Erick Roblero: “Gracias a la producción integrada y sostenible he levantado mi economía”

En Guatemala el 55% de la población se dedica a actividades agrícolas, bien sea en tierras propias o como empleados en terrenos de terceras personas. Lo que se cosecha sirve para autoconsumo de las familias en las zonas rurales y para la venta y comercialización en mercados locales, nacionales y de exportación.
La mayoría de productos que esta nación centroamericana exporta son de origen agrícola, entre los que se destaca el café, el maíz y el frijol, entre otros. Toda esta actividad podría indicarnos que en Guatemala se sabe y se conoce de agricultura, manejo de suelos, abonos químicos y orgánicos, riego y fertilización.
Sin embargo la realidad es otra. En el país cerca del 50% de la población vive en zonas rurales. De ese porcentaje, el 65% de ellas se dedica a la siembra de productos como el maíz y el frijol, destinados, principalmente, para su sustento diario, utilizando técnicas tradicionales, no siempre adecuadas, de producción.
Al igual que sus padres y sus abuelos, Erick Roblero, habitante del cantón Tocapote en el municipio de Sibinal, San Marcos, aprendió a trabajar la tierra con técnicas y prácticas rudimentarias y ancestrales que, sin embargo, no aseguran la alta productividad de los cultivos.
“Nosotros sembrábamos cebolla y milpa pero casi no pegaba. De unas 100 plantas que sembraba, cosechaba unas 30 o 40”, cuenta Roblero. La baja productividad de sus cultivos era un problema, ya que para él junto a su esposa resultaba difícil obtener los alimentos necesarios para la alimentación de sus 8 hijos.
Centros de Aprendizaje de Desarrollo Rural
En 2015 el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Guatemala (MAGA), contabilizó la existencia de 10 mil Centros de Aprendizaje de Desarrollo Rural (CADER), en todo el país.
Estos centros fueron creados con el objetivo de mejorar los sistemas campesinos de las familias que se encuentran en situación de subsistencia, por medio de la implementación de huertos rurales, capacitaciones e instalación de parcelas demostrativas de granos básicos, plantas nativas y prácticas de conservación de suelos y aguas.
Don Erick, junto con otras 29 personas de Sibinal, formó parte del CADER Buenavista, en donde fue instruido en buenas prácticas agrícolas, como la rotación de cultivos, tecnificación de siembras y producción de abono orgánico, entre otros conocimientos.
“Ahora yo cosecho hortalizas, tengo una galera (cobertizo) mejorada y un invernadero. Antes de tener eso, las gallinas me arruinaban mis siembras porque estaban sueltas. También sembraba las cebollas al aire libre y no muchas pegaban. Gracias al apoyo del MAGA se nota el cambio”, dice Roblero.
Pasó de sembrar un solo producto a diversificar su producción, teniendo brócoli, coliflor, repollo, acelga, zanahoria, rábano, cosechas que comercializa en el mercado local, y usa como base de la alimentación de su familia. Con esto, sus viajes a Chiapas han terminado.
Uno de los objetivos estratégicos de la FAO es hacer que la agricultura, la actividad forestal y la pesca sean más productivos y sostenibles para los pequeños agricultores. Es el caso del proyecto ‘Desarrollo Rural Coatán-Suchiate’, que busca aumentar y mejorar la producción, así como garantizar los alimentos y generar ingresos económicos en las comunidades.
En esa línea, se organizan grupos de aprendizaje. Don Erick fue elegido como promotor de su grupo gracias al rendimiento que su huerto genera, y se ha convertido en un ejemplo para la comunidad de Tocapote.
“Hemos logrado, con mi familia, mejorar nuestra casa. Vivimos aquí todos cómodos, además de mi abuela. Antes solo teníamos un cuarto con muros de adobe (tierra y lodo). Ahora ya tenemos piso y cocina”, agrega.
Su vivero hace las veces de laboratorio y ya ha comenzado a probar sembrar fresas. Cuenta, además, con un criadero de gallinas, de ovejas y cerdos. Para mejorar sus técnicas ya prepara su propio abono orgánico, a partir de broza, estiércol de animales y material orgánico, y utiliza barreras vivas.
Ahora, además de cultivar su propio terreno, arrienda otra cuerda y media más (894,39 mts2), para contar con mayor producto. Todo esto ha logrado mejorar la calidad de vida de él y su familia.