FAO en Guatemala

Los suelos, el mejor patrimonio del agricultor

Palabras del señor Diego Recalde en el lanzamiento insitucional del Año Internacional de los Suelos
22/04/2015

El Gobierno de Guatemala, en consonancia con la Organización de las Naciones Unidas, para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), que declaró 2015 como Año Internacional de los Suelos, se une a esta medida, con el lanzamiento institucional de las acciones que realiza para la preservación de los suelos,  como un esfuerzo por concientizar y promover un uso más sostenible de este recurso.

Hablar de los suelos, en el ámbito mundial, es hablar del principal  patrimonio del agricultor y por qué no decirlo, de la humanidad. Los suelos sanos, no solo constituyen la base para nuestros alimentos, combustibles, fibras y productos médicos, sino que también son esenciales para nuestros ecosistemas, desempañando un papel fundamental en el ciclo del carbono, almacenando y filtrando el agua; además, de permitirnos un mejor manejo de crisis ante inundaciones y  sequías.

A pesar de su importancia, la salud de los suelos enfrenta desafíos. El 33 por ciento de las tierras del planeta están degradadas y el 14 por ciento de la degradación mundial ocurre en América Latina y el Caribe. Esta situación se agrava en Mesoamérica, donde afecta al 26 por ciento de la tierra, y donde además tiene un impacto negativo para la producción de alimentos y para la provisión de servicios ecosistémicos.

En ese sentido, la degradación también se asocia con la pobreza: un 40% de las tierras más degradadas del mundo están en zonas con altas tasas de pobreza. Los agricultores pobres tienen un menor acceso a la tierra y al agua, y trabajan suelos de mala calidad y con una alta vulnerabilidad a la degradación. Es por ello que durante el 2015, la FAO trabaja con los gobiernos y otros sectores de la sociedad para alcanzar el reconocimiento de la importante contribución de los suelos a la seguridad alimentaria, la adaptación al cambio climático, los servicios esenciales de los ecosistemas, la mitigación de la pobreza y el desarrollo sostenible.