La FAO ayuda a mejorar la seguridad alimentaria de las familias rurales Cisjordania

La FAO crea oportunidades de empleo sostenible para ayudar a las familias rurales pobres.

Datos clave

El acceso limitado al agua es uno de los problemas más acuciantes al que los agricultores y pastores palestinos se enfrentan en la Ribera Occidental (Cisjordania). Sin un acceso constante al agua, los campesinos no pueden conseguir las mejoras de productividad que favorecen al crecimiento económico rural en su conjunto. Esto pone en peligro la seguridad alimentaria de las comunidades rurales y en última instancia, puede limitar las oportunidades de empleo para los trabajadores sin tierra y otros grupos vulnerables que viven en zonas rurales. En particular, en las gobernaciones de Jenin y Hebrón, debido a la escasez o falta de lluvias, el acceso a los recursos hídricos se ha vuelto cada vez más esporádico y escaso. Las más afectadas son las familias más pobres, debido a su dependencia de la agricultura de secano. Para hacer frente a la escasez de agua y promover el empleo rural, el Ministerio de Agricultura de la Autoridad Palestina, con el apoyo de la FAO y la Unión Europea, puso en marcha en 2011 un proyecto de 1,9 millones de dólares EEUU. Las comunidades asistidas por el proyecto rehabilitaron viejas cisternas de agua y construyeron otras nuevas, a la vez que capacitaron a los beneficiarios locales sobre buenas prácticas agrícolas y de gestión de los recursos hídricos.

Promoción de la seguridad alimentaria y del empleo rural decente a través de un enfoque de doble vía
Se aplicó un enfoque de doble vía para hacer frente a la escasez de agua y generar oportunidades de empleo rural decente.

En su primera fase, el proyecto puso en marcha un programa de “transferencia de dinero en efectivo” a través del cual se construyeron 456 nuevas cisternas. Por otro lado, se rehabilitaron más de 35 cisternas con la ayuda de los aldeanos contratados para realizar el trabajo. El proyecto supuso oportunidades de empleo a corto plazo a través de programas de obras públicas, al tiempo que involucró a las comunidades seleccionadas en la construcción y rehabilitación de sus tanques de agua.

En la segunda fase, el proyecto proporcionó capacitación a las familias de agricultores locales y a agrónomos sobre las buenas prácticas agrícolas y de gestión del agua para asegurar que las familias sean capaces de utilizar, gestionar y mantener con eficacia sus nuevas cisternas. Como resultado, los beneficiarios mejoraron las habilidades y conocimientos necesarios para lograr aumentos de productividad e ingresos.

En conjunto, 500 de los hogares agrícolas más vulnerables en la Ribera Occidental tuvieron acceso a recursos hídricos estables. El seguimiento del proyecto reveló que estas familias también se beneficiaron de un aumento de los ingresos agrícolas, al tiempo que mejoró su seguridad alimentaria.

Las inversiones en infraestructuras también generaron importantes oportunidades de empleo a corto plazo para los trabajadores rurales pobres. Esto supuso un flujo de ingresos para las comunidades objetivo, con probables repercusiones positivas.

En estas comunidades, los hogares encabezados por mujeres se enfrentan a retos considerables en el acceso a oportunidades de empleo productivo y decente. Para cerrar la brecha de género, el proyecto se centró en 158 familias dirigidas por mujeres (32% del total de los beneficiarios del proyecto), y les apoyó para conseguir oportunidades de generación de ingresos alternativos.

“Me gustaría dar las gracias a la Unión Europea por apoyar y financiar este proyecto y la FAO por implementarlo con éxito en colaboración con el Ministerio de Agricultura”, señaló Waleed Asaf, Ministro palestino de Agricultura. También explicó que la ejecución efectiva de este proyecto “estimuló a los asociados que aportan recursos para situar a los sectores agrícola e hídrico en el centro de sus estrategias de inversión”.

Sostenibilidad a largo plazo
Según Yousef Abu-Safieh, ministro de Medio Ambiente de la Autoridad Palestina, “el uso de agua no convencional para riego en Palestina se considera una opción prometedora e importante con el fin de adaptarse al cambio climático. Hay que garantizar una planificación prudente con el fin de minimizar su idoneidad y sostenibilidad, al tiempo que se elimina cualquier impacto ambiental negativo potencial”.

De hecho, la sostenibilidad a largo plazo de los empleos y medios de vida dignos fue uno de los principales objetivos del enfoque de doble vía. Los 500 tanques de agua construidos en el transcurso del proyecto tienen una vida útil prevista de 40-50 años. Además, al capacitar a los beneficiarios, el proyecto garantizó que la infraestructura se utiliza, gestiona y mantiene de forma adecuada en el tiempo, generando oportunidades de empleo a largo plazo.

Las cisternas son, por su propia naturaleza, un tipo de infraestructura que mejora la resiliencia: puede actuar como reserva de agua en tiempos de crisis para reducir la exposición de las familias pobres a los riesgos relacionados con las fluctuaciones en la lluvia. Con la participación de los miembros de la comunidad en la construcción de sus propios tanques de agua, el proyecto ayudó a asegurar una mayor propiedad local de las infraestructuras.

Un modelo de buenas prácticas que se puede ampliar 
El enfoque del proyecto podría ser replicado en otras zonas rurales con escasez de agua y elevados niveles de pobreza e inseguridad alimentaria. Combinar el desarrollo de infraestructuras con métodos de formación puede ayudar a aprovechar el potencial productivo de los familias agrícolas locales.

El enfoque del proyecto de vincular la protección social de manera que también genere las infraestructuras rurales necesarias, podría ampliarse para promover el empleo rural decente y el desarrollo sostenible.

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