Centro de inversiones de la FAO

Las Alianzas Rurales, el pulso de la transformación agrícola en Bolivia

Las Alianzas Rurales, el pulso de la transformación agrícola en Bolivia

Vanesa López, Coordinadora de la Asociación de Productores de Lechugas Hidropónicas y beneficiaria del PAR, inspecciona sus cultivos de lechugas hidropónicas en Sacaba, Bolivia. Con el apoyo del programa, ha adoptado técnicas que mejoran la calidad y sostenibilidad de sus cultivos.

©Programa EMPODERAR

29/10/2024

La agricultura en Bolivia, pilar fundamental de su economía y principal sustento de su población rural, está en proceso de transformación. El sector no solo ha sido un motor clave para el crecimiento económico, sino también un elemento esencial en la reducción de la pobreza, la creación de empleo y la mejora nutricional.

Frente a desafíos como la urbanización, el cambio climático y la creciente necesidad de una gestión más sostenible de los recursos naturales, la agricultura boliviana está evolucionando dinámicamente para adaptarse.

El Programa de Alianzas Rurales (PAR), es una iniciativa del gobierno de Bolivia, que cuenta con financiamiento y acompañamiento técnico del Banco Mundial, así como con asistencia técnica de la FAO. Este proyecto ha sido crucial en la transformación agrícola de la región. Desde 2006, el PAR conecta a pequeños productores rurales con compradores, asociaciones e instituciones, fomentando la rentabilidad y sostenibilidad a través de sólidos planes de negocio, donde las inversiones y riesgos son compartidos.

Las alianzas se centran en la elaboración y ejecución de estos planes en ámbitos agrícolas específicos, promoviendo acuerdos económicos que mejoren la eficiencia, rentabilidad y acceso a los mercados.

Farmers in BoliviaEmilio Torrico, de la alianza apícola Apiguardia, inspecciona un marco de panal mientras un compañero apicultor utiliza un ahumador para calmar a las abejas en La Guardia, Bolivia. @Programa EMPODERAR

Cómo las alianzas rurales están mejorando la producción y el acceso a mercados

Un ejemplo notable es la alianza apícola Apiguardia, en San Ramón, conformada por 18 hombres y 10 mujeres. Este colectivo incrementó el número de colmenas, su rendimiento y beneficios, mediante formaciones específicas en técnicas apícolas centradas en el manejo de las colmenas y la conservación de la flora.

Apiguardia adoptó la apicultura migratoria, en la que las colmenas se reubican regularmente en áreas con una flora específica para obtener un sabor, aroma y color distintivos en la miel. El PAR aportó con asistencia técnica para incorporar técnicas que permiten asegurar la pureza e inocuidad del producto, y algunos materiales para la instalación de nuevas colmenas. La FAO colaboró en la identificación de los servicios ambientales vinculados a esta actividad, lo que es útil a la hora de evaluar desde la perspectiva económica, este tipo de actividad. 

Al mejorar las cualidades de la miel e incrementar su producción, la competitividad del producto aumentó, facilitando el acceso a mercados más formales y estables.

Emilio Torrico, miembro de esta alianza, recuerda tiempos más difíciles: “Al principio no llegábamos ni a una tonelada de miel, pero con el apoyo del PAR pudimos desarrollar capacidades y ampliar nuestra producción”, relata. “La calidad de vida aquí ha mejorado bastante entre nuestros productores”.

Como Emilio, campesinos y campesinas de todo el país han logrado diversificar y aumentar sus ingresos, favoreciendo la inclusión de mujeres, jóvenes e Indígenas en el sistema productivo, mejorando la calidad de vida de comunidades enteras.

Farmers in BoliviaLos trabajadores de Asapiguardia procesan la miel con cuidado, desde la inspección de los panales hasta el envasado, para mejorar su calidad y alcance en el mercado. @Programa EMPODERAR

Esfuerzos colaborativos para dinamizar el sector

Parte de éxito del PAR proviene de la colaboración estrecha entre sus socios. “En los 18 años que apoyamos el programa, trabajamos juntos para diseñar soluciones que respondan a las necesidades específicas de cada comunidad”, explica Griselle Vega, Especialista Agrícola Senior del Banco Mundial.

Vega agrega, “Gracias a los planes de alianza diseñados específicamente para cada circunstancia, muchos pequeños productores en Bolivia emplean técnicas agrícolas que promueven la resiliencia y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, preservan el agua y mejoran la fertilidad del suelo, permitiéndoles enfrentar mejor los episodios de sequía y la desestacionalización de la producción. Estas técnicas no sustituyen sus prácticas tradicionales, sino que las complementan para adaptarse a una realidad cambiante.

Una iniciativa duradera

Jhonny Delgadillo, Coordinador del Programa EMPODERAR del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, indica que la primera fase del PAR comenzó en 2006 con una inversión de 64,8 millones de dólares, logrando beneficiar a más de 28.000 hogares rurales y estableciendo 768 alianzas. Le siguió el PAR II en 2012, que con un nuevo financiamiento del Banco Mundial de 150 millones de dólares, extendiendo su alcance a más de 23.000 familias en 120 municipios del país.

Ambas fases contribuyeron significativamente al aumento de los ingresos en zonas rurales y a la transformación de la agricultura a pequeña escala, pasando de ser un sector de subsistencia a uno mucho más orientado a los mercados. Según Delgadillo, “El valor de mercado de los productos ha aumentado un 35%, facilitando que muchas familias rurales pasen de cubrir apenas sus necesidades básicas a generar excedentes que pueden reinvertir en mejorar sus cultivos o en educación para sus hijos.”

Ello se tradujo en una reducción de la pobreza, más notable en los beneficiarios de menores ingresos. “La pobreza moderada se redujo un 11,7% y la pobreza extrema lo hizo en un 10,1%”, dijo Delgadillo.

Farmers in BoliviaLos invernaderos en Cochabamba permiten a los agricultores cultivar eficientemente productos como pimientos. Estas instalaciones fomentan una agricultura sostenible y mejoran la seguridad alimentaria en la región. @Programa EMPODERAR

Un modelo para futuras inversiones

La tercera fase del PAR (PAR III), lanzada recientemente, se centra en fortalecer el sector agrícola frente a choques climáticos y económicos. Con una duración prevista hasta 2027 y una inversión de 300 millones de dólares, esta fase busca apoyar a cerca de 128 000 familias rurales, poniendo énfasis en la adopción de prácticas agrícolas que consideren la variabilidad climática.

Jorge Samaniego, Oficial de Agricultura del Centro de Inversiones de la FAO, señala: "El éxito del PAR se debe en gran medida a su desarrollo iterativo, aprendiendo y perfeccionando sobre la base de cada fase anterior. El diseño de cada fase del PAR consideró un análisis minucioso de las necesidades más relevantes de su población objetivo”.

Las lecciones aprendidas del PAR pueden servir como una guía valiosa para otros países que busquen transformaciones similares, siendo un testimonio del poder de usar los aprendizajes adquiridos para construir un futuro mejor. En palabras de Samaniego, “Estamos viendo un cambio sistémico en cómo se gestiona la agricultura en Bolivia, y esto puede replicarse en otras partes del mundo”.