Tacon (1988) realizó una detallada revisión sobre fertilización de estanques y su efecto en la productividad y cosecha de peces. Tanto los fertilizantes químicos como los orgánicos actúan estimulando directamente la producción de fitoplancton dentro del estanque. Los fertilizantes inorgánicos actúan a través de la productividad primaria del estanque, mientras que el abono orgánico puede, además, estimular directamente los niveles tróficos al proveer materia orgánica y detritos. Los abonos orgánicos son especialmente adecuados para el cultivo de la tilapia: más allá de su valor como fertilizantes, representan una fuente inmediata de alimento, pues esta especie puede alimentarse de desechos y subproductos de plantas. Las estrategias de fertilización de estanques varían localmente. Muchos factores determinan el éxito de un régimen de fertilización. Los más importantes son el tipo de suelo, calidad del agua, especies cultivadas y tipo, método de aplicación y tasa de fertilizantes utilizados; todos deben ser considerados cuidadosamente. A pesar de la falta de un protocolo estandarizado para la fertilización de estanques, es posible monitorear fácilmente la efectividad de cualquier programa midiendo la turbidez del agua del estanque por medio de un disco Secchi, asumiendo que la principal fuente de turbidez dentro del estanque proviene de la población de fitoplancton. Se ha recomendado una visibilidad de disco de Secchi de cerca de 30 cm como óptima para lograr y mantener una fertilización adecuada. La tasa de recambio de agua debería ser de un 5% diariamente. La composición elemental de los fertilizantes orgánicos e inorgánicos utilizados en acuicultura se resume en las Tabla 5 y Tabla 6. Los primeros nutrientes que afectan la productividad del fitoplancton en los estanques son el fosfato (P) y el nitrógeno (N). Los fertilizantes inorgánicos están disponibles comercialmente y en general se basan principalmente en un elemento y se necesita una combinación correcta de fertilizantes para estimular la productividad del plancton de manera óptima. Los fertilizantes o abonos orgánicos incluyen todos los materiales animales y de plantas, y su valor como fertilizante depende principalmente de su contenido de carbono (C), N, P y potasio (K). Los fertilizantes orgánicos más comúnmente utilizados en la acuicultura son guano de aves, res y cerdo, aunque también se puede utilizar harina de semilla de algodón, salvado de arroz y otros desechos agrícolas.
Los fertilizantes inorgánicos se aplican generalmente cada semana o cada dos semanas. Aumentar la frecuencia reducirá el riesgo de florecimientos súbitos de fitoplancton, provocando el descenso en los niveles de oxígeno disuelto. Los fertilizantes deberían aplicarse para suministrar 0.5 – 1 mg/l de nitrógeno y 0.1 – 0.5 mg/l de fosfato. Los estanques nuevos requieren tasas de fertilización iniciales más altas. Los fertilizantes orgánicos deben ser aplicados con tanta frecuencia como sea posible y casi diario. En Israel, el abono (como materia orgánica seca) se aplica diariamente a razón de 2-4% de la biomasa cultivada. Pocos parámetros son los que deben ser monitoreados cuidadosamente pero la fertilización debe detenerse inmediatamente si el oxígeno disuelto desciende a menos de 4.0 mg/l, el pH sube a más de 9.0, o la transparencia del agua se reduce a menos de 25 cm.
En la Tabla 7 se resume una guía de la fertilización de estanques de cultivo de tilapia practicada en distintos países. El régimen de fertilización utilizado dependerá, entre otros, del sistema de gestión (extensivo contra semi-intensivo), la densidad de siembra (organismos/ha)/biomasa (kg/ha) y el tipo de fertilizantes utilizados (orgánicos, inorgánicos o una combinación). Factores específicos al sitio de cultivo (v gr, el clima), aparte del aporte de nutrientes que afectan la productividad primaria, dificultan la formulación de una guía general de fertilización de estanques para el cultivo de tilapia. Por lo tanto, la información que se incluye en la Tabla 7 es únicamente un lineamiento general. En Tailandia, la gallinaza aplicada cada semana a razón de 200-250 kg peso seco/ha junto con urea y triple superfosfato (TSP) a razón de 28 kg N y 7 kg P/ha/semana, respectivamente, produjo un rendimiento neto de 3.4 a 4.5 ton/ha en 150 días, a una densidad de estabulación de 3 peces/m2, lo que extrapolado a un rendimiento anual neto equivale a una producción de 8 a 11 ton/ha.
Fuente:
(http://www.fao.org/fishery/culturedspecies/Oreochromis_niloticus).
En Honduras, donde hay suficiente fósforo disuelto en el agua de cultivo, la aplicación semanal de abono de pollo a razón de 750 kg materia seca/ha y urea a 14.1 kg N/ha produjo un rendimiento de 3.7 ton de tilapia/ha cuando se estabularon 2 peces/m2. Los estanques de crecimiento de tilapia en Indonesia se fertilizan con urea, TSP y estiércol a razón de 2.5 g/m2/semana, 1.25 g/m2/semana y 250 kg/mes, respectivamente, junto con un régimen alimenticio de alimentos comerciales para tilapia (Nur, 2007).
Resumen de prácticas de fertilización para la tilapia del Nilo en tres distintos países: