La tierra es la base de todo sistema alimentario pues proporciona agua, alimentos y recursos naturales y por tanto sustenta toda forma de vida existente. A su vez, la tierra está  intrínsecamnete conectada con las personas y sus correspondientes sociedades, economías y culturas. Una publicación reciente de la alianza International Land Coalition (ILC, por sus siglas en inglés), titulada "Uneven Ground", hace hincapié sobre la escala y magnitud de la creciente desigualdad de la tierra a nivel mundial que está causando un aumento de la brecha entre los pequeños agricultores (agricultura familiar, comunidades indígenas, mujeres rurales, jóvenes y comunidades rurales sin tierra) y el sector agroindustrial empresarial. En esta publicación, América Latina se ubica a la cabeza de una de las regiones más desiguales del mundo.

Como revela el informe, "esta tendencia amenaza los medios de vida de aproximadamente 2.500 millones de personas en todo el mundo involucradas en la agricultura en pequeña escala, así como de los 1.400 millones de personas más pobres del mundo, la mayoría de los cuales dependen en gran medida de la agricultura para su sustento". Según un estudio de investigación reciente titulado "Which farms feed the world and has farmland become more concentrated?" (en inglés), hay aproximadamente 608 millones de granjas en el mundo, de las cuales más del 90% pertenecen a la agricultura familiar (de acuerdo a la definición del documento), y ocupan alrededor del 70%-80% de las tierras agrícolas produciendo aproximadamente el 80% de los alimentos del mundo en términos de valor.

La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas fue celebrada en septiembre del 2021 y consagro la urgente necesidad de transformar nuestros sistemas alimentarios hacia el logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030. Como resultado de la Cumbre y de un proceso de consulta con una amplia gama de partes interesadas, se propuso un conjunto de soluciones innovadoras para la transformación de sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles. Durante el evento, se destacó el vínculo indisoluble entre el acceso equitativo a la tierra y los derechos seguros de tenencia de la tierra como pilar clave para lograr medios de vida equitativos y sistemas alimentarios resilientes, que deben ser más inclusivos, transparentes y ambientalmente sostenibles.

En esencia, la Cumbre sobre los sistemas alimentarios sostiene que la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza no se puede lograr a menos que se aborde el acceso equitativo a la tierra, la seguridad de la tenencia y la capacidad y autonomía para utilizar la tierra. Las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional proporcionan el marco para mejorar los sistemas de gobernanza y administración de la tierra.

Sobre la base de este llamada a la acción, el Centro de Inversiones de la FAO (CFI), la Unión Europea y el Centro Francés de Investigación Agrícola para el Desarrollo Internacional (CIRAD) se han asociado con los gobiernos para llevar a cabo Evaluaciones de Sistemas Alimentarios (FSA, por sus siglas en inglés) y facilitar diálogos inclusivos con las partes interesadas en más de 50 países desde el año 2020. El objetivo de la FSA es identificar políticas innovadoras y puntos de entrada de inversión para la transformación sostenible e inclusiva de los sistemas alimentarios. La evidencia y el conocimiento reunidos informaron a la Cumbre sobre los sistemas alimentarios de alto nivel de las Naciones Unidas con el fin de orientar las acciones futuras en el marco de la agenda de transformación de los sistemas alimentarios mundiales. También destaca la necesidad urgente de abordar la distribución desigual de la tierra y la falta de seguridad de la tenencia, que está obstaculizando el surgimiento de medios de vida y sistemas alimentarios resilientes, equitativos y sostenibles.