El sector privado puede participar en los ISE mediante una gran variedad de formas de incentivo, entre las que se pueden citar:

1. El cumplimiento de la reglamentación: Si existe una base reglamentaria apropiada, resultará más fácil negociar las inversiones del sector privado en actividades implementadas mediante el paquete de ISE. (p. ej. cuando la participación en los gastos de gestión relacionados con las cuencas hidrográficas se vuelve obligatoria o cuando la recaudación de gastos se torna más eficiente y exigible).
2. El cumplimiento flexible o anticipado: Cuando las empresas privadas se adscriben a modalidades de observancia flexibles por medio de derechos comerciales o compensaciones, estas pueden invertir en las prácticas de los agricultores para generar dichos beneficios. También pueden hacerlo para anticiparse a normativas venideras, disminuyendo su huella ambiental antes de pagar impuestos o recibir una sanción.
3. La inversión voluntaria en servicios ecosistémicos vinculada a los insumos: Consiste en una acción voluntaria con una expectativa de retorno de inversión directa, mediante la inserción de sus impactos ambientales en su propio proceso productivo (en lugar de compensarlos desplazándolos hacia otro lugar). Esto asegura y mejora la eficacia, la sostenibilidad y la rentabilidad de servicios ecosistémicos importantes que constituyen insumos en sus cadenas de valor.
4. La inversión voluntaria en servicios ecosistémicos desvinculada de los insumos: Consiste en una acción voluntaria carente de relación directa con las actividades comerciales habituales.

Las inversiones descritas de 2 a 4 también se utilizan en estrategias comerciales de impacto, produciendo un doble retorno de la inversión.