Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO

Gobiernos y expertos presentan un panorama de las acciones de alimentación escolar durante la pandemia y los protocolos de seguridad alimentaria y nutricional para el post COVID-19

Bélgica, Brasil, Chile, El Salvador, México, Panamá y San Vicente y las Granadinas compartieron sus experiencias.

Brasilia/Brasil, 28 de septiembre del 2020 – Más de tres mil espectadores acompañaron durante dos días el Simposio Virtual Regional Garantizar alimentación escolar segura durante y post pandemia: una agenda emergente, días 22 y 23 de septiembre, donde representantes de gobiernos y expertos de la región presentaron sus estrategias para garantizar losprogramas de alimentación escolar durante la pandemia, bien como sus planes para el regreso seguro de los niños y niñas a las escuelas. Bélgica, Brasil, Chile, El Salvador, México, Panamá y San Vicente y las Granadinas fueron los países invitados a compartir sus experiencias durante y post pandemia. (Videos del simposio: Dia 1 y Dia 2).

El simposio fue organizado por la a Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES), que es promovida por el Gobierno de Brasil, representado por la Agencia Brasileña de Cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores (ABC/MRE) y el Fondo Nacional del Desarrollo de la Educación (FNDE), con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

La Oficial Regional de Programas de la FAO en América Latina y el Caribe, Maya Takagi, afirmó que los programas de alimentación escolar tienen el enorme desafío de recuperar la educación, mantener un proceso de aprendizaje, combatir el hambre y el COVID, simultáneamente. "Los programas de alimentación escolar muestran que es posible seguir luchando contra el hambre en la región", señaló. 

Paola Barbieri, Analista de Proyectos de ABC/MRE, resaltó la importancia del evento: “todos nosotros necesitamos buscar soluciones creativas y agiles para enfrentar este gran desafío que nos provocó esta pandemia, que afecta a nuestra sociedad, nuestra salud, nuestra economía, y en nuestro caso, la alimentación de miles de estudiantes.  Este momento nos obliga a trabajar aún más”. 

A su vez, el Asesor de Cooperación Internacional del FNDE, Bruno Silva, afirmó que “la alimentación escolar articulada con la agricultura familiar ha sido la mejor respuesta al COVID para mantener la generación de ingresos y garantizar la seguridad alimentaria de los escolares”. 

Alimentación Saludable en el periodo de pandemia

El Director Nacional de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), de Chile, explicó cómo fue la migración de la alimentación escolar a un modelo de canastas individuales: “A pesar de las dificultades, el Gobierno de Chile asumió el desafío de diseñar canastas ajustadas a las necesidades nutricionales de los estudiantes, con alimentos además de los no perecibles y frutas y verduras”, dijo. A la fecha, en ocho ciclos de entrega, el Ministerio de Educación ha distribuido 14 millones de canastas, cerca de 170 mil toneladas de alimentos. Para eso, movilizaron: 36 mil manipuladoras de alimentos; comunidades educativas; alcaldías y autoridades locales; Fuerzas Armadas y de Orden; organizaciones de la sociedad civil; agricultores locales; y gran industria de alimentación.  

Representando el Ministerio de Educación de Panamá, la nutricionista Vianka Barrera, presentó las acciones de alimentación escolar en marcha en el país, como el Programa Estudiar sin Hambre, que busca educar sobre formas de alimentación nutrición mediante un proceso de aprendizaje y alimentación saludable. Para este contexto actual, Vianka Barrera explicó que “fueron producidos materiales educativos para el periodo de pandemia acerca de alimentación saludable, manipulación e higiene de alimentos, huertos escolares, entre otros”. 

Cerrando el primer día el simposio, Currel Thompson, Oficial Técnico Superior del Ministerio de Agricultura de San Vicent y las Granadinas, presentó la estrategia de huertos familiares para la seguridad alimentaria y nutricional. Para esta iniciativa, fueron seleccionados núcleos familiares por el nivel de pobreza de las familias, la situación de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria y voluntad de las familias en participar del programa. Como resultado, las familias implementaron huertos con diferentes culturas en sus hogares y el 65% mantuvieron su huerto después de un año. Entre las lecciones aprendidas, la Oficial resaltó: la participación multisectorial; el compromiso de los beneficiarios desde el inicio; el entrenamiento en las comunidades, en su idioma y tomando en cuenta la cultura comunitaria, entre otros. 

Protocolos de seguridad alimentaria y nutricional post pandemia

Para la Directora del FNDE, Luciana Gottschall, la preocupación con la pandemia fue que los estudiantes pudiesen iniciar un proceso de inseguridad alimentaria y nutricional durante la interrupción de las clases y, también, con las compras de la agricultura familiar, que es la base del desarrollo local de muchas ciudades pequeñas. Para el regreso de los estudiantes a las escuelas, está en desarrollo un protocolo de bioseguridad en nivel nacional, con varias instituciones de la sociedad como universidades, organismos internacionales, sociedad civil y otros, para orientar y recomendar que cada estado y municipio brasileño construya colectivamente los caminos para volver a ofrecer comida en la escuela con seguridad sanitaria. Destacó que el programa brasileño es: “muy sólido, basado en el derecho humano a la alimentación adecuada, al acceso universal y énfasis en el desarrollo local, por medio del fomento a la agricultura familiar”, señaló. 

El Director Nacional de Prevención y Programas Sociales del Ministerio de Educación de El Salvador, Santiago Flores, explicó que el Programa de Alimentación Escolar del país cubre el 100% de los centros educativos. El plan de retomada a las escuelas salvadoreñas busca generar ambientes saludables y seguros que favorezcan la continuidad educativa de los alumnos en su retorno a las instituciones educativas. Como uno de los protocolos de regreso a las escuelas, el Director explicó que están previstas múltiples estrategias de atención al estudiante, incluyendo las clases en modalidades presencial, semipresencial y no presencial. “El retorno alegre a las instituciones educativas será por etapas y cada una de ellas, cuenta con sus respectivos protocolos según lo establecido por el Ministerio de Salud”, señaló. 

A su vez, Zaira Valderrama, Subdirectora de Políticas Intersectoriales en Salud de la Secretaría de Salud de México, presentó las restricciones a la venta de refrescos y alimentos chatarra a menores, como una buena práctica aprobada en el 2020, en los estados de Oaxaca y Tabasco. En Oaxaca, se prohíbe: distribución, venta, regalo de bebidas azucaradas y alimentos envasados de alto contenido calórico en instituciones de educación básica y media superior. En el estado de Tabasco, se prohíbe la venta, distribución, donación, dadiva o suministro de bebidas azucaradas y alimentos con alta densidad energética envasados, así como la instalación de máquinas expendedores en centros educativos, hospitales y centros de salud. 

La periodista y escritora Isa Colli presentó la experiencia de Bélgica de regreso a las clases, que empezaron en septiembre. En el país, las recomendaciones del Ministerio de Educación para el regreso tienen como objetivo orientar a los directores de las escuelas, los más de 870 mil profesores de Educación Nacional, los estudiantes y sus familias. Entre las nuevas normas de salud está la contratación de más funcionarios para la limpieza de las escuelas, para cumplir con las medidas de higiene. En Bélgica, se establecieron dos protocolos, el amarillo y el anaranjado. El amarillo corresponde a las clases presenciales, de lunes a viernes, con uso de mascarillas para todos. El anaranjado, puede ser activado en casos críticos de COVID-19 en un municipio o escuela, en que las clases serán presenciales y virtuales. 

En el cierre del simposio, Najla Veloso, coordinadora del proyecto Consolidación de Programas de Alimentación Escolar en América Latina y el Caribe, destacó algunas de las importantes contribuciones de las experiencias presentadas por los países:  la garantía de la  atención psicosocial considerando los estudiantes y sus familias, bien como todos los profesionales involucrados como manipuladores de alimentos, maestros y  agricultores; la articulación intersectorial - con otros sectores del gobierno y la sociedad - para ofrecer alimentos de calidad y en condiciones seguras; la planificación y ejecución de estrategias comunicacionales amplias y eficientes ; la adopción de medidas de bioseguridad considerando la edad escolar; y la promoción de capacitación de los profesionales para garantizar la seguridad sanitaria exigida por el actual contexto.