilizadas para el riego son una amenaza potencial para la salud tanto de los consumidores como de los usuarios del riego y por ello es importante poner en práctica las medidas de saneamiento adecuadas:

  • adoptar las mejores prácticas para la utilización segura de las aguas residuales y de los excrementos;
  • limitar la utilización de los efluentes industriales para el riego;
  • evitar la contaminación de los cultivos con los productos químicos o de agentes patógenos;
  • reducir y eliminar el empleo de plaguicidas; y
  • gestionar el agua y los cultivos a fin de evitar la propagación de enfermedades transmitidas por vectores.

El tratamiento de las aguas residuales y su reutilización en la agricultura pueden proporcionar beneficios a los agricultores urbanos y periurbanos permitiéndoles conservar las reservas de agua potable, mejorar la integridad del suelo, evitar el desagüe de las aguas superficiales y fortalecer la eficacia económica. Sin embargo, una buena planificación de las aguas residuales y de los sistemas eficaces de tratamiento, así como de las tecnologías de tratamiento natural, permite alcanzar elevados niveles de control sanitario con una inversión de capital relativamente baja. La utilización de los humedales artificiales en el tratamiento de las aguas residuales para los espacios limitados es uno de los ejemplos ideales, en el marco urbano, para eliminar los nutrientes con un mínimo de necesidades energéticas.

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