En Colombia se está produciendo en estos momentos un interesante debate sobre lo que se entiende por Desarrollo Rural con Enfoque Territorial. En una entrevista con la directora de desarrollo rural del gobierno colombiano, Rimisp pregunta sobre la evaluación de esa experiencia y las recomendaciones para otros países de la región interesados en este enfoque de desarrollo.

2014 fue un año donde la gestión del Departamento Nacional de Planeación (DNP), y en especial de la Dirección de Desarrollo Rural de Colombia, estuvo marcada por el apoyo a la reforma del campo colombiano. Reforma que ha sido catalogada como una de las más ambiciosas a nivel latinoamericano en los últimos años. En una entrevista realizada por Rimisp  la Directora de Desarrollo Rural del gobierno de Colombia, Angela Penagos, habla de lo que ha implicado este desafío para el país,  y de cómo las reformas emprendidas han ido de la mano de una mirada diferente al mundo rural, de un cambio de enfoque: " implica pensar en instrumentos innovadores, más intersectoriales y construidos desde el territorio. Es decir, lograr intervenciones integrales, flexibilización de la oferta pública institucional y sobre todo crear capacidad en el territorio para la gestión del desarrollo rural. Implica entender que el Ministerio de Agricultura no es el único responsable del desarrollo rural. Que en el campo colombiano, aun habita el 30% de la población colombiana, y que se requieren políticas que respondan más a la realidad rural, es decir un territorio tremendamente disperso con limitaciones en infraestructura productiva y social, en donde predominan las actividades agropecuarias, con un población con fuertes rezagos en términos de educación, salud y con altos índices de informalidad en la propiedad de la tierra y del trabajo. Y tal vez la característica más relevante es que el campo colombiano es el escenario de buena parte de los problemas estructurales de Colombia, el conflicto armado, el establecimiento de cultivos ilícitos y el despojo de tierras".

(...) "Colombia es un país de territorios, con muchas diferencias entre ellos, en los que los instrumentos estandarizados y diseñados desde el centro son poco operativos y eficaces. El enfoque territorial nos debe a ayudar a que haya una mayor presencia del Estado en el territorio. Tal vez lo más importante es que los territorios y sus pobladores sean capaces de gestionar su propio desarrollo rural. Solo así, al menos eso creo yo, podremos construir la paz territorial a la que tanto anhelamos los colombianos".

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