La FAO ayuda a restaurar los medios de vida en Myanmar tras el paso del ciclón Komen

La distribución de ganado permite obtener ingresos y ayuda a recuperarse a las familias afectadas por el conflicto. 

Datos clave

Rakhine es uno de los estados más pobres de Myanmar, con una tasa de pobreza del 78 por ciento, según datos del Banco Mundial. Alrededor del 90 por ciento de la población del estado vive en aldeas rurales y son campesinos que dependen de la agricultura para su subsistencia. De ellos, el 60 por ciento carece de tierras y viven ya sea de la aparcería -un sistema de producción agrícola en el cual un propietario permite a un agricultor utilizar su tierra a cambio de una parte de la cosecha obtenida- o del alquiler de tierras para poder subsistir. La población de Rakhine se compone de diversos grupos étnicos y religiosos, de los cuales, una proporción significativa se ha visto desplazada como resultado del conflicto, que también ha provocado la pérdida de vidas y medios de subsistencia. La FAO y el Gobierno de Myanmar, con financiación del Fondo Francés para la Ayuda Alimentaria programada (AAP, siglas en francés de Aide alimentaire programmée), trabajaban para fortalecer la seguridad alimentaria y los medios de vida de las familias más vulnerables afectadas por el conflicto intercomunitario en 20 aldeas, en los pueblos de Sittwe, Mrauk U y Minbya al norte del Estado de Rakhine. El proyecto se extendió y amplió después de que el ciclón Komen golpeara al país a mediados de 2015, con lluvias torrenciales e inundaciones que causaron daños importantes en el sector de la agricultura, dejando a estas comunidades aún más vulnerables.

Abriendo el camino hacia la recuperación para las familias en la aldea de Tha Koar
Al igual que muchas comunidades rurales en Myanmar, las 114 familias en la aldea de Tha Koar dependen de la agricultura para su sustento. La aldea está situada en el centro del estado de Rakhine, uno de los seis más afectados por las inundaciones provocadas por el ciclón Komen.

Solo en esta población, casi un tercio de las casas fueron arrasadas y destruidas por las fuertes inundaciones, matando el ganado y acabando con la mayor parte de los cultivos de arroz. A pesar de que los arrozales se volvieron a plantar inmediatamente después del desastre, la estación de crecimiento ya había pasado, dando como resultando una cosecha mucho menor de la esperada.

Por otra parte, las inundaciones dañaron gran parte de las semillas almacenadas y los agricultores -que perdieron casi todo su ganado en las inundaciones- no pudieron arar sus tierras. Como resultado, las familias temían también que su cosecha de hortalizas de invierno se redujera en dos tercios, en comparación con un año normal.

Seis meses después de que el ciclón afectara a la región, casi una quinta parte de las tierras agrícolas de la comunidad estaban todavía cubiertas de restos de árboles. A base de cortarlos a mano y utilizando los troncos como leña, los agricultores estaban haciendo un progreso constante, pero lento, en la limpieza de los campos.

Con el apoyo del Gobierno de Francia, antes de la llegada de Komen estaba ya en marcha un proyecto de un año de duración de la FAO para mejorar la seguridad alimentaria y los medios de vida de las comunidades afectadas por el conflicto. Como consecuencia del ciclón, la FAO ha intensificado sus esfuerzos para aportar ayuda a las 32 familias más afectadas en Tha Koar. 

Gracias a la ayuda de los fondos franceses de la AAP, cada familia en la aldea recibió cinco gallinas ponedoras. El líder de los aldeanos, Maung Phyu Chay, de 36 años, señaló que esta ayuda está permitiendo a las familias producir huevos para el consumo doméstico y mejorar su ingesta de proteínas, mientras que la producción excedente puede ser vendida en el mercado local o usarse para el trueque.

Daw Mya Thaung Sein es una campesina de 60 años que vive con sus dos hijas y su nieto de dos años. “Debido a las inundaciones, teníamos menos alimentos y estábamos luchando para llegar a fin de mes”, explica.

Su plan es utilizar las aves de corral para obtener nutritivos huevos para su familia y criar más pollos, que puede vender en el mercado local. “Puedo conseguir 10 000 kyats (alrededor 7,70 USD) por un pollo grande en el mercado”, asegura. Tiene la intención de utilizar sus ganancias para comprar arroz suficiente para alimentar a su familia durante al menos seis meses más.

Este proyecto forma parte de un programa de emergencia más amplio de la FAO en Myanmar, que incluye otras iniciativas en Sagaing, Chin y Rakhine. La FAO ha pedido 12,1 millones de USD para dar asistencia a 332 750 personas afectadas por el conflicto y las inundaciones, en el marco del Plan de Respuesta Humanitaria de 2016 para Myanmar.

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