Erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición requiere una comprensión común de las causas de estos tres flagelos. Un análisis sólido puede conformar políticas, inversiones y acciones que tengan en cuenta las necesidades de los hombres, mujeres y niños más vulnerables. Sin embargo, el análisis solo puede agregar valor cuando se basa en datos, estadísticas e información creíbles, y cuando esta evidencia sólida se utiliza para sustentar la toma de decisiones.

Una vez establecidas las políticas, leyes, programas y planes de inversión, es fundamental controlar su desempeño y evaluar regularmente su impacto sobre cómo están ayudando a salir a las personas del hambre y la pobreza y mejorando su bienestar y brindándoles una esperanza real de un futuro mejor.

Para que este escenario ocurra, es crucial que los países generen información fiable, la hagan disponible y accesible y pueda utilizarse de manera oportuna. Esto será especialmente importante para medir el progreso en la implementación de la Agenda 2030.

En respuesta a la creciente demanda de los países y junto con partes interesadas clave, la FAO ha desarrollado métodos, herramientas y programas de formación para ayudar a los países a generar datos y estadísticas fiables, fortalecer sus capacidades para analizarlos y apoyar el desarrollo de políticas, inversiones y planes de acción basados en esta evidencia.