Program of Brazil-FAO International Cooperation

Investigadoras de Perú se capacitan en Brasil sobre innovaciones tecnológicas y buenas prácticas para fortalecer conocimientos en sistemas integrados de producción de algodón

Las dos investigadoras del INIA fueron recibidas por la Embrapa Algodón y, durante dos meses, se capacitaron en temas relacionados a la cadena de valor algodonera incluyendo desde la siembra hasta la agregación de valor y acceso a mercados.

Brasília, 19 de diciembre de 2019 – Para fortalecer sus capacidades en diversos temas relacionados con la cadena de valor del algodón, dos investigadoras de Perú, del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), estuvieron en Brasil para una pasantía en la sede de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa Algodón) en la ciudad de Campina Grande, Paraíba. La producción algodonera peruana representa el sustento de más de 8 mil agricultores y agricultoras familiares en el país.

Con el apoyo del Programa Nacional de Investigación Agraria (PNIA), quien financió las pasantías, y con base en la articulación realizada con el proyecto de cooperación internacional sur-sur trilateral +Algodón Perú, las investigadoras Iris Graciela Junes Núñez y Karina Soledad Zúñiga Sarango fueron capacitadas en temas (teoría y práctica) como fito-mejoramiento del algodón, transferencia tecnológica, gestión y conservación de suelos y aguas en la región semiárida, agroecología, inclusión social, agricultura familiar y seguridad alimentaria.

El investigador en el área de mejoramiento de plantas de Embrapa Algodón, Francisco José Correia Farias, evaluó la pasantía como una excelente experiencia, que permitió la obtención de nuevos conocimientos en la cadena de valor del algodón de Brasil, con énfasis en la agricultura familiar desarrollada en la región semiárida del país.

Según la investigadora Graciela Junes, el objetivo de la capacitación fue cumplido, y destacó como temas interesantes la transferencia de tecnología, la agroecología, la agricultura familiar, la fertilidad del suelo, el mejoramiento genético del algodón. Acerca de los conocimientos aprendidos en Brasil para aplicación en Perú, Graciela señala que las metodologías de crianza de insectos útiles, dentro del manejo integrado de plagas, es un trabajo que podría ser desarrollado en su país. “Con ello, podríamos bajar bastante los costos de producción, evitando la contaminación ambiental y cuidando del productor”.

Perú, así como otros países de América Latina, tiene sus cultivos de algodón afectados por el picudo algodonero, una plaga que genera grandes pérdidas económicas a los agricultores. Durante la formación, Graciela y Karina también se capacitaron el manejo de plagas con énfasis en el picudo.

Durante los 60 días de pasantía, las investigadoras del INIA conocieron laboratorios y campos experimentales de Embrapa Algodón; y participaron de eventos de ciencia y tecnología y una feria para agricultores familiares del Semiarido con innovaciones tecnológicas para la gestión y uso del agua y de convivencia con la sequía. Graciela y Karina también recorrieron otras oficinas de Embrapa en nordeste y centro-oeste de Brasil para conocer programas de mejoramiento del cultivo de algodón y trabajos de mejoramiento genético y banco de germoplasma.

Francisco señaló que para Embrapa Algodón la pasantía tuvo buenos resultados tanto para Brasil como Perú, porque hubo un intercambio de saberes y experiencias, en distintas áreas. El investigador explicó que las regiones de Perú donde se cultiva algodón son áridas, muy semejantes al Semiarido brasileño, donde el mejor aprovechamiento del agua es muy importante para el desarrollo de las variedades de algodón. “Seguramente las investigadoras tendrán condiciones de iniciar proyectos específicos adaptando nuestra realidad al contexto de Perú”, comentó el investigador brasileño.

Otro aspecto importante en esta cooperación observado por Francisco es que Perú, como centro del origen del algodón hace más de seis mil años, cuenta con una variedad llamada pima peruano, que tiene una calidad de fibra excelente (extra larga), que agrega mucho valor al tejido; una variedad que no existe en Brasil. “Hay la posibilidad de hacer intercambio de germoplasma, por medio del proyecto, que significaría una ganancia para los dos países”.

Más algodón y más alimentos

El algodón asociado a cultivos alimentarios como estrategia de diversificación y seguridad alimentaria de los agricultores familiares algodoneros fue otro aspecto presentado a las investigadoras peruanas. En las visitas de campo conocieron experiencias de pequeños agricultores que cultivan algodón en asociación a otros cultivos como frijol, sésamo, camote y maíz, y con la crianza de aves y caprinos, muy común en nordeste de Brasil. Según Graciela, los agricultores familiares peruanos no tienen la cultura de asociar cultivos, enfocándose en el monocultivo de algodón, maíz, frijol. “Esta es una característica muy diferenciada de lo que hemos visto acá en Brasil”, comentó la investigadora que agregó que sería posible trabajar cultivos asociados a agricultores familiares en su país, tal vez por medio de pequeños módulos o en proyectos combinados con trabajos de innovación e investigación y transferencia.

La agricultura familiar brasileña, algodón y acceso a mercados

A su vez, la investigadora Karina Zuñiga apuntó como aprendizaje en Brasil la experiencia de los sistemas agroecológicos en el ámbito de algodón de colores con pequeños productores. “Hemos podido ver la articulación muy bien hecha, con acceso a mercados, donde trabajan con los productores mediante sistemas de seguridad alimentaria, de inclusión social y agroecología”. En el tema del beneficiamiento del algodón, la investigadora resalta el trabajo de las pequeñas asociaciones de productores que cuentan con un ´kit´ para el desmote y para el enfardado, lo que les permite la comercialización solamente del algodón en fibra. Además, aprovechan la semilla para la alimentación del ganado o para las siembras de las siguientes campañas. “En mi punto de vista veo que en Perú tenemos condiciones, pero lo que sí podríamos dar más es un valor agregado a la producción del cultivo de algodón, sobre todo a los algodones especiales, por medio de la certificación y del beneficiamiento, que resultaría en un mejor precio para la fibra que ellos están produciendo”, evaluó Karina Zuñiga del INIA.

Otro tema parte de la pasantía fue la producción de algodón de colores. La investigadora Graciela observó que mientras que en Perú el algodón nativo (de color) no se ve beneficiado por algún trabajo de mejoramiento, en Brasil se hace una labor en este sentido, permitiendo que la fibra tenga más calidad, con más tolerancia a la sequía.  En un balance final, ella comentó que la pasantía servirá para reformular futuros proyectos en tema de mejoramiento del algodón colorido, pensando en todos los eslabones de la cadena como se hace en Brasil.

Francisco, de Embrapa Algodón, también consideró que hay buenas prácticas brasileñas que podrían ser aplicadas en Perú como, por ejemplo, la organización en la cadena de valor de algodón de color, en que los agricultores de Brasil venden su algodón en fibra (en Perú lo venden en rama), y cuentan con contratos firmados previamente, lo que les asegura mercado e ingresos.

+Algodón Perú

Con el objetivo de mejorar la competitividad de los sistemas de producción algodonera en el país, el gobierno de Perú, la FAO y el gobierno de Brasil ejecutan de forma conjunta, desde el 2015, el proyecto +Algodón Perú. El proyecto cuenta con el importante apoyo de instituciones cooperantes de ambos países, así como el soporte de las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de Perú y Regional para América Latina y el Caribe.

Por parte de Perú, además del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), participan el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI). Representando a Brasil, participan la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC), la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), el Instituto Brasileño del Algodón (IBA) y la Asociación Brasileña de Productores de Algodón (Abrapa).