Género

La reducción de las pérdidas de pescado cambia el trabajo y el futuro de las transformadoras de productos pesqueros de Tanzanía

Las trabajadoras del sector pesquero han visto que la unión hace la fuerza y se han reunido en una asociación puesta en marcha por el programa FISH4ACP para que puedan enfrentarse juntas al acoso sexual, el abuso y el robo, así como ayudarse entre sí a desarrollar sus negocios y expandir el comercio.

©FAO/Luis Tato

15/03/2023

Cuando Suzana Hamimu Kaleju empezó a trabajar como transformadora de pescado hace 30 años en el puerto de Kigoma, solía extender el espadín —un tipo de arenque— en la orilla del lago Tanganika antes de vender el pescado seco en los mercados locales y regionales.

Por el polvo o la arena que acumulaba el pescado, su precio disminuía. Incluso, a veces, se lo comían las cabras, pero Suzana no podía hacer otra cosa a falta de secaderos u otras herramientas. Y así es como siempre hacían ella y los otros procesadores locales de pescado.

Suzana, igual que su madre antes que ella, se crio en la República Unida de Tanzanía justo a orillas de este lago, que también hace frontera con Burundi, la República Democrática del Congo y Zambia. Es el segundo mayor lago de agua dulce del mundo y de él procede el 40 % de la captura pesquera anual de Tanzanía.

Los pescadores y transformadores de pescado en pequeña escala, como Suzana, representan una gran proporción de la fuerza de trabajo dedicada a la pesca de la sardina, el espadín y la perca en el país, un sector que emplea en total a 27 000 pescadores y 11 000 transformadores de productos pesqueros.

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