Instrumento de contribuciones voluntarias flexibles (FVC)

Los jóvenes asumen el liderazgo en la adaptación comunitaria en Uganda

Principales repercusiones

Planes nacionales de adaptación: agricultura climáticamente inteligente:

  • Cada vez es más frecuente que la agricultura forme parte de procesos nacionales para elaborar planes nacionales de adaptación y que el enfoque climáticamente inteligente se integre en estos procesos de planificación a medio y largo plazo.
  • En Malawi, la adaptación al cambio climático se integró en la nueva política agrícola nacional y en el plan nacional de inversión en la agricultura.
  • En Uganda se potenciaron las capacidades institucionales a nivel ministerial y el Ministerio de Agricultura, Industria Animal y Pesca recibió apoyo para finalizar el plan nacional de adaptación del sector agrícola.
  • Asimismo, se contribuyó a la labor principal de la FAO relativa a la integración de la agricultura en los planes nacionales de adaptación apoyando siete programas mundiales y regionales y 10 programas nacionales, que incluían 10 países menos adelantados y 22 países en desarrollo.

Aunque el mundo logre reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el marco del Acuerdo de París y limitar el cambio climático, ciertas repercusiones en las comunidades vulnerables resultan inevitables.

En Uganda, por ejemplo, la agricultura supone el 24 % del producto interno bruto. Sin embargo, los cambios en las temperaturas están provocando sequías cada vez más frecuentes y duraderas, las cuales están provocando la muerte de un mayor número de cabezas de ganado y están afectando a la agricultura. Uganda estima que el costo de la adaptación al cambio climático podría alcanzar los 644 millones de USD para 2025. No obstante, el costo de la inacción se situaría aproximadamente entre los 3 100 y los 5 900 millones de USD para 2025, lo cual deja claro que la adaptación al cambio climático es esencial para garantizar un futuro económico próspero.

La FAO presta apoyo directo a Uganda y otros países y lleva a cabo medidas de adaptación sobre el terreno en dichos países, pero también trabaja a nivel de políticas y capacitación a través de un programa de apoyo mundial destinado a ayudar a los países a incrementar la resiliencia de sus sectores agrícolas. Esto incluye la planificación y elaboración de presupuestos de medidas de adaptación y la garantía de que la agricultura climáticamente inteligente se integra plenamente en el desarrollo agrícola y la planificación de las inversiones, en particular a través de la capacitación de la siguiente generación de impulsores del cambio.

“Resulta importante que los gobiernos reconozcan la necesidad de incluir a los jóvenes en todos los procesos de adopción de decisiones destinados a mitigar las repercusiones del cambio climático, pues ellos pueden perpetuar y mitigar este desafío mundial”, señala Okwi James, Director de Programas y Asociaciones de Youth Go Green Uganda.

En junio de 2017, el proyecto patrocinó conjuntamente una conferencia como parte de la 11.ª Conferencia Internacional sobre la Adaptación Comunitaria en Kampala, en colaboración con el Centro para la Investigación y la Innovación en materia de Cambio Climático de la Universidad Makerere, el Ministerio de Agua y Medio Ambiente de Uganda, la Unión Europea y el Instituto Internacional de Medio Ambiente y el Desarrollo.

La conferencia atrajo a más de 120 jóvenes de Uganda y de todo el mundo, quienes adquirieron competencias sobre agricultura climáticamente inteligente y resiliencia de los ecosistemas, gestión de recursos hídricos, intercambio de experiencias entre homólogos y soluciones innovadoras para adoptar medidas en favor del clima. La capacitación sobre el terreno en zonas comunitarias en el distrito de Mubende, donde la FAO está apoyando la labor de adaptación al cambio climático, reforzaron las teorías presentadas en la conferencia.

“Los jóvenes volvieron con una apreciación completa de la repercusión real del cambio climático, la necesidad de añadir valor en los sectores agrícolas y la acuciante necesidad de participar profundamente en la adaptación comunitaria”, dijo Okwi James. Algunos de los participantes ya están poniendo en práctica los conocimientos adquiridos.

“Con mis conocimientos previos y la exposición derivada de la visita sobre el terreno, he podido establecer vínculos entre la literatura documentada y lo que realmente llevan a cabo los agricultores sobre el terreno”, agrega Gift Namanya, alicenciada en Geografía y miembro de la Red de Promotores del Clima de la Universidad Makerere.

“Actualmente, algunas de las prácticas agrícolas en las que participo son el cultivo de hortalizas, la avicultura y la cría de ganado porcino y caprino. Estas actividades se basan en las competencias y los conocimientos adquiridos durante las interacciones con los agricultores del distrito de Mubende”.

 

Namanya está transmitiendo sus habilidades y documentando las prácticas climáticamente inteligentes que vio en el sitio web y la base de datos del Centro para la Investigación y la Innovación en materia de Cambio Climático como parte de una pasantía que realizó como resultado del acto al que asistió.

“Algunas de las actividades más interesantes y destacadas que he documentado están relacionadas con la recogida de aguas pluviales y la agricultura climáticamente inteligente”, afirma.

“BDado que gran parte de los cultivos son de secano, incrementando el acceso al agua se compensa la presencia de algunas de las repercusiones más predominantes y devastadoras del cambio climático, como las sequías y la inseguridad alimentaria”.

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